Arf, arf, arf

lunes, 29 de noviembre de 2010

He tenido dos semanas de vacaciones y por desgracia he currado más que sin tener vacaciones, por lo que he estado completamente apartada del mundo, salvo del mundo de las brochas, el bricolaje, el taladro y cualquier herramienta utilizable para embellecer el hogar.
Y después de eso, la vuelta al trabajo, cosas acumuladas,  horas extras de las que te las pagan, cansancio y sintiendo que necesito unas vacaciones de nuevo, que menudo añito llevamos.

Pero ya está, estamos acabando con el piso, de verdad de la buena  y espero que antes de fin de año nuestra casa sea la casa que llevamos diseñando hace tantos meses.

Se me han acumulado en la cabeza muchas cosas para contar, cosas como por ejemplo que una vez más descubro que la actitud lo es todo y que tras el bache llegan tiempos mejores, que estoy llena de ilusión por este hogar que casi está construido, que la incertidumbre laboral pesa menos que mis ganas de mantener las decisiones tomadas y que luego vengan las tortas si han de venir. 

En fin, que estoy viva y he vuelto.

La musiquita del viernes

viernes, 26 de noviembre de 2010

Serj tankian, Lie Lie Lie


¿Exceso de comunicación?

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Hoy me ha llamado un cliente para decirme que me había mandado un mail, diciéndome que me había mandado un fax a primera hora de la mañana.

Me han entrado ganas de preguntarle,
-¿Y no le apetece pasarse por aquí para decirmelo en persona?
Por si acaso, vamos...

Muajajajajajajajaja

La tortilla de los hipócritas

lunes, 22 de noviembre de 2010

Durante mucho tiempo, mi madre se interesó por todo tipo de disciplinas alternativas y no es de extrañar que su pareja proviniese de ese mundo.

Su pareja, vivía en una comuna naturista, donde cada uno asumía una parte de las labores de la finca que compartían y se autofinanciaban vendiendo productos de sus huertos, todo ello natural, ecológico y supersaludable.
Por descontado eran vegetarianos y no utilizaban productos químicos para sus cultivos, vivían en medio de la naturaleza y adoraban a los animales.

Mi madre ya llevaba algún tiempo saliendo con este hombre, cuando decidió que lo mejor para que nos conociéramos, era ir un fin de semana a la comuna.
Yo tenía unos 9 años y mi hermano 4 años menos.
Así que llegamos a la estación de tren y allí estaba él.
Nos llevó en su moto hasta la comuna y se volvió a por mi madre, nuestra única compañía hasta que llegaron fueron una bandada de ocas con muy mala baba que nos atacaron en varias ocasiones; empezábamos bien.

Cuando llegó mi madre entramos dentro y nos presentaron a un montón de extraños, gente que se vestía de manera rara y vivía en una casa rara en la que hacía un frío de cojones, la verdad.
Después de haber hecho las presentaciones se pusieron a discutir que alimentos ibámos a preparar para la comida.
Cuando mi hermano y yo empezamos a oir lo que había para comer se nos pusieron los pelos de punta; ya llevábamos un tiempo sufriendo cambios en nuestra dieta, pero lo de la comuna era mil veces peor.

Mi madre, consciente de que sus hijos no iban a probar bocado ante el menú que nos querían preparar, les comentó que si no les importaba, ella nos prepararía una tortilla de patatas.
Si hubiesen podido, la hubiesen colgado del campanario más cercano y le hubiesen prendido fuego.
Durante media hora, la pusieron de vuelta y media, que ellos no comían huevos, que qué clase de alimentación nos estaba dando, etc, etc, etc.
Ella les explicó que nosotros no éramos vegetarianos y que estábamos cambiando poco a poco nuestros hábitos, pero que éramos niños y no se nos podía dejar sin carne ni cambiar nuestra alimentación tan radicalmente.
Le dijeron que muchos niños eran vegetarianos, que eso eran tonterías, y que que fuéramos niños no era una excusa para que no comiéramos lo mismo que ellos.
Mi madre no quería causar mala impresión, pero no estaba dispuesta a ceder, así que insistió hasta que le dieron permiso, por esta vez, a cocinar en su sagrada cocina los alimentos del mal.
Como no tenían huevos, su pareja se fue en moto a comprarlos.

