Adiós, adiós y no vuelvas

jueves, 31 de diciembre de 2009

Se va 2009 y si tengo que hacer balance no podría decir si ha sido bueno o malo.
Ha traído cosas maravillosas e inesperadas, se han llevado a cabo cosas pendientes de hace tiempo, se ha mejorado en mucho.

Por otro lado, el mismo tema que empañaba 2008 sigue vigente, un tema que invade lo personal y además se lleva por delante muchas de las buenas cosas que he tenido, enturbiando mi ánimo y mi calma.
Me siento terriblemente afortunada y terriblemente decepcionada, soy feliz e infeliz al mismo tiempo.
Así que ¿cual puede ser el balance de este año?


Acaba 2009 y estoy feliz de dejarlo atrás, pero espero que 2010 no sea también un año que de aquí a un año, me sienta feliz de dejar atrás, por qué entre medias está un año de mi vida que no ha sido en mucho como esperaba, como deseaba y sobretodo, como merecía.

Así que para el año que empieza no pido, sino exijo que mejore radicalmente esta situación, por qué francamente estoy hasta las narices de todo ello.

Y por favor, sino mejora, que encuentre de una puñetera vez, la manera de que me importe tres pepinos codearme con tanto malnacido.

Adiós, adiós 2009.
Bienvenido 2010.



*Feliz salida y entrada de año.

Gracias

lunes, 28 de diciembre de 2009

Cuando te conocí no tenía fe en las personas.
Tampoco tenía fe en mi misma.
Pero sobretodo, no creía en la bondad.
No me costó mucho fiarme de ti, ni darme cuenta de que eras distinto.
Lo primero que me llamó la atención fue tu inteligencia y tu agilidad mental. También tu sentido del humor, la manera en que te reías de todo y de todos, sin ser cruel, sin ser desagradable.
Me costó mucho saltar el muro que te rodeaba y verte sin armadura, sin ironía, sin excusas. Pero ya hacía tiempo que sabía una cosa de ti; que eras una buena persona.
Cuanto más me dejabas acercarme, más obvio resultaba; eras bueno, honrado, decente y generoso.
He tenido muchos años para descubrir lo generoso que eres, me lo has demostrado día tras día.
Sé que a veces no es fácil, sé que cuando lo pasamos mal hacemos daño a los que más nos quieren, sé que a veces te resulta duro y sabes que a mi me resulta duro y también penoso tener que pasar y hacer pasar por esto.
Pero tú, lejos de dañarme, lejos de enfadarte, me sientas y me hablas, me dices qué es lo que pasa, por qué está mal, por qué duele; y me perdonas; y te exiges ser más paciente.
Tú, lejos de empequeñecerme, te engrandeces con tus actos.
Tú, una vez más, me das una lección con actos y no con palabras.
También te has hecho mayor, también has aprendido y me gustaría pensar que yo te enseñé algo, que fue de mi de quién aprendiste algunas cosas, pero sé que eso siempre estuvo dentro de ti, esperando el momento de surgir.

Soy una persona muy afortunada; mucho.
Sólo espero que me contagies con tu generosidad.

Feliz día

viernes, 25 de diciembre de 2009

Hoy no os voy a desear feliz Navidad ni nada por el estilo.
Y no es que quiera que en esta fecha tan señalada no seamos felices todos y cada uno de nosotros, nada de eso.
Es que como decía mi madre, he sido siempre muy rebelde y me gusta ir contracorriente, aunque en esto último se equivocaba, no es que me guste ir contracorriente, es que no me gusta que me hagan ir para donde es evidente que no voy.
No os voy a desera feliz Navidad, por qué me parece una tontería.
La Navidad, queridos todos, no es más ni menos importante que el 15 de mayo o el 21 de octubre o el 1 de febrero, y aunque sé que mucha gente cree que es importante por el hecho de
tener que estar reunidos en familia, no puedo estar más en desacuerdo.
Todos y cada uno de los días de nuestra vida son importantes y especiales, y todos y cada uno de ellos deben ser vividos con alegría e ilusión, en todos y cada uno deberíamos ser solidarios, generosos y amables; y sí, sé que no es así, sé que en la mayoría de los casos nos dejamos arrastrar por las preocupaciones, por el agobio, por el desánimo, por la decepción.
Sé que ni mucho menos somos solidarios, generosos y amables la mayor parte del año, pero también sé, que a poco que lo intentemos podemos construir con nuestro esfuerzo una red que pare los golpes de los demás y los podamos transformar en algo positivo; o al menos, que podamos parar el golpe y no transmitirlo a otro.
Sé que no se puede cambiar el mundo con un chasquido de nuestros dedos, sólo podemos cambiar nosotros. Pero cuando alguien me trata mal, cuando alguien me agrede, cuando alguien se hace el listo conmigo, si en vez de devolver el golpe con la misma agresividad, si en vez de enojarme, si en vez de reaccionar mal y volverme contra esa o cualquier otra persona de mi entorno, soy capaz de que no me afecte y no volverlo contra los demás, entonces, habré cambiado el mundo.

Y no os voy a desear una feliz Navidad, pero sí os deseo que en el día de hoy, como en cualquier otro, seáis muy felices, estéis con quién estéis y estéis donde estéis.

Ich tu dir weh

jueves, 24 de diciembre de 2009

Aprovechando que acaba de estrenarse, os dejo el último video de Rammstein.
La canción me encanta, la letra me da repelús, combinación 100% Rammstein.


El pasado no existe

martes, 22 de diciembre de 2009

No soy una persona que recuerde con cariño su época escolar, para mi fue una bendición abandonar la escuela para pasar al instituto, cambiar de compañeros, de ambiente, de dinámica.

Hace un tiempo me vi en la situación de tener que pisar por primera vez en más de una década, mi antiguo colegio.

Traté por todos los medios buscar otra opción, por qué tenía que reconocer que ese hecho, me infundía un temor profundo, enquistado en mi alma desde hacía mucho tiempo.
El propio recuerdo del edificio inerte, me atemorizaba y me retraía a una época en la que ni sabía ni me dejaron defenderme, así que volví a sentirme como la niña pequeña que fui, completamente expuesta.

Al final, no hubo otra opción, tenía que que personarme en mi antiguo colegio.
Me armé de valor y de protección, mi mejor amiga venía conmigo, dispuesta a cogerme de la mano si era necesario, al tanto como estaba del pavor que me producia la gestión.
Recuerdo perfectamente el momento en que nos plantamos delante de la puerta rejada, respiré hondo y llamé al timbre. Mientras nos abrían tuve tiempo de verificar lo mucho que había cambiado todo, el patio de la parte de delante ya no existía, se había utilizado para hacer nuevas dependencias administrativas y detrás de la reja había una doble puerta de seguridad para entrar en el colegio.
Abrieron y entré, me atendió una persona que no conocía, le expuse mi caso y me invitó a sentarme mientras salía el director.
Sentada, notaba mi pulso acelerado, el comedor seguía en su sitio, pero la escalera que llevaba al piso de arriba había sido reformada, el vestíbulo era completamente distinto y sin embargo, todo era exactamente igual.
De repente salió el director, lo reconocí al instante, era uno de los antiguos profesores de mi hermano y lo primero que me sorprendió fue lo pequeño que parecía ahora.
Me hizo pasar al diminuto despacho invadido de papeles y más papeles y empezó a hablar como una locomotora, como siempre había hecho aunque ahora no me resultaba complicado entenderle. Le expliqué que era una exalumna y lo que necesitaba.
Se alegró mucho de que estuviese allí, ¡una exalumna!, siguió hablando atropelladamente, me contó cosas sobre el colegio, el año en que lo dejé y finalmente mi nombre con tal de poder realizar la consulta necesaria y al oír mi apellido, preguntó, tal y como imaginaba que pasaría:
-¿Tú no serás la hermana de X?
Cuando supo que sí lo era, estuvimos un rato hablando de mi hermano, que fue uno de esos alumnos al que los profesores recuerdan con una mezcla de cariño y alivio, cariño por qué era una persona que se hacía notar y querer, y alivio por perderlo de vista, por que era un niño de lo más revoltoso.
Después de hablar de mi hermano y asegurarse de que la vida le había ido bien, me preguntó sin más ambages que que tal me había ido.
Parece simple, ¿no?, un perfecto desconocido te pregunta que tal te ha ido la vida, pero no lo es, era más, mucho más.
Le respondí con total sinceridad, le dije que tenía trabajo, un piso en hipoteca, una pareja con la que era feliz y que consideraba que la vida me había ido bien.

