Nada más entrar en el tercer trimestre, el hermano de mi chico nos trajo lo que sería su regalo para la bebé, un calienta biberones que nos pidió que probásemos corriendo por qué en la tienda le dijeron que no daban garantía sobre el producto más allá de los 15 días.
Yo no me lo creí pero de paso lo probamos rápido a ver qué era aquel invento desconocido para nosotros hasta el momento.
Cogí las instrucciones, me las leí en diagonal y a toda leche y lo enchufé a la corriente.
Como ya tenía algún que otro biberón comprado, lo llené de agua y lo puse en el calienta biberones y a esperar.
Según las instrucciones, la luz del piloto se apagaba cuando el biberón estaba caliente, así que cuando se apagó, cogí el bibe y lo toqué.
Frío.
Lo volví a probar, esta vez subí la potencia, se apagó la luz y lo toqué.
Frío.
Nada, a repetir, subí la potencia al máximo, ya que sólo hay tres posiciones y a esperar, el piloto que se apaga super rápido como las otras veces y frío como las otras veces.
Se lo comento a medio pomelo y se empieza a mirar el cacharro, hace sus pruebas con el mismo resultado.
Biberón frío.
Le damos vueltas y más vueltas al tema hasta que le digo, que le voy a echar un ojo a internet y ahí es donde descubro que si no lo llenas antes de agua, no calienta.
En fin, nuestra primera novatada parental.
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3 comentarios:
Nada mujer, eso es cosa de poco... jajajajaaa
Menos mal que no explotó... :D Es que... mira que es pesao leer las instrucciones de cualquier artilugio. Bueno, tema solucionado. Ya te surgirán otros problemas, que un bebé da para mucho :)
Ioli, esa sí, pero hay otras, muchas otras XD
Diego, menos mal que no lo metimos en el horno o en el microndas, que andábamos muy descentrados :D
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