Ser diferente a veces es una meta casi inasumible, pero hay muchas formas de ser diferentes, unas más llevables que otras.
La diferencia física, por descontado, es la más visible, y la que peor se lleva, para el que la ostenta y para el entorno.
La semana pasada me tocó dar formación a gente nueva, en principio iban a ser 12 personas de las que sólo se presentaron 11, de las que a mitad de formación se descartó a dos por haber trabajado ya en la empresa y ser despedidos y acabando a las 6 de la tarde con 7, una por la tarde no vino por encontrase mal y otra tenía cosas que hacer antes de acabar la formación.
Entre los futuros nuevos compañeros había una mujer con la cara completamente desfigurada por quemaduras.
Las quemaduras se extendían por una parte indeterminada del resto de su anatomía asomando hasta sus manos.
Era impactante de ver.
No horrible, espantoso o desagradable, pero sí impresionante.
Nos sentamos alrededor de la mesa de formación y ella se sentó justo a mi lado izquierdo, siendo la persona con la que peor contacto visual tenía.
Lo natural, tal y como estábamos sentados, era que empezase a hacer la ronda de contacto visual por la persona que tenía justo enfrente acabando por la última persona de la mesa antes que yo, la chica que tenía a mi izquierda.
Cuando acababa, la siguiente ronda la hacía justo en sentido contrario, empezando por mi izquierda y acabando por la persona de enfrente.
Cuando llevaba unos 20 minutos de formación me di cuenta de algo que hacía instintivamente después de empezar la ronda por la chica de mi izquierda, justo después de mirarla a los ojos, yo bajaba la mirada.
Lo cierto es que cuando me di cuenta, me quedé desconcertada.
No es que me diera reparo, miedo o asco mirarla, lo cierto es que no me costaba nada mirarla a la cara, pero mi inconsciente me traicionaba y tras contemplarla mostraba, ¿vergüenza?.
Supongo que estamos programados para miles de cosas y para esta también.
Mi cuñada se quemó una mano hace años y está cansada de todo lo que tiene que oir sobre el aspecto de su piel, y sólo es una mano.
Si eso lo extrapolamos a la cara y al resto del cuerpo, no quiero ni imaginarlo.
Bromas, chistes, motes...
En cuanto fui consciente no me costó nada mirarla como al resto de la gente, con normalidad, manteniendo la mirada como con el resto; al final de la formación sólo era una chica más en la mesa.
Pero yo, no pude evitar sentirme decepcionada de mi misma por mi reacción.
Después, pensé que estaba siendo muy dura conmigo misma, a pesar de que no muestro sorpresa con facilidad y que es difícil leerme en la cara emociones de rechazo a otros, todos nos sorprendemos ante lo distinto, o al menos las primeras veces.
Lo importante no es el primer momento, cuando ves algo que no es común, lo importante de verdad, es lo que haces luego.
Tal vez la normalidad no está en el cuerpo de los demás, sino en nuestros ojos.
4 comentarios:
No te quemes: debes de ser uno de los pocos seres humanos que analiza lo que hace y lo corrige.
Porque ser bueno por naturaleza no tiene mérito: el mérito está en hacer lo que tenemos que hacer, después de analizarlo y cuando nos cuesta.
Mi aplauso.
Ender, salvando las distancias, yo estoy acostumbrada a que una vez saben mi defecto me miren, si no raro, con disimulo, personalmente no me importa,con el tiempo esas mismas personas se acostumbran y listo, comportamiento, no lo veo negativo ni ofensivo ni nada, es natural y se asume. Otra cosa, sin embargo, es lo que a veces, hago pasar a los demás, ahí yo sufro mucho, con sea quien sea, ocurre q por teléfono para explicar a la persona al otro lado de la línea que no la entiendo, que no la oigo y siento cómo se ponen nerviosos algunos llegan hasta gritar, me siento morir, eso si me afecta y mucho, pero como dirían en las novelas mexicanas, ¡ni modo! es lo que hay... supongo que, esa muchacha sufrirá, no tanto por cómo la miren, si no cómo se siente... saluditos.
María Jesús, gracias, pero creo que hay muchos más de mi especie :D
Iolanda, reaccionar con normalidad ante la diferencia no siempre es fácil, nadie nos enseña.
Había en el foro una chica que tenía un novio mudo, decía que la gente cuando se daba cuenta lo trataba como si fuera retrasado y eso la indignaba.
Yo no siento compasión en el sentido de lástima del que es diferente, pero siento comprensión y creo que se merece toda mi paciencia, y de eso tengo mucha.
Si no se puede, pues no se puede, pero intentarlo es gratis.
Yo atiendo al teléfono y cuando llama alguien con dificultad para hablar, tartamudez, algún tipo de parálisis facial, hago como cuando atiendo a un guiri que habla como el culo el castellano, deduzco, pregunto lo que no entiendo, le dejo explicarse, pero oigo a mis compañeros y entiendo lo que dices, gritan, se quejan, hablan incluso con desprecio...creen que esas personas, no deberían descolgar en la vida un teléfono.
Besos a las dos
Hola
acabo de descubrir tu blog, este me parece un artículo muy interesante y que hace reflexionar, gracias por compartirlo.
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