Me miró fijamente, muy serio,
-No sabes lo feliz que me siento cuando sé que alguno de vosotros salió bien, que tuvo su oportunidad, que se ha convertido en una buena persona.
Ahora, es todo muy distinto, estamos saturados, la inmigración nos desborda, nos faltan recursos, estamos al borde del colpaso; ya no es lo mismo.
Parece simple pero no lo es; todos los profesores que me he encontrado en mi vida, me han preguntado que que tal me ha ido, y hasta ese día no me di cuenta de que ellos se sienten en parte responsables de nuestro éxito en la vida, que ellos, que formaron parte de nuestros aprendizajes, necesitan saber que lo hicieron bien, que cumplieron su parte.
De repente, sólo con esa mirada, me quedaron claras muchas cosas, la que más, que me había hecho mayor, muy mayor, y que el pasado, podía alcanzarme pero ya no podía herirme con sus zarpazos traicioneros, el pasado, se desintegraba a la luz de mi nueva mirada por que de repente, ese colegio temido estaba impregnado solo de buenos recuerdos, del cariño que sentí por mis profesores en casi todos los casos, del cariño con el que me trataron siempre, del placer de aprender, de esos libros de la clase de lectura que me maravillaban, de ese patio por el que me encantaba correr.
Y sentí gratitud, por el destino que me había llevado hasta allí y me había permitido hacer las paces con esos recuerdos punzantes y dolorosos, por mis profesores que siempre se preocuparon de mi, y sobretodo, por mi pasado, que muy a pesar mío, me había convertido en la persona que soy, con todo lo bueno y todo lo malo.
Antes de marcharme, me decía el director que otro día volviese y me enseñaría el colegio con calma, que aquel día no tenía tiempo, nos acompañó hasta la puerta y justo antes de abrir, en un arrebato me dijo:
-Pero qué coño, no tengo tiempo pero ven, ¡al menos te enseñaré al patio nuevo!
Y vaya si me lo enseño, el patio nuevo, el nuevo gimnasio donde todos los niños nos miraron extrañados y a juzgar por la sonrisa traviesa e ilusionada del director, no sé cual de los dos lo estaba disfrutando más, él o yo.

Me fui de mi antiguo colegio sin lo que fui a buscar, pero me llevé, en el fondo de mi corazón la paz y la alegría de haber vencido a otro monstruo del pasado.

Nuevo

jueves, 17 de diciembre de 2009

Me gusta mi nuevo barrio; es lo que me digo cada dos por tres, cuando voy y cuando vengo, cuando salgo, cuando llego, cuando paseo, cuando me asomo, cuando llegan, cuando me llaman.
Y es curioso, por que recuerdo perfectamente los últimos días en mi antigua casa, llorando lágrimas de una honda tristeza por dejar mi tan amado hogar durante tanto tiempo.
A veces me cuesta adaptarme, es más, a menudo me adapto muy lentamente, así que temo a los cambios, a lo mucho que me desestabilizan, lo mucho que me alteran, lo mucho que me pesan.
Pensé que este sería un cambio duro, salir de Barcelona, cambiar de casa, cambiar de barrio, cambiar de transporte, cambiar, cambiar, cambiar...
Al principio fue complicado, mi pésimo sentido de la orientación, el impacto de la inmigración concentrada de un modo tan distinto al que yo había conocido, el hecho de no encontrar nada de lo que te gusta, de lo que necesitas, la casa que no era nuestra, tu vida metida en cajas sin saber cuando iba a acabar esa historia.
Y de repente, no sabes muy bien por qué, te das cuenta de que necesitabas un cambio pero no lo sabías, te das cuenta de que lo que tenías te gustaba, pero era hora de cambiarlo y por supuesto no te das cuenta hasta que lo has hecho.
De repente, las calles angostas, estrechas y oscuras, por calles anchas, tranquilas, habitadas, los cielos lejanos, partidos, en perspectiva, por cielos onmipresentes, inmensos, bajos, las escaleras viejas, encantadoras, destartaladas, por los ascensores pequeños, nuevos, ordenados, los comercios de mil lugares con de todo un poco, por los tradicionales, los antiguos, los de la infancia.
Los domingos, cuando voy de camino al mercadillo donde encuentro cosas que nunca creí tan cerca de casa, me voy diciendo mientras camino: -me gusta mi barrio.
Me gusta mi casa nueva, con las habitaciones necesarias, con la luz necesaria, con ascensor para mis pulmones, con mi terraza que me parece inmensa.
Me gusta mi calle, amplia, tranquila pero siempre con gente, con comercios, con sol.
Me gusta lo cerca que está correos y que encuentren las cosas por que es una oficina pequeña.
Me gusta mi nueva entidad bancaria, me reciben con una sonrisa, se portan bien, son cercanos, me conocen.
Me gusta el mercadillo de los domingos.
Me gusta la comunicación que hay para llegar a mi casa.
Me gusta la nueva biblioteca que tengo al lado de casa.
Me gusta el parque que tengo al lado de casa.
Me gusta tener un hospital a menos de 10 minutos.
Me gusta ir al bar Pepe, a tomarnos un aperitivo los domingos, aquí sólo hay bares pepes, nada de sitios de diseño que te cobran solo por mirar.
Me gusta lo barato que es todo en mi nuevo barrio.
Me gusta, me gusta, me gusta y soy feliz por que a pesar de las historias en las que nos vimos metidos, a pesar de los enfrentamientos, de los nervios, de la frustración, sé que hemos tenido suerte, sé que la mano que tenemos bajo el culo, no nos ha soltado nunca y que sólo era cuestión de esperar.
Me gusta que la vida sea nuestra aliada aunque a veces, por un breve lapso de tiempo, creamos que no es así.

Sopa de letras

lunes, 14 de diciembre de 2009

Lugar: Pasillo de un supermercado en el centro de la ciudad.

Personajes: Mi amiga X, la compañera de mi amiga X, clienta vestida elegantemente.

Suceso:
La clienta, tras dar varias vueltas por el pasillo, se dirige a las pastas para sopa infantiles, coge algunos paquetes de la misma, los compara pensativamente y finalmente, con un paquete de pasta infantil para sopa de letras, de la marca del supermercado (minúsculas todas ellas) se acerca a la compañera de mi amiga X y le pregunta:
-¿Cuando las hierves, son mayúsculas?

Es difícil plasmar en palabras la cara de mi amiga X, que lo vió todo y la de la compañera de mi amiga X, pero nosotras, estuvimos un buen rato riendo cuando nos lo contó.

La mochila mágica (otra aventura del Capitán Empanada)

lunes, 7 de diciembre de 2009

El Capitán Empanada es una fuente inagotable de aventuras que compartir y yo, como su cronista oficial no puedo permitir que dejéis de conocerlas.
Como ya os conté, los superhéroes van al trabajo en transporte público, están muy concienciados con el cambio climático y además, ir en trasporte público les garantiza un montón de aventuras y cabreos varios, así reutilizan la mala leche que se pillan en TMB en energía para salvar el mundo.
Aparte de los gloriosos trasportes públicos, utilizan otros, concertados por empresas varias que los llevan a las reuniones que celebra el sindicato de superhéroes, donde revisan las horas trabajadas, si se les aplican bien los pluses de nocturnidad, peligrosidad y si sus pijamas, perdón, uniformes, cumplen la normativa vigente en cuanto a elasticidad, traspiración y comprueban cosas tan elementales como que sean impermeables, ignífugos y que no se les haga un siete en ninguna parte noble a la menor refriega, nadie desea verle la ropa interior a un superhéroe, o, esto, bueno, es cierto, ellos la llevan siempre por encima de los pantalones, así que mejor aún, nadie desea ver lo que llevan debajo de los calconcillos y los pantalones, por ese orden, los superhéroes.
A lo que íbamos, nuestro Capitán Empanada regresaba de la reunión quincenal de superhéroes de la provincia de Barcelona y como el trayecto es largo y los superhéroes madrugan mucho se quedó traspuesto un buen rato. Justo cuando abrió un ojo para ver por donde estaba vió que llegaba a su parada y raudo y veloz, se levantó, agarró su mochila, sí, esa donde lleva sus cosas de superhéroe, ya os expliqué para que la necesita, de la parte superior de los asientos de su autocar y bajó pitando.
El caso, es que para llegar a su casa le quedaba un buen tramo que realizaría en metro al cual accedió, pagando su billete, por descontado.
Una vez sentado en el metro, para amenizar el trayecto abrió la mochila buscando el libro que se había traído para leer, en este caso se trataba del bet seller, bueno, al menos entre los superhéroes, llamado El enmascarado rosa, una novela que iba de un superhéroe misterioso cuyo pijama, perdón, uniforme, era completamente rosa, con una franja morada a los lados y que tenía a la ciudad y al gremio de superhéroes muy intrigado, sobretodo por el color que había escogido para su indumentaria y al final resulta que el enmascarado es una apuesta superheroína y por eso va de rosa y claro, os preguntaréis, si va tan arrapada como van los superhéroes ¿cómo es que no notan que es una mujer? pues os lo digo, por qué resulta que la superheróina es hija de un millonario que tiene una multinacional de chorizos ibéricos y con el dinero de papá se hace construir un escudo de neutrones irradiados con magnesio que funciona con un dispositivo que se controla desde una boina y hace que se cree una ilusión óptica que logra que todos vean lo que ella quiere, y ya de paso, tampoco le vean la boina, sino ya me contaréis, menudo glamour patrio.