Mi madre cocinó una gran tortilla para mi hermano y para mi, tardó mil años en tenerla lista, por que no le dejaban los fogones y tenía que ir quitándola cada vez que se lo pedían.
Cuando terminó ya estábamos todos sentados en la mesa, dispuestos a comer; ellos un montón de cosas verdes y extrañas y mi hermano y yo, una maravillosa tortilla de patatas.
Mi madre cortó un trozo y le ofreció a una de las chicas, ella horrorizada dijo que no, que ella no comía huevos, que era un crimen, bla, bla, bla.
Se hizo de rogar un poco más y al final aceptó, pero por quedar bien, según ella.
Los demás la imitaron.
Y la imitaron tanto que no nos dejaron tortilla.
Se la comieron entre todos en cuestión de minutos y no dejaron ni un triste trozo.
Mi madre, mi hermano y yo, no salíamos de nuestro asombro.

Cuando se dieron cuenta, les dio la risa tonta y nos animaron a comer del resto de cosas.
Yo, que ya estaba un poco enfadada, les hice notar que lo que nosotros queríamos comer era tortilla, por lo que invitaron a mi madre amablemente a que nos preparara otra tortilla, esta vez sin interrupciones.
Así que mientras ellos se comían el resto de manjares, nosotros mirábamos y mi madre cocinaba.

Al final nos comimos a las 5 de la tarde la dichosa tortilla, sin más compañía que la de mi madre y su pareja, por que el resto, ya bien comiditos, se habían marchado a hacer sus cosas.
Cuando terminamos la tortilla, le hice notar a mi madre que esa gente no me gustaba nada, por que decían una cosa y luego hacían otra.
Mi madre asintió con la cabeza y me dijo,
-A eso se le llama ser un hipócrita.
..

La musiquita del viernes

viernes, 19 de noviembre de 2010

Nine inch nails (NIN), Head Like A Hole


Tonterias a granel

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Yo soy de esas personas a la que le pasan cosas raras.
Es así, no puedo evitarlo.

Por ejemplo, a veces las cosas me atacan, sí, las cosas inanimadas se las ingenian para cobrar vida, y me atacan.

Una vez, estaba en la playa, en una de esas playas que tiene un montón de piedras nada más meter los pies en el agua, que es casi una garantía de que en algún momento me voy a meter una galleta bien bonita, por que playa, piedras, mar y pies cavos, es una combinación peligrosa de la ostia.
Así que allí estaba yo, con un grado de concentración muy grande, tratando de meterme en el agua sin resultar herida, despacito, cuando de repente viene una ola de las que te llegan a la rodilla y zasca, una piedra del tamaño de mi mano me da en toda la rodilla, ahí, justo donde tengo la vena cuyo proyecto de vida es convertirse en variz.
No podía dar crédito, la verdad, acababa de ser atacada por un pedrolo, así, por la cara, por que sí, justo en uno de los sitios más delicados de mi anatomía.
Una lagrimita se deslizó por mi mejilla, por que a todo esto hay que decir que la venita está justo al lado del hueso de la rodilla, un sitio doloroso con o sin venita, vamos.

Al cabo de unas cuantas horas, tenía un pedazo de morado que daba miedo, andaba medio coja y cuando alguien me preguntaba con los ojos como platos,
-¿Pero que te ha pasado en la rodilla?
yo contestaba invariablemente,
-Nada, que me ha atacado una piedra en la playa.
Y claro, la gente pensaba, eso no puede ser, pero por otra parte pensaban, bueno, es que a ella le pasan cosas raras así que al igual sí puede ser y entonces yo les explicaba lo que había pasado y empezaba un debate sobre si eso se podía considerar un ataque o no.

Ya se sabe, las tardes de verano la gente pierde el tiempo en tonterías.

Conversaciones absurdas en las que me meto

lunes, 15 de noviembre de 2010

Las más absurdas que he tenido nunca, sin duda alguna con los evangelizadores urbanos varios que nos podemos encontrar en esta gran y maravillosa ciudad en la que habito.

Y diréis, ¿acaso es obligatorio tenerlas?, pues no, no lo es, pero es que no sé si sabéis que soy muy discutidora y me meto en unos embolaos yo sola que es pa verme y uno de mis embolaos preferidos es pelearme con evangelizadores varios, no sé muy bien por que, la verdad.

El caso es que estoy ya muy bien enseñadita y trato de evitarlos, pero quien tuvo, retuvo y a veces, aunque se me acerque una persona de esas que huelen a biblia por los cuatro costados, irremediablemente me paro para ver que quieren, que en todos los casos es lo mismo; tu alma inmortal, acompañada de tus ingresos, que inmortal sí, desposeída no.

