La intensión e buena

martes, 7 de junio de 2011

No sé si os he contado que vivo en un edificio donde casi todos los vecinos son gente mayor.
Esa característica ha forzado que el super héroe que vive conmigo, haya hecho ya dos intervenciones salva abuelitos en apuros, una de ellas,acompañado de su fiel ayudanta, como no.

Los abuelitos, ya se sabe, tienen mucho tiempo libre, y o tienen muy mala leche, como mis vecinos inmediatos de planta, o son un encanto, en eso no suelen tener punto medio.
Así que vivimos rodeados de abuelitos de varios temperamentos y nos pasan todo tipo de cosas, como hace unas semanas.

Como vivimos bajo terrado, somos particularmente susceptibles a los ruidos que nos llegan de allí, así que si hay algo fuera de lo normal nos asomamosraudos y veloces, no sea que nos den un susto.
Así que estaba yo uno de esos sábados que el medio pomelo trabaja, entrando y saliendo de mi terraza, cuando oigo dos voces sobre mi cabeza.
Allí estaban dos vecinos, o mejor dicho, uno y medio, ya que uno vive en el edificio pero el otro es el dueño de uno de los pisos pero quién vive es la hija.
Nada más verme asomar me llamron y me explicaron que estaban pintando la antena, que queda justo en una esquina que va a parar en medio de la pared de mi terraza.
Como la antena está oxidada, la lluvia había manchado parte de nuestra pared arrastrando el óxido, así que los vecinos habían subido una escalera y pintura blanca.
Al ver las manchas de óxido se habían quedado muy preocupados y me dijeron que si les daba permiso para entrar en mi terraza, me pintaban el trozo que estaba manchado.
Yo les dije que no hacía falta, pero ellos insistieron y me dijeron que es que ya lo habían traído todo, así que les dije que sí, que vale.
Una vez en la terraza, el medio vecino empezó a limpiar primero todo lo que habían manchado pintando desde arriba, y el otro vecino desde arriba, le iba diciendo lo de,
-Te deja una manxa má pallá- y así hasta limpiarlo todo, que 20 veces les dije que ya lo limpiaba yo, pero nada, ellos erre que erre
-La intensión e buena, mu limpio no queda, pero la intensión e buena-no paraba de decir el abuelo mientras insistía en limpiarlo todo con un trapo.

Mientras aguantaba la escalera y el medio vecino iba pintando, me iban explicando lo mucho que había cambiado el barrio, el que menos llevaba hacía 40 años que vivía allí.
Hicieron un torpe intento de sonsacarme de que trabajaba el medio pomelo, pero no fueron lo suficientemente hábiles, sus mujeres seguro que lo hubiesen conseguido.
Así que allí estaba yo, aguantando la escalera y escuchando las batallitas de los abueletes, que si los bancos de delante de la biblioteca se los pidió el vecino en persona al alcalde, que si antes la calle iba en dirección contraria, que si los vecinos de al lado siempre han sido unos rancios...

Lo cierto es que fue un rato entretenido, escuchándolos rememorar y reñirse mutuamente, vecinos que llevan toda la vida juntos y son como una gran familia, con sus cosas buenas y sus cosas malas.
Mientras los escuchaba me preguntaba si era eso lo que nos esperaba a nosotros, estar dándole la lata a los vecinos jóvenes de aquí a 30 años, contándoles lo mucho que ha cambiado el barrio, los muchos años que llevamos allí viviendo y todas esas cosas de abuelos.
¿Se puede tener moriña del futuro?
Por que yo la tuve.

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