Bueno, que me he desviado un poco, pues nada, que el Capitán Empanada se disponía a coger su libro de la mochila, la abrió y en vez del libro encontró (chan, chan, chan) UN BOCATA CHOPPED!!!!!. No podéis imaginar el estupor del Capitán Empanada, más que nada por qué a el chopped no le gusta mucho, si al menos hubiese sido un bocata de tortilla de calabacín, pues mira, pero de chopped, ¡ni hablar!, así que convencido de que aquello era un error cerró la mochila y la volvió a abrir esperando que el bocata se hubiese convertido en su novela pero no, ante el asombro creciente de nuetro superhéroe el bocata persistía en su condición de bocata, que se negaba a modificar su forma física, vaya. Llegado este punto el Capitán Empanada, cerró y abrió frenéticamente su mochila varias veces más, pero ese debía de ser el bocata de chopped más cabezón del mundo, por qué allí seguía, burlón y desafiante, así que el Capitán Empanada decidió investigar un poco más a fondo en la mochila, descubriendo que las llaves de su casa tampoco estaban, ni el paquetito de cigarros (esto, sí, el Capitán Empanada fuma, es un hábito muy poco digno de un superhéroe, pero fuma), así que una cosa estaba clara; esa NO era su mochila.
Tras descubrir tan abrumadora realidad empezó a elucubrar qué podía haber pasado, estaba claro que él conocía muy bien su mochila, la tenía grabada a fuego en su mente, así que alguna otra cosa debió haver pasado y él tenía una idea muy clara de quién podía estar detrás de este tema.
La Megatorrijaquellevaesteniñoencima había atacado de nuevo, pero ¿cómo?, ¿cuando?, el porqué estaba claro, para que el Capitán Empanada no pueda saber como acaba la novela que está leyendo, con lo enganchado que está el pobre, necesita leer las páginas de ese libro tanto como el respirar, y, ahora, ¿qué podía hacer?, ¿dónde estaría su mochila?, ¿recuperaría algún día su mochila?, ¿cómo iba a entra en su casa?.
Abatido, prosiguió en el metro, mirando en el interior de la mochila, tratando de encontrar alguna solución a tan triste situación y acordándose de la parentela de La Megatorrijaquellevaesteniñoencima.
Además tuvo que esperar a que su chica llegase para entrar en casa, lo cual no es muy digno para un superhéroe y mientras esperaba decidió que a la mañana siguiente, iría de nuevo a la sede donde celebraban sus reuniones para exponer su caso con los compañeros que allí pudiesen haber y de paso, para ver si alguien le prestaba la novela que tando deseaba terminar.
Así que allí estaba nuestro superhéroe preferido, en la parada del autocar, esperando pacientemente y de repente vio a un joven que se acercaba zarandeando una mochila negra, que era sospechosamente parecida a la suya, tratando de captar su atención. Cuando estuvieron el uno frente al otro, el joven le dijo:
-Me parece que
ESTA es tu mochila y que ESA que llevas ahí, es la mía.
Un silencio tenso se cernió sobre ambos y si la vida de nuestro super héroe hubiese sido una película hubiese sonado una música de suspense, pero como esto es la vida real, sólo sonó una canción de regetón de un coche que pasaba por allí, además, de letra un poco grosera.
El Capitán Empanada abrió la mochila que le tendía el joven y efectivamente, allí estaba su libro y sus llaves lo cual lo impactó sobremanera. Entonces el Capitán Empanada tendió la mochila que había traído y el joven verificó que aquella era su mochila; intercambiaron un asentimiento de cabeza y subieron al autocar.
Y mientras el autocar se dirigía a su destino, el Capitán Empanada no pudo menos que preguntarse si, ¿no sería aquel joven un secuaz de su temible mega adversario que le había dado el cambiazo a su mochila?, o mucho peor, ¿no sería el propio Megatorrijaquellevaesteniñoencima con algún astuto disfraz que encima quería boicotear las reuniones de los superhéroes?.
Fuese como fuese, no iba a perder a ese tipo de vista en un tiempo.

Reunión gatuna

viernes, 4 de diciembre de 2009

Los encontré haciendo una reunión gatuna en mi terraza; de izquierda a derecha, Everton, Luca y Mario.
Son una monada y no dan trabajo, te alegran las solapas de las chaquetas y las camisetas.
Se los puedes pedir a Iruneh.


Música hasta en la sopa

miércoles, 2 de diciembre de 2009

A pesar de que me encanta la música y es algo que me hace muy feliz, confieso que la música por qué sí, a cualquier hora y en cualquier parte no es de mi agrado, de hecho, me parece algo insufrible, tener que soportar determinadas músicas en determinados recintos.
El otro día me entretuve en contar los sitios en los que puedo escuchar música a la fuerza siguiendo mi rutina más o menos habitual y encontré qué:
1-El primer sitio en mi jornada habitual donde la música me asalta es en el metro, en este caso, no se trata de un hilo musical, sino el sistema de teles maravilloso que hay en la red de metros de mi ciudad, dónde ponen anuncios, minireportajes y cuñas de TMB, la mitad de esas cosas, lleva música incorporada, a veces a un volumen insoportable.
2-En el vagón del metro, si llevas pegado a alguien que lleva el mp3, o 4 o 1266, a toda castaña, tan alto lo lleva que hasta logras entender la letra de las canciones
3-En el vagón del metro, hay algún desgraciado que se pone la música del móvil, pero sin auriculares para que el resto del vagón, la pueda compartir, de buen rollito, tempranito, por la mañana, es una de esas personas generosas por naturaleza.
4-En los pasillos del metro, dónde se hallan esos individuos que se hacen llamar músicos.
Algunos lo son, pocos y otros sólo sirven para castigar oídos e instrumentos, a esos les pegaría una patada a la sillita que los sostienen a ver si con el culo en el suelo ven el mundo desde otra perspectiva y se dedican a otra cosa menos molesta.
5-En el hall y ascensor de mi empresa, nada más llegar, el hilo musical te asalta a un volumen moderado, pero siempre presente, te sigue en el ascensor, cuando sales de él, hasta llegar al interior de la oficina en la que trabajo.
6-Los móviles de los compañeros, que suenan y suenan sin ser atendidos, a toda pastilla, con la última y estridente canción de moda, cuanto más estridente, mucho mejor, no vaya a ser que el último pasillo no oiga la cancioncilla de las narices.
7-Por la tarde,de vez en cuando, aparte de todo el surtido musical del metro ya relatado antes, está la versión del músico que se mete en el vagón que no se conforma con tocar en los pasillos o que bien no tiene permiso para hacerlo y decide que el vagón es el mejor sitio dónde mostrar su talento guitarrístico, acordeonístico, vilonístico, mandolinístico, flautístico, o cualquier ístico que se nos ocurra.
Normalmente, es un castigo divino a secas, pero con el ruido del metro de fondo, más.
8-Los músicos en la calle, que son tan célebres en Barcelona, a pesar de que la normativa al respecto se ha ido endureciendo, es usual encontrar a músicos tocando en la calle, cómo en el caso del metro, unos lo hacen bien y otros hacen ruido, suelen tener equipos más potentes que los del metro, así que ser vecino es una zona con un músico que hace ruido, debe ser la repera.
9-Ay de ti sin vas a comprarte una prenda de ropa y eliges una de esas tiendas multinacionales que hay en todas las ciudades...
Entras en la tienda y sólo faltan las bolas de la discoteca, por qué tanto el tipo de música, cómo sobre todo, el volumen de la misma lo hace creer, las dependientas, se gritan entre si para entenderse y si quieres preguntarles algo, tendrás que armarte de valor y gritar bien alto para que te oigan.
10-La música de tu vecino cuando llegas a casa y decide ponerla a toda leche, por lo mismo de antes, le gusta compartir.
Hay una leyenda urbana que dice que si llamas a la policia viene y les obligan a bajarla, pero yo no puedo dar fe de ello, puesto que nunca presencié tal acto, ni conozco a nadie que lo hiciese.
Y por último, una que no es diaria, pero más habitual de lo que me gustaría:
11-Los conciertos en la calle, son esos eventos que se organizan por algún motivo, yo nunca me entero muy bien de cual, que se pagan con tus impuestos y que no te dejan dormir hasta altas horas de la noche.
En este caso, no hay ni derecho a pataleo, sólo hay que cerrar todo a cal y canto y rezar por qué terminen pronto.

Y menos mal que me gusta la música, por que sino, estaría frita...