Pues eso, que voy yo con mi musiquita por la calle, y se me acercan un par de chicas para hacerme una encuesta y a pesar de que mi intuición me dice, ¡corre!, yo me paro, me quito los cascos y digo que de qué va la encuesta.
En si misma la encuesta era un documento que debe valer su peso en oro, por que tela marinera las preguntitas que hacías las mozas.
Empezamos con un clásico,
-¿Usted cree en Dios?
Sí, aquí debería haber salido corriendo, pero no, no lo hice.
Que de que Dios me habla, si del de la iglesia cristiana o de la idea de Dios, así en abtracto.
La que habla, la otra solo mueve la cabeza aprobando o desaprobando y sonríe mucho, mientras abraza la carpeta que lleva como si dentro estuviesen las tablas esculpidas con los diez mandamientos, me mira con cara de estar pensando que de que otro Dios puedo estar hablando, me aclara que hablamos del Dios cristiano y le respondo que no, que en el Dios cristiano no creo, pero que sí creo en la idea de Dios.
No entiende por que no creo en el Dios cristiano, le explico que no puedo creer en una iglesia discriminatoria, que basa su doctrina en el miedo y la venganza y ya que estamos, le digo que tampoco creo en el infierno.
Me hace una serie de preguntas de esas absurdas que me dejan un poco descolocada y que no recuerdo, para pasar a preguntarme;
-¿Cree usted que Dios es un hombre o una mujer?
He de reconocer que esto es la primera vez que me lo preguntan así a bocajarro, por la calle.
Yo le contesto que no creo que Dios sea una "persona", vamos que si se tomó la molestia de crear a los ángeles sin sexo, para que él iba a adjudicarse uno, así que no puedo creer que Dios sea una mujer de la misma manera que no creo que sea un hombre.
No me entiende, y se lo tengo que contestar otra vez.
Y entonces llegamos a una de mis preguntas favoritas, el apocalipsis.
-¿Cree usted que cuando el mundo se acabe los justos serán salvados por Dios?
Pongo cara de esto va a ser muy complicado, y le digo que como no creo en el infierno, no veo por que Dios va a salvar a unos pocos y todo eso.
Entonces ella, hábilmente me contesta,
-Ya, pero la Biblia dice que...(ponga usted aquí la versión reducida de cuando Dios se cabree y mande el mundo al cuerno y/o/u Armagedón).
Y yo, viendo que me sale el genio cabezón,
-Es que lo que dice la Biblia para mi tiene la misma credibilidad que cualquier otro libro de ficción.
La encuestadora y la amiga, amarillas de la impresión, pero insiste, y dice,
-¿Entonces usted no cree que la Biblia la escribiera Dios?
Silencio dramático, cara de pepinillo, voz comedida y profunda, gesto afectado y digo,
-Esto...es que la Biblia no la escribió Dios, sino personas.
La encuestadora se ofusca por unos instantes.
-Pero es la palabra de Dios.
Y yo, que me empieza a salir la vena cabroncilla,
-Bueno, eso te lo discuto luego, pero ahora aclaramos lo de la autoría del libro este, que no lo escribió Dios, vamos, que hasta la iglesia lo tiene asumido.
Y ella, que ve que por ahí no vamos bien, dice,
-Bueno, sí, claro, Él no la escribió personalmente, pero es su palabra.
Y yo,
-Bueno, no sé que decirte, un libro que compila textos de distintas épocas, que se contradicen y que son cribados para vender lo mejor posible las ideas de la iglesia, no me parece a mi la palabra de Dios, más bien me parece una campaña comercial.
Me mira ojiplática y trata de recordar de que estamos hablando,ah, sí, del fin del mundo,
-Ya, veo que usted le da importancia al tema científico, pero sabrá usted que hasta los científicos están de acuerdo con que el fin del mundo se acerca y ven probable el apocalipsis.
Ahora la ojiplática soy yo,
-Perdón, ¿qué? que los científicos vean probable el fin del mundo no es lo mismo que que crean que lo va a perpretar el Sr. Dios.
Y ella, que no se rinde,
-Bueno, pero las teorías sobre la creación del mundo...
No la dejo acabar,
-¿El Big Bang, quieres decir?
Ella duda, mira a su compañera, me da la impresión que lo mismo le da que le hable del Big Bang que del Big Ben,
-No, no, yo me refiero a Dios y...
No, que no hable más,
-¿No me irás a decir que la comunidad científica está de acuerdo con que Dios creó el mundo?
Y ella, que no ve ni de donde le caen,
-Sí, sí, claro, muchos científicos dicen que...
Mira, me acabo de acordar que tengo cosas que hacer y esta no es una rival digna,
-Sabes que te digo, que me has parado diciéndome que me ibas a hacer una encuesta sobre estudios teológicos y lo que quieres es venderme un producto que yo no te voy a comprar.
Hasta otro rato y buenas tardes.
Se despiden las dos con caras compungidas, me pongo los cascos y me voy con mi musiquita a otra parte.

