Dina quiere a los animales

lunes, 11 de mayo de 2009

Dina quiere a los animales.
Los quiere mucho.
Los quiere tanto que no hay lugar en su corazón para la compasión para las personas.

Dina viene de muy lejos,
de otra época,
de otra nación,
de un mundo en ruinas,
de un pueblo eternamente elegido que paga con odio y venganza al mundo,
que revive una y otra vez el infierno del pasado infinito.

Dina quiere huir,
quiere vivir,
quiere morir,
quiere matar,
quiere odiar,
pero sobretodo, quiere salvar,
quiere salvar alguien o algo,
quién se lo merecerá,
¡¿quién?!

Dina quiere salvar al mundo,
quiere marcar la diferencia,
quiere estar en el bando de los buenos,
quiere estar orgullosa de ser humana.

Dina quiere olvidar,
soldados en todas partes,
matando niños,
niños lanzando piedras,
padres de familia volando por los aires.
Dina quiere creer, quiere poder dormir por las noches y no despertar asustada por que todo está a punto de volar por los aires.
Dina quiere respirar.

Por eso, Dina, no puede mirar a las personas a los ojos,
por eso Dina salva al mundo salvando a los cachorros que la gente deja abandonados,
por eso Dina rastrea las calles buscando cuerpos de pequeños animales que nadie quiere, por eso Dina está sumergida en la guerra, da lo mismo cual,
por eso Dina nos odia y sin embargo, nos quiere tanto que trata de salvarnos en cada criatura que encuentra en su camino.

Por eso Dina vive en el infierno
y divisa en cada perro, en cada gato, el cielo
a Dios
por eso Dina ha renunciado a hablar el idioma de las personas
por eso Dina da miedo .

Por eso Dina está viva
y está muerta
dentro de su alma
siente el frío
siente el odio
pero sobretodo,
siente el amor.

7 comentarios:

Cristina dijo...

No sé qué decir. Alguien tiene que hacer lo que Dina hace. Lo malo es que ella ha perdido el contacto con su propia especie.


Bicos.

Ender dijo...

Te contesté ayer y se fue el mensaje a la porra :S

En el mundo hay muchas causas para defender, si todos defendieran las mismas muchas cosas importantes se darían de lado.

De todas maneras, tal y cómo está el mundo no me extraña que haya gente que no quiera saber nada de las personas y se vuelquen en los animales.

Y cuando tu propia especie no te gusta, qué haces? :)

Cristina dijo...

Creo que hay gente que, por circunstancias, vive una vida que ningún humano merecería vivir. Puede que de ahí se genere una especie de sociopatía, amargura,... en fin.

Pero la mera verdad es que el ser humano es gregario, y lo natural es relacionarse con humanos. Dina debería buscar humanos con sus mismas inquietudes, eso une mucho ;).

La convivencia con animales a mí me parece muy positiva, pero la encuentro complementaria, no excluyente, de la relación con el resto de nuestra especie.

Ender dijo...

Bueno, sabrás que en cierto foro hay un subforo dónde hay ciertos conflictos sobre si la vida de mi perro o mi gato vale más que la de mi vecino, etc, etc, etc.

El problema es cuando la radicalidad se une a la radicalidad, si además te unes a gente que piensa de la misma manera, tu círculo se puede estrechar mucho.

mariajesusparadela dijo...

Siempre hay algo bueno, incluso en el mas malo. Supongo que hemos de aprender a buscar y luchar, manifestando el sentimiento. Como hacemos aquí, en nuestros blogs: poniendo un pensamiento para que otros opinen y nos digan el suyo. ¿no?

diego dijo...

Pues yo creo que Dina debería rebelarse contra su mundo si no le gusta, y tratar de mejorarlo. Como dica Hawai, su mundo es humano. Y ella se refugia en los animales domésticos, más dóciles y fáciles de dominar. No sé, yo a Dina le daría una charla y le diría que el ser humano no es tan despreciable (¿o sí?) Bonito texto, Ender.

Ender dijo...

Maria Jesús, cada uno encuentra el sentido dónde puede, creo que a menudo eso ya es mucho.

Diego, de dónde ella viene, pasan cosas que no se pueden explicar, son demasiado duras.
Supongo que una persona que ha visto eso, queda marcada para siempre.
Al fin y al cabo, Dina trata de mejorar el mundo, si realmente no lo hiciese se dedicaría a destruir y no a construir.

Yo a menudo siento tentaciones de darle la espalda al ser humano.

¿Despreciable? sí, lo es.
La cuestión es el equilibrio que se mantiene entre despreciable y extraordinario, que también lo es.

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