Cuando un libro te persigue, te acaba alcanzando

lunes, 30 de noviembre de 2009

Me gusta leer, me gusta mucho leer, leo regularmente desde los 11 años y adoro los libros; pero no me gusta acumular y cada cierto tiempo hago limpieza en mi biblioteca, por que si a estas alturas tuviese todos los libros que una vez compré, necesitaría otro piso sólo para ellos.
Nunca he tenido más de un ejemplar del mismo libro, salvo en un caso, en que el libro en cuestión, Siddhartha de Herman Hesse, se empeñó en perseguirme en el tiempo.

Hace ya muchos años, mi madre se empeñó en que era un libro que debía leer y un día apareció en casa con un ejemplar que me regaló.
Lo cierto es que yo me había leído Demian, del mismo autor, libro que no sabría decir por qué motivo, me desagradó profundamente, no el libro, sino la atmósfera del libro y me econtraba poco receptiva a leer nada más de este autor tan afamado, así que acabó en una estantería junto con otros libros.
Pasado casi un año, empecé a escribirme con una persona que tenía la maravillosa costumbre de adjuntar en sus tres primeras cartas, tres ejemplares a modo de regalo, a saber, Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, El Loco de Gibran Khalil Gibran y Siddhartha de Herman Hesse.
Cuando recibí este último pensé que era una casualidad curiosa, recibir regalados dos ejemplares de un libro que todo el mundo me recomendaba y que yo tenía tantas reticencias a leer.
Lo guardé en la estantería, junto con el otro, aún no era el momento.
Unos meses más tarde, mi medio pomelo, me regaló un ejemplar del mismo libro, yo, en el momento de recibir el regalo no daba crédito a mis ojos, ¿tres ejemplares del mismo libro? esto era demasiado, ¿es que todo el mundo conspiraba para que lo leyese?
Llegado este punto tuve que plantearme seriamente leérmelo, claro está, tres libros exactamente iguales, eran de la misma editorial, me reclamaban desde la estantería, sin embargo, yo seguía sin estar decidida del todo.
Un buen día, unas semanas después de haber recibido el último ejemplar, estaba en la biblioteca, curioseando en una pila de libros devueltos y tiré uno sin querer al suelo, lo recogí y miré cual era; sí, era Siddhartha.
Conmocionada por la insistencia cósmica del libro lo llevé hasta el mostrador de préstamos y me lo llevé a casa; después de tener tres ejemplares en casa, lo leí prestado de la biblioteca.
Y me encantó.

Carta a la Sra. Ministra de Sanidad

viernes, 27 de noviembre de 2009

He recibido este mail sobre la Gripe A y me ha gustado.

Señora ministra, le propongo que sea usted la
primera española que se vacune contra la gripe A.
De hecho, con este
despropósito llamado autonomías, si se vacuna usted y toda la cartera de gente que nos gobierna en España, el grupo control sería lo suficientemente grande como para sentirnos todos más seguros.
Verá usted, le agradezco que me haya colocado a la cabeza de los grupos de riesgo y que tenga usted tantísimo interés en que no me coja la gripe.
Entiendo que usted me necesita para que el sistema de salud no se colapse;sin embargo, es una gran pena que al igual que usted se preocupa por mi salud y de repente me valore como un bien nacional, no se preocupe por mi situación laboral. La invito a que venga a ver mi contrato o el del resto de los médicos en este país. La gran mayoría trabajamos con contratos que en el resto de la Europa antigua serían una vergüenza.

Señora ministra, yo no me voy a vacunar. El virus no ha acabado de mutar y a partir de la última mutación deberían pasar seis u ocho meses para elaborar susodicha vacuna. Es decir, la vacuna que nos proponen no puede ser efectiva. En cuanto a su seguridad, ya tenemos la experiencia de vacunas para la gripe fabricadas con prisas; se usan adyuvantes peligrosos para poder poner menor cantidad de virus. Francamente, yo prefiero tener mocos tres días que sufrir un Guillain-Barré.

Señora ministra, a mí no me gusta ser un conejo de indias. El Centro de Prevención y Control de Enfermedades de la UE "espera a saber cuáles son los efectos de la vacuna en los adultos sanos para detectar posibles consecuencias adversas". Mire usted, casi que no. Prefiero que se la ponga usted y me lo cuenta.

Señora ministra, se les está marchando el asunto de las manos. Está ya más que claro que este virus, aunque muy contagioso, es muy poco agresivo y más del 95% de los casos cursa de manera leve. Se espera un máximo de 500 fallecimientos frente a los 1500 a 3000 que provoca la gripe tradicional.
Mientras tanto, usted está permitiendo un despilfarro de recursos inaceptable. Muchos hospitales en el país están siendo objeto de cambios arquitectónicos absurdos e innecesarios para prepararse para una hecatombe que ya sabemos no va a ocurrir. Se han gastado ustedes 333 millones de euros en esta pandemia de color y fantasía. La letalidad del virus es del 0.018%, francamente irrisoria.

Señora ministra, déjeme que le recuerde que la gripe A ha matado de momento a 23 personas y que tiene una tasa de incidencia de 40-50 casos por semana y 100.000 habitantes. Sin embargo, el tabaco produce en España 40.000 muertes al año y 6.000 por tabaquismo pasivo. Eso sí que es una pandemia, pero usted prefiere ignorarla. Es un tema menos atractivo y que le crearía multitud de enemigos. De los 447 muertos en las carreteras españolas en 2008, ni hablamos, que no es de su cartera.

Señora ministra, explíqueme por qué tiene usted el Tamiflú bajo custodia del ejército. La eficacia de los antivirales en esta gripe es dudosa y de cualquier manera lo único que hace es reducir en un ratito la duración de los síntomas y con efectos secundarios no despreciables. Cualquiera diría que guarda usted bajo siete llaves la cura contra el cáncer o la peste bubónica. Ponga el fármaco en las farmacias que es donde debe estar y déjese de fantasías más propias de Hollywood. Alternativamente, haga algo sobre la patente del osetalmivir y permita que lo fabriquen otras compañías farmacéuticas, así no hay agobios de restricciones.

Señora ministra, las previsiones de la Organización Mundial de la Salud ya se han patinado en ocasiones anteriores. Cuando la gripe aviar, predijeron 150 millones de muertos que al final quedaron en 262 fallecimientos. Se han vuelto a equivocar, no importa. Lo importante es parar la locura en la que estamos montados y esa, señora Jiménez, es responsabilidad suya..

Señora ministra, aquí una es una cínica por naturaleza. Demasiada gente se lleva tajada en este asunto. No sólo los fabricantes de las vacunas y los antivirus sino los que hacen las mascarillas, los de la vitamina C, los del bífidus activo, los fabricantes de ventiladores artificiales y pulsioxímetros, los de los pañuelos desechables, los productos de desinfección de manos, hasta los presos con enfermedades incurables que quieren aprovechar para marcharse a casa. Sin embargo, no me negará tampoco que la pantalla de humo les ha venido al pelo a su gobierno ahora que la crisis sigue su marcha, el desempleo tiene niveles históricos, nos suben los impuestos, sube el IRPF y baja el PIB. Una casualidad, supongo.

Señora ministra, una cosilla más. Si tengo que ver muchas más fotos suyas a media página con mirada astuta, trajes sexis y poses de modelo... ¡me va a dar algo!

Por Mónica Lalanda,
9 de septiembre de 2009

*
Mónica Lalanda ha pasado los últimos 16 años en Inglaterra, la mayoría como médico de urgencias en Leeds (West Yorkshire).
En la actualidad trabaja en
la unidad de urgencias del Hospital General de Segovia, participa en varias publicaciones inglesas y también ilustra libros y revistas con viñetas médicas.

Mil disculpas

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Este mes de enero se inció la que esperamos sea nuestra última aventura inmobiliaria.
Tras 9 años disfrutando plenamente de un piso que compramos con todo la ilusión del mundo se impuso el hecho impepinable de que necesitábamos otro piso que tuviese una habitación más.
Además, estaba mi deseo de tener una terraza donde dar rienda suelta a mi encorsetado hoobie hasta el momento, por falta de espacio al aire libre.
Así que una vez tomada la decisión, pusimos nuestro piso a la venta y empezamos a buscar uno nuevo.
Todo el mundo nos decía que esperásemos, que los pisos no se vendían, que era el peor momento, en pocas palabras, que no íbamos a vender el piso en la vida, vamos.
Por otra parte, nuestra búsqueda estaba muy condicionada por unas características extremadamente concretas, lo cual no nos facilitaba precisamente la tarea.
Nuestro sueño era vender y comprar al mismo tiempo, lo cual era poco menos que un sueño imposible, pero seguro que es el que tenemos todos cuando nos embarcamos en una compra/ venta.
Y a pesar de todo, resultó que en el mes de marzo se dio la feliz coincidencia, teníamos un comprador y habíamos encontrado un piso; finalmente, resultó que tras hacer papeles y más papeles, la compra se haría antes que la venta, asumiendo una hipoteca puente que un banco nos daba.

