Feo+La musiquita del viernes

viernes, 17 de diciembre de 2010

Mi nueva ciudad no es bonita, ni es glamourosa, ni es moderna.

No es la ciudad a la que todos los guiris quieren venir, por que ni saben que existe, en realidad.

Es una de las ciudades más grandes de España, más que algunas capitales de provincia, tiene una densidad de población mucho más alta que Barcelona, más inmigración que Barcelona, pero curiosamente no tienes esa sensación de agobio al pasear por sus calles que sí tienes en el centro de Barcelona.

Esto es una ciudad dormitorio venida a más, a mucho más, sus fundadores fueron extremeños y andaluces en su mayoría.
Desde que estoy aquí leo todas las novedades que quiero en la biblioteca, por que los ejemplares en castellano tienen meses de colas, pero los ejemplares en catalán crian polvo en las estanterías, algo que no había visto nunca en ninguna de las otras cuatro bibliotecas que he frecuentado en Barcelona.

Los comercios aún están en su mayoría regentados por españoles, no hay tiendas bonitas, ni cafeterías de diseño, ni bares bohemios; aquí todo es funcional y mucho más barato que en Barcelona.
Y más feo; tan feo que a veces me entran ganas de arrepentirme de habernos venido.

Cuando mi madre supo que nos mudábamos se horrorizó, ¿qué, te vas de Barcelona, que te vas al extraradio, que te vas ahí?

Edificio abandonado al lado de la carretera.
En la parte delantera se acumula la basura, algún colchón y barriles de plástico.
El lugar en sí es precioso y entran ganas de imaginar quién vivió ahí y por qué se fueron.
También entran ganas de soñar lo que uno podría hacer ahí con un poco de dinero e imaginación.
La vegetación amenaza con tragárselo todo.
De pequeña mis padres me contaban cuentos chinos para mantenerme lejos del peligro, del estilo si tocas eso te pasará tal o cual.
Durante un par de años viví en un pequeño pueblo y podías encontrar por el campo restos de esta especie de champiñones blancos que véis en la foto.
Como mis padres me habían dicho tantas veces que si los tocabas te electrocutabas, me daba miedo tocarlos hasta cuando los encontraba por el suelo, pero me tenían fascinada.
Cuando veo alguno, sigo fascinada.
Las ventanas rotas de las fábricas tienen un extraño encanto, decrépito y poético.
La puerta a un palacete de ensueño engaña.
Las pintadas invaden todo, tratando de arrebatarle su dignidad.
Traté de sacar una foto frontal, pero la mirada de los habitantes del vestíbulo me hizo temer por mi ntegridad si me atrevía.
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George Winston, Moon


2 comentarios:

Rosa Ballerina dijo...

Se me ocurren bastantes cosas que se podrían hacer en la casa de las fotos, jeje, eso sí con bastante dinero y ganas xD.
Nunca he estado en otras ciudades del área metropolitana de Barcelona, bueno (las visitas a Ikea cuentan? :P), así que no puedo opinar.
Pero si ya dices tu misma que es fea... pues no se, será que lo es xD, jaja, pero supongo que algo de bueno debe tener si te has mudado allí.

Besos!

Ender dijo...

Nee, ami también :D

Bueno, las visitas a ikea no sé si cuentan cai no se ve la ciudad en la que está :D

Sí, sí, claro que tiene cosas buenas.
Una biblioteca fantástica al lado de mi casa, es todo más barato, no voy como una sardina en el metro (creéme, esta es una ventaja del copón), no hay guiris por todas partes y bueno...
UNA TERRAZA DE 53 METROS Y MEDIO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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