Este año y por primera vez en mucho tiempo, no tengo las más mínima necesidad de hacer balance del año que acaba, seguramente por qué tengo a medias un proyecto demasiado importante cómo para dar por cerrado nada.
Por decirlo de algún modo, mi año se va a alargar un poco y todo queda en suspenso hasta que llegue nuestra Gremlin.
Este año no hay balance, pero me gustaría dejaros uno de los momentos más divertidos que hemos compartido estas fiestas con mi madre, que está inusualmente tratable y tranquila y nos ha obsequiado con un montón de perlas hilarante durante estos días navideños que hemos compartido.
Yo sólo os digo que llevo días con agujetas en el abdómen de tanto reír, por qué entre la madre que está sembrá y el maromo que está más despistado de lo normal, vivo en un festival del humor continuo.
Tengo que empezar diciendo que mi madre es un ser singular, es una persona que hace reflexiones surrealistas a más no poder, pero las hace en serio, es decir, que ella se pierde en elucubraciones muy extrañas pero creyendo que son muy normales y sobretodo, importantes, por eso y pasados tantos años, nunca nos deja indiferentes con sus gritis jits mentales, que expone cómo si se tratase de la solución al hambre en el mundo.
Así que estaba ella el otro día en mi casa, sentada tan tranquila en el sofá y me dice muy seria que tiene un problema con su tele, una tele led bastante nueva.
Madre- Ay, no sé qué le pasa a mi tele, que no la veo bien.
Ender- ¿Se pixela, no se ven los colores, falla la conexión?
Madre- No, no es eso, es que no se ve bien- el mundo se acabará el día que mi madre vaya al grano.
Ender- Pero puedes ser más concreta, ¿qué le pasa exactamente entonces?
Madre- Es que es una cosa muy rara que no me había pasado nunca.
Ender- Bueno, vale, pero dame más datos, una pista al menos, ¿no?
Madre- Es que no sé si igual a ti también te pasa en tu tele.
Ender- ¡Pues dime qué te pasa y salimos de dudas mujer!- empezando a ponerme ya nerviosa ante tanto misterio.
Madre- Es que desde hace un tiempo, noto que mi tele hace a las mujeres que salen en ella muy dentudas.
Ender- (Estupefacta, la miro sin saber si he entendido bien lo que me ha dicho) ¿¿¿¡¡¡Cómo???!!!
Madre- Sí, que las mujeres que salen, tienen los dientes muy grandes, así, grandes (gesto con las manos frente a los dientes fuera de la boca de mi madre imitando a alguien con muchos dientes en la boca), paletudas, unos dientacos de infarto vamos, grandes y feos feos, no sé, una cosa muy rara.
En este punto, yo ya estaba en modo croqueta, rodando por el sofá presa de un ataque de risa monumental, llorando de la risa e imaginando el desconcierto de mi madre ante la invasión de las paletudas en su tele.
Ender- (Minutos largos después, cuando al fin pude hablar) Pero vamos a ver, ¿sólo le pasa a las mujeres, a los hombres no?
Madre- (Super seria pero empezando a mosquearse conmigo) Claro, si te lo estoy diciendo, sólo ellas, y además, sólo las que salen en la tele, las que salen en las películas no, esas salen bien y es que es muy desagradable verlas así, con tantos dientes y taaaan grandes y feeeeos.
Otro ataque de risa ante la mirada reprobadora de mi madre, que ya estaba francamente mosca conmigo.
Ender- (Cómo pude y aún llorando de la risa) Y oye, ¿no has mirado en el menú de ajustes en la tele?
Madre- ¿Y qué es lo que tengo que mirar?
Ender- Pues no sé, busca a ver si hay un ajuste que se llame dientes y desde ahí, los vas empequeñeciendo, ¿no?
No, no me pegó, se empezó a reír cómo una loca ella también.