-Intento de compra nº 1:

Llegó el momento de la compra, sentados en el despacho del gestor que llevaba nuestra compra tratando de que nos hiciesen llegar la oferta vinculante, que no llega, y no llegará nunca por qué además de no mandarla, el banco en cuestión no tenía fondos para realizar la operación, es fuerte, pero es así, vuélvete a tu casa, pierde el día que has pedido de fiesta, llama a tu empresa y pide el día siguiente, por qué al día siguiente se programa la nueva firma.
¿Porqué un banco que tiene agendada una compra venta no tiene fondos a las 12 del mediodía para afrontar esa operación?
No digo que a las 12 tenga fondos millonarios por que a mi me de la gana, pero sí, que ya que programan una operación, tengan dinero para respaldarla, o ¿acaso lo que pido es una tontería?
Intento de compra nº 2:
Al día siguiente, todos sentaditos en la mesa de la notaría y en estas que el señor notario nos dice eso de:
-Este piso no se puede vender, hay un conflicto de intereses.
Ni os cuento la cara que se te queda en esos casos.
Aquí las cagadas se acumulan.
Este piso que quiere ser vendido por una inmobiliaria, la cual dispone de un gabinete de asesores que se miran con lupa, o eso deberían hacer, todas las ventas y más cuando hay una herencia de por medio, con un heredero declarado incapacitado, parece que haya caído del cielo y haya llegado a la notaría directamente.
Lo peor de todo, es que este piso que no se podía vender pasó dos filtros, el del asesor de la inmobiliaria y el de la notaría, que cuando llegó a sus manos consideró que era apto para vender, aunque unas semanas más tarde, consideró que no, todo por el mismo módico precio.
Es decir, que la notaría nisiquiera tiene un criterio uniforme sobre qué es vendible o qué no lo es.
En estos casos, ¿qué se hace?, pues se le pasa la patata caliente al de arriba, es decir, se le manda la consulta al señor registrador y él decide si sí o si no. Esta gestión, por descontado, es lenta, lenta, lenta.
Bueno, pues se espera, ¿no? sí, pero ¿dónde? por qué a todo esto, nosotros a principios de abril vendemos nuestro piso, ¿qué se supone que hemos de hacer?
Tras sopesar la situación se decide que los futuros compradores del piso, nosotros, podremos vivir en el piso a comprar mientras todo se soluciona.
Hala, múdate a un piso que no sabes si podrás comprar o quédate en la calle, mmmm, vale, nos mudamos.
En estas, el señor del registro estipula que NO hay conflicto de intereses, así que podemos firmar, pero, por que hay un pero, entretanto, el banco que nos ofrecía la hipoteca puente de mil amores se retira discretamente, o lo que es lo mismo, dice que si un poder judicial no nos facilita la hipoteca.
Y todo esto, ¿por qué?, pues por que el banco, en vista de la escabechina se decide a investigar un poco y descubre que la persona incapacitada justo antes de heredar tenía un abogado que le llevaba sus gestiones. Este señor, al renunciar a su gestión sobre el vendedor, traspasa a la hermana del incapacitado todos los temas legales y le indica que si quiere vender, deberá solicitar un poder judicial, gestión que como es obvio nunca se realizó, y claro, con esta información el banco estipula que la gestión no está bien hecha y decide no arriegarse.
Pero, ¿a qué se arriega el banco?, pues resulta que la ley dice que si compramos el piso sin un poder judicial y el día de mañana le vendedora se desentiende del heredero incapacitado del que se ha hecho cargo y lo echa a la calle, éste puede reclamar el piso, y un juez puede dictaminar que ese piso es suyo al no haber poder judicial lo que nos dejaría a nosotros en la calle y con una hipoteca que pagar. ¿Divertido, no?

Claro, que la parte vendedora jura y rejura que eso no pasaría nunca y de pasar es imposible que un juez nos quite el piso; imposible que pase con una ley que lo posibilita, una cuestión de mala suerte, vaya, de muy mala suerte.
Pues nada, pide el dichoso poder judicial, la gestión se incia el mes de abril y se completa en mes de octubre. Menos mal que tenemos donde vivir, por que 6 meses no pasan rápido precisamente.
Y llega octubre y por fin, con todos los papeles necesarios se programa una nueva firma.
-Intento de compra nº 3:
Sentados a la mesa de otra notaría, por que a todo esto, se ha cambiado de banco y por lo tanto, de notaría, después de 6 largos meses y con los nervios de punta, esperamos pacientemente a que llegue el notario, a todo esto, llega el gestor del banco y dice:
-Hay un problema- y pasa a explicarnos que no se han liquidado los impuestos que se derivan del hecho de haber vendido una herencia antes de los 5 años que estipula la ley. La otra opción es que este importe se retenga de la venta, pero no, a la persona encargada del banco no le da la real gana.
Teniendo en cuenta que han dispuesto de más de tres meses para mirarse los papeles, es bastante inexplicable como se dan cuenta de este dato unos 10 minutos antes de la firma. Aunque lo mejor estaba por llegar, ya que el vendedor al revisar los papeles descubre que le falta la cédula de habitabilidad, documento sin el cual, no se puede firmar.
Es decir, que tras 6 meses de esperar, nadie se ha mirado los papeles de la venta y ha corroborado que no falta nada.
Total, que todos a casa, por que hoy tampoco se firma.
-Intento de compra nº 4:
Si el tercer intento fue un viernes, el cuarto fue el lunes siguiente.
Ni que decir que no teníamos nada claro que lo fuésemos a conseguir, pero al final, se obró el milagro y firmamos.


El caso, es que con tantas meteduras de pata, uno puede imaginarse que al menos nos pedirían miles de disculpas y todos los integrantes de la maquinaria de la cagada tras cagada se encontraban muy compungidos por su escasa profesionalidad; pues no.
Sólo en la tercera firma, el vendedor nos pidió disculpas por su mala gestión; del resto de errores que nos ha tenido alrededor de 7 meses en danza, nadie se ha responsabilizado, nadie ha sentido la necesidad de pedirnos disculpas, o darnos alguna explicación de por qué las cosas se habían hecho mal; nada. Todos y cada uno de ellos, debió pensar que la responsabilidad era de otro y que él o ella, como representante de su empresa, no tenía por que pedirnos disculpas, a nosotros, que hemos pasado más de seis meses esperando y esperando, que hemos pasado 6 meses viviendo en una casa que en absoluto es una casa adecuada para vivir con comodidad, sorteando los problemas que da una casa como la nuestra, con ingenio y paciencia, sin poder tocar ni una baldosa, encontrándonos con cosas tan agradables como que se dé de baja el teléfono, a pesar de haber acordado que no se daría de baja, o una notificación de corte de la luz, ambas cosas, por que a pesar de haberse acordado que los recibos se le pagarían a la vendedora, la persona encargada de coordinar estos hechos, entendió otra cosa.
Y después de todo esto, nadie se siente ni con la profesionalidad, ni con la decencia, de pedirnos ni una disculpa, salvo en el caso ya comentado.
Yo trabajo cara al público, he trabajado muchos años cara al público y por cosas mucho más pequeñas, me he hartado de pedir disculpas, cada día tengo que hacerlo y doy la cara por las cagadas, que son muchas, de la empresa para la que trabajo, por que para el cliente, YO soy la empresa.
¿Porqué si yo soy mi empresa, ellos creen que no son la suya? a mi no me gusta pedir disculpas por algo en lo que yo, ni pincho ni corto, ni por que la empresa que me contrata, trabaje mal y sepa que los que lo pagamos somos los que estamos cara al cliente, día tras día y le importe un pito, pero lo hago por que considero que es mi trabajo y que la percepción del cliente es y debe ser, que yo soy la empresa cuando hablo con él.
La falta de profesionalidad en este tema me asquea y me cabrea, desde el empleado del banco tras la ventanilla que cuando te has quedado en bragas por una mala gestión de su entidad se encoje de hombros e incluso se enfada ante tu queja, a la cajera de supermercado que te atiende hablando con otra persona y ni te dice el total de la cuenta, incapaz de mirarte a la cara cuando le das el dinero y más me cabrea cuando yo, como clienta soporto lo que no le hago soportar a los clientes que tratan conmigo como profesional.
En un mundo donde cada día las grandes empresas son más grandes y dicen ser más fiables precisamente por eso, por ser tan grandes, precisamente, en ese mundo, los profesionales son sólo asalariados sin conciencia de lo que representan y de la responsabilidad que tienen; y estoy hasta las narices de ello.

