No, no, no estoy tratando de vender mi piso en este blog.
Es sólo que hemos puesto nuestro piso a la venta, después de 10 años de vivir en él.
Es un trámite necesario para mejorar nuestra vivienda, necesitamos más espacio, para nosotros y para mis plantas, la escalera que tenemos, se me hace demasiado dura y en definitiva, ha llegado el momento de cambiar y mejorar.
Será nuestra cuarta vivienda desde que nos independizamos, hace ya bastantes años, hemos pasado por las tres formas más habituales de vivienda; compartir, alquilar y comprar; y ahora, venderemos.
Estos días estamos nostálgicos y he estado recordando nuestras anteriores casas, todas ellas, han estado llenas de felicidad y vivencias positivas.
Es curioso, me pasa con mi vida postadolescente justo lo contrario que con mi vida preadolescente, que a pesar de haber tenido un montón de vivencias, unas buenas y otras malas, imperan en mis recuerdos y percepciones, sólo las más felices y gratificantes.
Todas mis casas han sido lugares dónde aprender a vivir, dónde refugiarme y sentirme segura, dónde cultivar amistades, dónde explorar la vida.
Guardo de todas ellos, recuerdos llenos de luz, fragancias, risas, no se me ocurre un sólo recuerdo triste relacionado con alguna de mis casas y me doy cuenta ahora, de lo importante que es para mi el lugar dónde habito.
He tenido la inmensa suerte de que todas mis casas, han tenido muchísima luz, algo imprescindible para vivir feliz.
Y recuerdo de todas ellas, sobretodo la luz, bañando nuestras caras en todas las camas que he tenido, derramandose sobre las paredes, arráncándonos perezosamente del sueño y en algunas, cómo en la que estoy ahora, incluso, he tenido la suerte, de que en las noches de luna llena, si abro las cortinas, puedo dormirme viéndola en el cielo, tan cerca nuestro que casi parece que vela mis sueños.
Me va a dar muchísima pena marcharme de este piso, siempre nos marchamos con tristeza, pero con tanta ilusión por la nueva aventura, pensando ya, en cómo hacer nuestro el lugar al que nos mudamos, los colores adecuados, las distribución perfecta, el adorno justo...
Estos días, conviven en mi, la sensación de que pronto voy a abandonar mi casa, con los nervios de pronto estrenar una nueva.
Nos esperan muchos retos, líos, aventuras, risas, cabreos...y ya casi no puedo esperar a que eso empiece, aunque a lo mejor no me he dado cuenta y ya ha empezado, por el sólo hecho de empezar a imaginarlo.
Durante muchos años, he pensado que para todo el mundo, el lugar dónde vive, es algo muy importante, elegido con cuidado y mimo, un lugar armonioso, personal, querido, sin embargo con el tiempo, te das cuenta que hay personas que viven entre 4 paredes sin darle mayor importancia a casi nada que tenga que ver con esa casa, es sólo algo funcional, un lugar dónde comer, dónde dormir.
No hay nada de ellos en esas casas, no son bellas o armoniosas, sólo son una casa más, la casa de cualquiera.
Y debe ser que muchas de esas personas se dedican al negocio del inmueble, sino no acabo de comprender por qué motivo si tú quieres comprar un piso de determinadas caracteristicas, se empeñan en enseñarte pisos que nada tienen que ver y cuando les explicas, es que me mudo precisamente por tal característica, siguen cómo si nada, ya, pero tiene esto y lo otro y lo de más allá.
Es cómo si voy a una tienda de electrodomésticos a comprar una lavadora y tratan de venderme una nevera, sólo por qué la nevera es la ostia en vinagre...
Será que así convencen a la gente para que viva en pisos que no ha elegido, o será que realmente a la gente le dará lo mismo vivir aquí o allí?
Será que somos raros?
Sea cómo fuere, ahí estamos, trantando de vender el piso dónde tan felices hemos sido, y tratando de encontrar uno nuevo, que sea perfecto, adecuado, maravilloso...
Mi casa deseada, está construida con nuestras ilusiones, trabajada con nuestras manos, elegida al detalle, meditada, sintiendo cada rincón de ella, escuchándola y dándole en cada momento lo preciso, modificando lo necesario, respetando lo fundamental.
Mi casa deseada será el eje de nuestra felicidad, desde la que planificaremos nuestras vidas, desde la que nos enfrentaremos al mundo, dónde acogeremos a nuestros amigos, dónde reiremos y lloraremos, dónde nos sentiremos seguros, dónde nos refugiaremos cuando las cosas no vayan tan bien cómo queremos, dónde trataremos de aprender, de crecer, de compartir.
Después vendrá eso tan temido, la mudanza, las obras, montar el nuevo piso y aunque sé que me arrepentiré de decirlo, también estoy deseando que eso llegue.
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4 comentarios:
La luz...! Qué envidia... aquí en Varsovia vamos algo escasos de luz, aunque suerte que ahora pronto llega la primavera, me ha gustado tu texto sobre las viviendas y lo que dejamos en ellas, yo tb tengo buenos recuerdos, y malos tb jeje...
Ciao!
Bueno Marc, si tenemos en cuenta que que allí no conocen las cortinas...cuando empiece a apretar el sol ya no lo echarás tanto de menos, jijijiji.
Nosotros sufrimos mucho cuando estuvimos, a las 6 ya era de día, día, día y con esos visillitos que ponen...pues no, uno se despierta, en Varsovia hicimos una barricada con toallas y lo que pillamos para no despertarnos tan pronto.
La primavera está a la vuelta de la esquina :D
sabes que es muy bueno levantarse con el día? Somos animales como los gallos, llevamos la naturaleza en nuestro ritmo vital :-)
Eso no va conmigo ;P
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