Camina deprisa por las calles vacías, aún oscuras de la mañana, armado con su infatigable música, con las manos en los bolsillos, tarareando furiosamente las palabras que martillean en su cabeza, con la mirada desafiante, como un personaje de una de sus historias cortas, demasiado cabreado, demasiado listo, demasiado curtido.
Las calles se deslizan bajo sus pies, sucias, tristes, con algún espectador ocasional de máscara cuarteada y risa alcohólica, de escasa ropa, o dientes o edad, o demasiada; sólo lo observan, lo reconocen, es uno de ellos, uno de los que se fue, uno de los que sobrevivió, por eso se apartan aunque lo reconocen, extraño hijo pródigo que vuelve a sus calles; esperado hijo pródigo que trae algo de redención.
Las notas se suceden y de repente se le antojan una cuenta atrás, como la que de improvisto ha vuelto a entrar en su vida y no alcanza a comprender, apenas ayer todo eran risas y buenas noticias, el mosntruo invencible bajo la bota de la ciencia, hasta de milagros se hablaba entre batas blancas y arrogancia.
Pero hoy es hoy y hoy el monstruo invencible a mordido la bota, ha arrancado el pie y ha dejado un charco de sangre en el suelo, un charco donde ellos se asoman incrédulos y se ven reflejados con muecas de desesperación, con una sombra negra que les acecha desde atrás, que perfila una guadaña de brillo hipnótico.
Hoy, los días corren hacia atrás, buscando salidas al callejón que de repente acorta sus dimensiones.
Hoy, puede ser el primer día del resto de una corta vida.
Por eso Charlie, patea las calles con rabia en soledad, sintiendo que siempre lo ha sabido, sintiendo que siempre esperó este desenlace, sintiendo que hoy no hay esperanza, sintiendo que ha vivido un sueño prestado.
Y tal vez lo que más le duele en estos momentos, sea pensar que hay vidas que acaban y vidas que empiezan y que puede que el tranquilo patriarca ya no esté para conocer la que va a llegar pronto.
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6 comentarios:
Vaya, no te conocía esta faceta.
Y me encanta.
Ay María Jesús, es que yo tengo muchas facetas, jajajaja
Ay Ender, que entrada más misteriosa
Emoticón silbando :DDDDDDD
Emder, me gusta siempre lo que escribes, pero esta entrada me ha dejado encandilado. Se presta a varias interpretaciones (¿o no?) y esa es una cualidad que yo aprecio en cualquier escrito, que cada lector elija su final. Aunque te confieso que lo del patriarca me ha dejado algo desconcertado (seguiré investigando...)
Diego, supongo que toda escrito o incluso un texto de no ficción, puede dar pie a múltiples interpretaciones, desde el momento en que sólo yo estoy en mi cabeza como puedo saber yo que alguien entenderá o captará lo que realmente quiero contar?
Para mi el texto es muy claro, por que me toca de cerca, pero si no conoces la historia no puedes descifrarlo, supongo.
A mi no me gustan los finales abiertos, por que soy demasiado dramática y siempre elegiría el más triste :D
Aquí he tomado prestado a Charlie, que es el alter ego de mi escritor no publicado preferido , es un personaje que transmite emociones durísimas, que vive en un mundo lúgubre, el mundo real de su infancia, el entorno marginal en él que se crió, un mundo terrible y a la vez lleno de vida que yo conozco muy bien.
Charlie siempre me fascinó por la fuerza de su dramatismo, por la potencia de su rabia aunque nunca compartí con él la firme creencia de que el futuro está escrito sin que podamos mover una coma.
Charlie era uno de los muchos que parecía tener las cartas marcadas, pero como era un rebelde, las rompió, se las comió y las escupió e inventó una nueva baraja para apostar con su vida siempre a ganar.
Y esta sería una frase que Charlie podría haber escrito :D
El patriarca sólo ha querido una cosa en su vida; tener una familia, una gran familia para compensar lo que él no tuvo.
Sólo eso quería.
Pero el patriarca está enfermo y ahora lo más doloroso no es la posibilidad de enfrentar lo peor, lo más doloroso es enfrentarse a su familia.
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