Problemas de comunicación

lunes, 23 de noviembre de 2009

Dicen que uno de los problemas más comunes entre las parejas, son los problemas de comunicación.
Yo siempre he pensado que era una cosa que a nosotros no nos pasaba y me paseaba por el mundo toda ufana creyendo que esa maldición nunca nos alcanzaría.
Sin embargo, ayer por la tarde, esa creencia ciega se vino abajo completamente.
Estaba sentada al ordenador (cosa rara) y suena el móvil; mi medio pomelo que viene en tranvía y como no lo utiliza mucho, quiere saber cual es la parada que le deja cerca de casa.
-Es Can R o Can O (para los que sóis de fuera de Catalunya os diré que can es una palabra que designa la casa de alguien, ca en Felip, casa de Felipe y se utiliza can y ca)- me pregunta a bordo del tranvía.
Yo me quedo pensativa y me acuerdo de lo que hago para saber cual de las dos es, mirar el panel de paradas y no es que no sepa en que parada me bajo, es que confundo el nombre, me pasa a menudo con los nombres de las paradas cuando son distintos pero si encima, empiezan igual lo llevo claro.
-Can R-le digo primero, pero dudo- no, es can O- pero sigo dudando-Bueno, no tengo ni puñetera idea. Mira, la que venga antes de las dos- que ese, en definitiva es mi truco para saber cuando me bajo.
-Ahhhh-me dice- pues me bajo ya ¡que ya llego!
Vale, las 9 y 15 de la noche, tiene unos 10 minutos largos, pues a y media a más tardar estará aquí.
Los minutos pasan, pero nada, estoy liada leyendo cosas por internet y me olvido.
Las 9.50 y la puerta se abre. Mi medio pomelo me mira fijamente y le digo:
-Madre mía, sí que has tardado, ¿te has ido a dar una vuelta?
Me sigue mirando fijamente y me dice:
-Tengo que decirte una cosa importante que debes tener siempre presente.
Nosotros vivimos en can R.
-Ya, ¿y?
-Cómo que ¿y? que me has dicho que me bajase en la primera y la primera era can O.
-No, no, la primera es can R, ¿por qué te has bajado en can O?
-Por que es la primera que venía.
-Pero no puede ser, la primera es can R.
-No, no, la primera es can O.
-No puede ser.
-¿Pero tú sabes de donde venía yo?
-No.
-Pues de casa de X.
-Yo pensaba que venías desde Barcelona.
-Pues no.
-Pero vamos a ver, si no me dices de que dirección vienes como te voy a orientar bien?
Es más, como dejas que te oriente una persona que la última vez que se montó en autobús sola se perdió en su propia ciudad? es que no sabes que me oriento como el culo?
Mi medio pomelo me mira fijamente de nuevo.
-Llevo 20 minutos caminando por unas calles que no había visto en toda mi vida, he acabado en el pueblo de al lado y yo pensando, pero esta tía ¿¿¿dónde me ha mandado???no sé ni como he llegado sin perderme
Yo, por descontado, muerta de la risa, de hecho llevo 10 minutos llorando de la risa imaginando a mi medio pomelo a las tantas, por calles desconocidas, acordándose de mi toda mi parentela y pensando que vive con una marciana que no sabe ni donde vive; muy divertido, de verdad.
-Bueno, ¿no tienes nada que decirme?-me pregunta el medio pomelo esperando unas disculpas.
-Uy, sí, esto lo escribo yo en el blog mañana mismo!!!!!

True deception

viernes, 20 de noviembre de 2009

Confieso que yo soy una de esas personas a las que le chiflan los vampiros, en su formato librístico y en su formato peliculístico, para tormento de mi medio pomelo, todo hay que decirlo.
Aunque me considero una persona crítica en ambos géneros y no siempre fácil de contentar en cuanto a lectura y cine, con el género vampírico experiemto una especie de lerdismo agudo que hace que me trague casi cualquier cosa que cae en mis manos.
A veces es un poco vergonzoso reconocer que he visto tal o cual película (reconozco que con los libros soy más crítica y si es una castaña nisiquiera lo intento) y me sorprendo a mi misma viendo cosas infumables de argumentos inverosímiles, estúpidos y megaultrasuperidiotas; pero me gustan, mira, que le vamos a hacer.

El tema de los vampiros tiene muchos fans y no le faltan detractores, es un género considerado poco serio y trasnochado, un género de segunda vaya, lo que fomenta en cierto grado que cuelen ahí auténticos esperpentos vomitivos, con tal de que haya un poco de colmillos, sangre y sexo, por supuesto.
Pero de vez en cuando, pasan cosas maravillosas en el reino de los fans vampíricos, que nos devuelven la fe en el ser humano y nos restitutyen un poco la reputación; a veces sale un buen libro o una buena película, en su defecto serie y nos volvemos completamente locos de alegría y nos convertimos en superfans de ese libro, película o serie.
Y justo de eso quería yo hablar hoy, de la última "novedad" en el género que ha revolucionado primero el mundo editorial y segundo el mundo de las series televisivas que viven un estupendo momento creativo; True Blood.
Hace unos meses leí por ahí que estaban preparando una serie llamada así, que iba a ser un bombazo; la serie empezó a emitirse y un amigo fan vampírico también, me comentó que estaba completamente enganchado a la serie y que era simplemente maravillosa.
Yo, me engancho con una facilidad pasmosa a las series, a veces a series que ni me gustan al principio, con lo que refuerzo mi teoría de que da igual lo que me des, con tal de que repitas esa acción las suficientes veces que yo, seguro me engancho, cosas de la genética de la adicción, cachis en la mar, así que preferí esperar a que la serie estuviese completa, para así, poder darme un atracón en el muy previsible caso de que me enganchase a la misma.
Pero como el que es yonki, es yonki, de mientras y para abrir boca, decidí leerme los libros en los que se inspiraba tan prometedora serie, firmados por Charlaine Harris, de una saga de 9 libros de los cuales sólo 3 cuando empecé con ellos estaban en cristiano y aunque a día de hoy ya son 4 los traducidos para gozo y deleite nuestro.
La primera novela, Muerto hasta el anochecer, la leí bastante rápidamente.
Sin llegar a entusiasmarme las aventuras terrorífirománticas de la camarera telépata, he de reconocer que me divirtió mucho, me arrancaba carcajadas en el momento más inesperado y presentaba a una protagonista que a ratos me recordaba a mi misma, sobretodo en sus elucubraciones mentales y reacciones marcianas y no sé si eso es bueno o muy malo.
El libro parecía una curiosa mezcla entre la novela adolescente, la novela romántica y de amor y lujo y las novelas de vampiros con un tono erótico bastante subido, a veces, y otros cargados de mojigatería extrema, que tiene su complicación.
Como soy una yonki, me dije, vamos a por la segunda y me zampé El club de los muertos y aquí ya empecé a pillarle el truco a la cosa y he de reconocer que si la primera me pareció leíble, la segunda ya empezó a engancharme.
Con Vivir y morir en Dallas, me enganché del todo me la leí estando de viaje y confieso que para engañar la falta de tiempo para leer del viaje, me encerraba en el cuarto de baño con la excusa de hacer las cosas propias del cuarto de baño para calmar el mono absoluto que tenía, imaginad la disyuntiva, la maravillosa Mezquita de Córdoba o Sookie viviendo aventuras descabelladas.
Y para qué os voy a contar cuando volví y me enteré de que la cuarta novela estaba ya traducida, en cuanto acabé de leer los libros que tenía de la biblioteca, o sea, ayer, fui a comprármelo y ya tengo en mi casa Muerto para el mundo.
Justo al volver del viaje y ya de vacaciones, decidí que ya era hora de ver la serie, 12 capítulos que me iban a durar poco más de una semana y después la larga espera hasta otra temporada.
Así que bien acomodada en mi sofa, mantita en ristre y un buen cargamento de pipas, empecé a ver True Blood.
¡Ay!, que malo es crearse demasiadas expectativas, si es que siempre me pasa lo mismo, mira que me decían que la serie era mejor que los libros, que era genial, que pum, que pam...pero no, lo siento pero no.
Mis motivos;
1. Los libros tienen muchísimo sentido del humor, pero la serie es mucho más seria, casi trágica a veces.
2. Al omitir los pensamientos de Sookie, se pierde la parte más divertida del personaje, sus reacciones mentales a los pensamientos que oye, son hilarantes.
3. Lo siento pero Sookie es pava, tetuda, morenísima de piel y super rubia. Anna Paquin, es pava, eso sí, pero no es rubia y el tinte en las cejas le queda raro y de piel es más bien blanquita.
Con la de tetudas que habrá en Hollywood y si alguien me llega a decir un día que yo diría esto no me lo hubiese creído, pero sí, con la de tetudas que hay en Hollywood ¿no era posible elegir a otra actriz a la que no hubiese que disfrazar para asumir un físico que no tiene?
3. Sookie es pava, muy pava, super pava, pero en el libro es pava, dulce y vulnerable, en la serie raya la histeria en muchos momentos, cosa que no le hace ganar precisamente.
4. Pero ¿qué demonios le han hecho al pobre Bill en el pelo? ¿era necesario ponerle ese pedazo flequillo para tapar una calvicie inminente y planchárselo de tal manera que el pobre no se atreve a sonreír no fuese que se le fuese a desplanchar el pelo de golpe?
5. Eric, en el libro es un cabroncete adorable, pero en la serie da miedo, es algo inerte que terminará con un dolor en las cervicales terrible, por que no mueve el cuello nunca y va por el mundo mirando hacia abajo en un ángulo fijo invariable que más que un aspecto inquietante le da un aspecto raro.
Y no voy a entrar en los cambios sustanciales de personajes, situaciones y de más entre ambos formatos por qué lo de basado en ya sabemos como funciona.
La verdad es que la serie me ha resultado decepcionante sobretodo en su falta de humor, es lo que peor he llevado por que esa falta de humor modifica sensiblemente la imagen que dan de si mismos los personajes.
Cambios impagables son la presencia de Tara, que en los libros es un personaje muy secundario y no es la mejor amiga de Sookie y la estupidez extrema de Jason, que en el libro sin ser un genio es más bien simple, pero no rozando el retraso como en la serie, que dan mucho juego.
Al final, ha pasado lo de siempre, que leer el libro me ha despanzurrado la versión cinematográfica por que pienso que a lo mejor la serie me hubiese encantado de no haber leído los libros y eso me cabrea.
Sólo me queda desear que las siguientes temporadas, la trama sea tan diferente de los libros que no tenga con qué comparar.

Os dejo otras series de vampiros vistas por mi misma;
1-Dark Shadows
2-Blood ties
ni que decir que acabé terriblemente enganchada a ambas y los libros los en los que se basó Blood ties, los estoy leyendo ahora, así me libré de la decepción, seguro.

Capitalismo extremo (otra aventura del Capitán Empanada)

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ser un superhéroe es una profesión muy dura eso está claro, salvar al universo de amenazas terribles y mantener la paz y el orden no es cosa que pueda hacer cualquiera.
Por ello, el Capitán Empanada sabe que debe mantenerse alerta en todo momento y desenmascarar a sus archienemigos, dicho sea de paso que su archienemigo más temido es La Megatorrijaquellevaesteniñoencima.
Yo no pretendo menoscabar la reputación de
l Capitán Empanada, nada más lejos de mi intención, pero si contaros la última aventura de este insigne héroe que tanto queremos, al menos en mi casa.

Hace unas semanas el Capitán Empanada se compró una mochila para ir a trabajar, por que imaginaréis que con esos trajes tan apretados es difícil meter el móvil, el tabaco o un paquete de pañuelos, así que en algún lado deberá llevarse el muchacho el almuerzo o el libro que se lee mientras llega en metro hasta el lugar de la fechoría, por lo que, en vista de que su anterior mochila estaba hecha trizas debido a una acción combinada de haberla comprado en los chinos y alguna refriega con un supervillano, decidió comprar una nueva.
Fue una tarea dificultosa, ya que la mochila debía ser resistente para que no se desintegre en las refriegas heroísticas, no muy grande para que no se vea más que la capa, con los compartimentos justos para que no se vuelva loco buscando las cosas que guardó en uno de los doscientos bolsillitos que tiene y sobretodo y de gran importancia que tenga los colores adecuados para que combinen con el pijama, perdón, con el uniforme arrapado de superhéroe.
Hallada la mochila ideal tras muchas mochilas vistas, el Capitán Empanada inició sus vacaciones, sí, sí, los superhéroes también tienen vacaciones, pero no temáis, cuando el superhéroe titular está de vacaciones se queda el suplente, en este caso un tal Capitán Quiche Lorraine, no me preguntéis, no lo conozco mucho y nuestro querido Capitán Empanada inició un bello viaje de placer por los sures, donde utilizó y mucho la recién estrenada mochila.
Llegado el momento de reiconrporarse a su jornada laboral el Capitán Empanada preparó cuidadosamente su uniforme, mochila incluída y partió raudo y con retraso (utilizó los trasportes públicos de Barcelona y ya se sabe, cuando no es un retraso, es una avería).
Ese primer día, debido a su mucho trabajo acumulado el Capitán Empanada no reparó en el aspecto de su supuesta nueva mochila pero al terminar la segunda jornada, un poco más centrado (bueno, esto es una forma de hablar) llegó a casa, algunos superhéroes tiene casas, no todos viven en cuevas o mansiones eh, puso la mochila sobre la mesa y la contempló largamente.
Una sombra negra de preocupación había crecido en su interior durante aquella jornada; ¿era esta su mochila nueva? si era así, ¿por qué estaba tan hecha caldo?. No era posible que estuviese así por un combate contra un supervillano, ya que los dos primeros días se había dedicado solamente a la burocracía, la de papeles que se le habían acumulado durante las vacaciones ¿o es que os pensabais que éstos no tienen que pasar por el víacrucis de la burocracia?, pues sí señor, ellos lo sufren como cualquier otro funcionario del Estado, así que una idea terrorífica se le cruzó por la mente, algo tan terrible que se le heló la sangre.

No sé si os he contado que como buen funcionario , el Capitán Empanada tiene muy definidas sus labores profesionales y además, como funcionario de cierto rango tiene asignada lo que nosotros llamaríamos una secretaria aunque él la llama, concretamente, Super Cartón Woman, otro día os contaré el por que de tan curioso nombre.
Llegado el punto en que nos encontramos el Capitán Empanada llamó a Super Cartón Woman y con la voz estrangulada le preguntó:
-Super Cartón Woman, mira bien esta mochila y dime si es la mochila que yo me compré justo antes de irme de vacaciones.
Super Cartón Woman, que en ese momento tenía la mente en otra parte la miró unos instantes y confesó que no lo sabía. Ante la insistencia del Capitán Empanada, la miró más detenidamente y llegó a una extraordinaria conclusión.
-No, esta no es la mochila nueva que te compraste antes de irte de vacaciones; es más, esta es la vieja.
Si la vida de el Capitán Empanada hubiese sido una película, en ese justo momento hubiese sonado una música tenebrosa, pero como esto es la vida real, simplemente sonó el tubo de escape trucado de una motillo que pasaba por allí; así es difícil parecer dignamente desmoralizado.
Super Cartón Woman, sin conocer la dimensión del terromoto emocional que sacudía en esos instantes al Capitán Empanada, dijo:
-¿Y qué ha pasado con la mochila nueva?
-Creo que...la tiré-responde con un hilo de compungida y avergonzada voz.
-¡¿La tiraste?!
-Eso...creo.
-Pero ¡¿porqué?!
-Por qué...pensé que la nueva era la vieja.
-Vamos a ver Capi, pero si la vieja está rota por todas partes y es negra cómo la noche y la nueva estaba...pues eso, nueva y tenía toda la parte de delante de color gris. Gris, ¿sabes?, gris, es un color distinto del negro, mucho menos negro que el negro, infinitamente gris, como el gris, vaya.
-No si ya, los colores nunca fueron lo mío.
-Si fueran sólo los colores- murmura Super Cartón Woman por lo bajini.
-¿Qué?- pregunta el Capitán Empanada.
-No, nada, que llevas unos bonitos calzones.
-¿Eh?
-No nada, que qué crees que puede haber pasado [ahora me suelta el rollo del supervillano, fijo]--->pensamiento de Super Cartón Woman.
-Todos sabemos que los archienemigos de los superhéroes acechan pacientemente cualquier descuido nuestro para perpetrar una malvadez-empieza diciendo el Capitán Empanada con voz potente y actitud heroística.
-Tengo claro de que debo haber sido víctima del peor enemigo que nunca he tenido-prosigue- La Megatorrijaquellevaesteniñoencima, pero ¿como lo habrá logrado esta vez?¿tal vez ha utilizado el poder de hipnosis? ¿una ilusión óptica? ¿un hechizo mágico?- dice mientras se acaricia la barbilla pensativamente.
-Claro, claro, por supuesto- responde Super Cartón Woman con un tono cargado de ironía- [todo por no reconocer que lleva una empanada del copón]--->pensamiento de Super Cartón Woman.
-Total Capi, que te compraste una mochila nueva que te ha durado unos 15 días de uso y que en un ataque de inspiración, coges, la confundes y la tiras; ¿es eso?

-Bueno, sí, pero por qué mi archienemigo La Megatorrijaquellevaesteniñoencima seguro que ha hecho algo para que yo cometiese este despropósito.
-No, claro, La Megatorrijaquellevaesteniñoencima, sí, sí.
Super Cartón Woman trata de que no se le escape la risa mientras asiente con cara de circunstáncias.
-Pues nada Capi, ya sabes lo que toca, a comprarse una mochila nueva.
-Sí, sí, me siento cómo un capitalista en pleno ataque de lujuria monetaria, comprando dos mochilas nuevas en un mes...
-La otra opción es ir con la mochila rota por el mundo y perder el bocata de tortilla de calabacín entre España y Urquinaona (paradas de metro L1).
-No, claro, el bocata de tortilla de calabacín , eso sí que es sagrado, si fuese de mortadela no te digo yo que no, pero de tortilla de calabacín...¡impensable!
El Capitán Empanada y Super Cartón Woman quedaron entonces en un silencio tristón.
-Oye, por cierto- pregunta el Capitán Empanada- esto no lo irás a publicar en el blog ese tuyo donde que te hiciste a raíz de la convención de tupper ware para superheroínas, ¿verdad?
-No, no, descuida, esto queda entre tú y yo.
-Y la Megatorrijaquellevaesteniñoencima.
-¡I tant! y la la Megatorrijaquellevaesteniñoencima, faltaría más.

¡¡¡Que les corten la cabeza!!! Crítica del concierto de Rammstein 12.11.09 Barcelona

sábado, 14 de noviembre de 2009

Cuando la Reina de Corazones en Alicia en el País de las Maravillas decía aquello de que les corten la cabeza, seguro que acababa de salir de un concierto de Rammstein y hablaba de los responsables del sonido de los conciertos para la gira LIFAD del grupo.
Entremos en situación, 12 de noviembre, 8.30 pasadas, después de una jornada muy dura, llegamos a las puertas del Pabellón Olímpico de Badalona, donde Cristo perdió el gorro, nos esperan en la puerta unos amigos y nos disponemos a entrar tranquilamente, dentro ya se oye música, suponemos que los teloneros, nos comemos el recibimiento habitual en este recinto, las escaleras valladas a conciencia y sólo dos estrechas entradas por las que han de caber todos los asistentes, pasando dos controles antes de estar dentro.
Vale, ya hemos entrado, pero sorpresa, por algún motivo que desconocemos todas las puertas que dan al nivel de la calle están custodiadas por gente de seguridad que nos exige que subamos al piso de arriba para entrar, como si creyeran que por hacerme entrar por arriba luego no voy a bajar hasta abajo, una maniobra incomprensible así que aprovechando que había una puerta desatendida nos colamos y bajamos hasta abajo.
Efectivamente, los teloneros ya estaban ofreciendo su repertorio, Combichrist, a los que no había oído en mi vida, sonaban duros y convincentes desplegando en el escenario una energía y una pasión que ya quisieran para sí los que venían detrás, tanta que uno de los baterías (sí, había dos baterías) se quedó sin dos tambores a mitad del concierto y finalmente, sin la batería completa que se desintegró pieza a pieza a mitad de la última canción.
Cuando faltaban 40 minutos para la actuación de Rammstein, todo el equipo se puso a trabajar con frenesí para montar el pequeño escenario en el que presentarían su último disco cuyo setlist fue el siguiente,

1. Rammlied
2. B********
3. Waidmanns Heil
4. Keine Lust
5. Feuer frei!
6. Weisses fleisch
7. Wiener Blut
8. Frühling in Paris
9. Ich tu dir weh
10. Liebe ist für alle da
11. Benzin
12. Links 2 3 4
13. Du hast
14. Pussy
15. Sonne
16. Haifisch
17.Ich will
18.Seemann
19. Engel

Puntualmente, a las 10 de la noche empezó a sonar una música que avisaba de que el espectáculo arrancaba, un telón sólido cubría la parte de atrás del escenario y unos golpes que lo rompían fueron la primera muestra de que había vida detrás del telón, unas hachas asomaban a cada golpe, Paul y Richard se abrían paso mientras una mecha ardía en la parte central dibujando un círculo por el que aparecería Till, tras dar una patada y hacer saltar el trozo dibujado por la mecha y empieza a sonar la música, bueno, esto, no, no suena la música pero Till está cantando, nada, tranquilos, unos 10 segundos es lo que tardó en oírse, parecía que íbamos a tener los mismos problemas que ya tuvieron en Madrid.
Aparte de la entrada triunfal sin sonido, se oía mal, era com o si estuvieran en una caja de galletas, sonaba demasiado alto y no se distinguían las melodías, con lo cual hubo momentos en que costaba saber que canción tocaban o escuchar a Till.
Pero a pesar de todo, Rammstein tiene fama de tener uns directos demoledores, así que íbamos a disfrutar del espectáculo.
Llegó Wiener Blut, canción basada en el escalofriante caso de Josef Fritzl, con una puesta en escena en la más puro estilo Rammstein que como no, tiene traca final, nunca mejor dicho.
Cuando llegaron a Frühling in Paris, parecía que el estribillo de rien de rien fuese una premonición de lo que se iba a escuchar de esta canción, o sea, rien de rien, a la mitad de la canción se quedaron sin audio y solo se oía la batería, Till le ponía el micro al público para que cantara, Richard pedía palmas, intentaron mantener el tipo hasta que el audio volvió, siguieron tocando pero cuando es que no, es que no, y sin audio de nuevo era difícil ocultar el enojo de Richard con una expresión facial que daba mucho miedo, encarado a la mesa de sonido del lateral derecho y gesticulando tratando de saber qué pasaba, Till golpeaba el micro para comprobar que no sele oía y Paul daba tumbos por el escenario, la banda dejó de tocar, el único que seguía a lo suyo era Schneider que no desistió en ningún momento, si hay que tocar se toca, aunque sea un solo.
Después de este intenso momento en que Till ponía cara de resignación budista las luces se apagaron y el equipo técnico vivió momento de frenesí, notas de prueba, gente corriendo, Rammstein bajando del escenario, el resto nos lo podemos imaginar, pero como decía una de mis acompañantes, esta noche alguien se vuelve a Berlín con una carta de despido...o no, quién sabe.
En los casi 50 conciertos que he visto en mi vida, algunos de ellos de lo más sencillos, me había encontrado casi de todo, pero nunca unos fallos como estos, y nunca esperaría que un grupo como Rammstein los fuese a tener. No acabo de explicarme que es lo que puede fallar, no en uno, si no en dos conciertos de este modo y sobre todo, si ya tuvieron problemas en Madrid, por que no los solucionaron antes de tocar en Barcelona, o es que en Bilbao se van a ver esta noche con las mismas, ¿que clase de profesionalidad es esta?
Cuando volvieron al escenario, retomaron el repertorio con Ich tu dir weh, por suerte para mi, ya que es mi preferida de LIFAD, el audio fue el esperado, salvo por la caja de galletas y no hubo fallos, aunque hay que esperar un bonito número sádico musical en esta canción, que no os contaré.
Benzin fue aderezada con un surtidor de gasolina, a Till le costó un poco enhebrar el hilo en su actuación piromusical que terminó con éxito.
Para Pussy guardaron la parte más interactiva del concierto, si váis a estar en las primeras filas, puede que salgáis un poco rebozados con los colores patrios.
El resto de concierto prosiguió con pocos sobresaltos sonoros y muchos temas conocidos con los que el público estaba notablemente más cómodo que con LIFAD, cuando se hace una gira hay que plantearse el tema de sacar el disco con suficiente antelación para que el público lo pueda aprender, más si tenemos en cuenta que cantan en alemán y no es una lengua demasiado fácil.
Si olvidamos por un momento los problemas técnicos y pasamos al plano artístico, hay diferencias notables con los anteriores conciertos, al menos con los dos anteriores que yo he visto.
Mucho menos fuego en esta gira pero más pirotecnia, Till mucho menos expresivo, rozando la seriedad de un palo, Flake menos activo; en general daban un poco la sensación de apatía o cansancio, no sabría decir y no es que otras veces hayan sido la alegría de la huerta, por que serios lo son siempre, pero esta vez la comunicación con el público fue bastante pobre, quiero imaginar que los problemas técnicos les pusieron de mala gaita y al final eso se nota.
Por otra parte y a pesar de los problemas técnicos, la menda y acompañantes se lo pasaron pipa, saltamos, gritamos y disfrutamos cada segundo del concierto con pasión de sufrido fan dispuestos a que nada ni nadie nos boicotearan los 47 eurazos que valía la entrada y he de confesar que dentro de unos años, los fallos técnicos serán una anécdota y lo que recordaré es lo mucho que me gustan los conciertos de esta gente, por que a pesar de todo, el público, su público, aunque podríamos haberles dedicado una buena pitada, estuvimos ahí, cantando cuando no había sonido, aplaudiendo al final de cada canción y dejándonos seducir por el fuego y el humor grueso.
Por cierto, me sorprendí descubriendo lo mucho que me gusta B********, en directo suena muy bien y también me sorprendió lo corto que es el paseo en barca de Flake durante Seemann, canción donde el bueno de Ollie adquiere el máximo protagonismo con su bajo ¿o sería que tenían prisa por irse?
Yo, si mañana repitieran volvería, pero les rogaría que arreglen lo que haya que arreglar, que no es poco.

Os dejo algunas fotos infectas sacadas con el móvil, todo sea que la organización persigue fotografías ilegales de Rammstein me denuncie y cierre el blog, juas, juas, juas.





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