Depeche Mode, Blasphemous Rumours



Unheilig, Armagedon

Los dependientes del sexto sentido+La musiquita del viernes

viernes, 12 de noviembre de 2010

Hemos cambiado el estudio de sitio, o lo que es lo mismo, lo que era la galería ahora es el mini estudio y ya tenemos allí todo lo que de ordenadores se trata.
La galería está al lado de la cocina y no tiene puerta ni la puede tener por que hemos metido el calentador de gas, así que los gatos campan a sus anchas por el estudio.

El primer balance no ha sido muy bueno, dejé cargando el mp3 en el portátil y por la mañana uno de los auriculares estaba reducido a su mínima expresión, o sea, que el gato se lo había comido.
Me pillé un cabreo de narices, por que son de esos auriculares que llevan sujeción para que no se te caigan de las orejillas, por que los cascos de botón los diseñó alguien que no me tuvo en cuenta y somos incompatibles, y me suele costar un huevo encontrar unos así que no valgan lo mismo que el mp3 completo.
Después de cabrearme me dije,
-mañana te compras otros,
por que por descontado, el casco mordido está inservible.

Pues nada, salgo del curro y me voy a una tiendecita grande al lado de mi casa donde mi medio se compró los suyos hace unos meses, a precio de oro, pero muy apañados.
Miro los que tienen y veo que los del medio no están, pero hay unos de oferta a un precio humano y razonable, así que me los pido.
El dependiente, un argentino muy saleroso me los saca del expositor, me los pasa por el lector, me comunica el precio y me dice,
-Para usar ahora, ¿VERDAD?- léase el verdad con un enfásis considerable, acompañado de una mirada intensa y una mano agarrando unas tijeras dignas de un podador de adedules.
Yo que me quedo mirando las tijeras, los auriculares, y pienso que debo de tener una cara de adicta impresionante para que el buen dependiente haya creído que no puedo soportar ni un minuto más de mi existencia sin una nota que llevarme a la oreja.
El caso es que aunque uno de los auriculares está inservible he ido y he vuelto del trabajo escuchando música, con un solo casco, eso sí, pero enchufada, vamos y justo antes de entrar en la tienda me he quitado los auriculares y he guardado el mp3, por que me parece el colmo del yonquerío ir a comprate unos casos con los cascos hechos mierda a sustituir en las orejillas.
Le he dicho que no, que no eran para usar ahora y me ha mirado como pensando si le estaba diciendo la verdad, pero la verdad VERDAD y me los ha metido en una bolsa nada convencido, por cierto, de que estuviese siendo sincera.
Que sí, hombre, que sí, que en esos momento iba loca por escuchar al menos una canción en estereo, pero que no le voy a pedir que me abra los auriculares allí mismo, que yo tengo algo de dignidad, aunque a veces no lo parezca.

Pues eso, que he salido de la tienda, con los cascos nuevos en el bolso, los viejos en el mp3 y el mp3 en el bolso, por que iba a la ferretería a comprar y está como a 2 minutos y tardo más en encenderlo y apagarlo que lo que tardo en llegar.
Entro y digo,
-Quiero la cosa esa que sirve para pegar cosas a la pared. ¿Me has entendido?- esto último para asegurarme que ha podido dilucidar mi críptica petición, que trabajando en una ferretería debe de ser fácil, pero nunca se sabe.
El chaval, que nos tiene muy vistos últimamente y con el cual hemos vivido un sinfín de momentos variados, me dice que sí y me saca el producto en cuestión.
Efectivamente, eso es lo que estoy buscando.
A su lado está la mujer del dueño que mira el producto con curiosidad y pregunta que qué es eso, el chaval se lo explica y ella se queja de la modernidad de la gente que ya no quiere hacer agujeros en la pared.
Lo cierto es que hacer un agujero en la pared de baldosas del estudio con una chincheta, no es fácil y hay que buscar alternativas, pero no se lo digo, sólo sonrío en modo clienta educada que piensa que eres mema.
El chaval le explica que de agujeros nada,
-Esto es para pegar los posters del Super pop- y lo dice así, con mucha gracia el cabroncete, mirándome con una sonrisa inculpatoria.
Yo le contestaría pero es que resulta que la pasta del demonio esta es para pegar un poster de música, precisamente, que se me ha metido entre ceja y ceja que tenemos que pegar en el estudio por que sino me moriré ipso facto y me siento un poco fan de super pop en esos momentos con la perra que me ha dado con el poster de los cojones, así que me limito a sonreir con cara de clienta que piensa que eres un niñato al que quiere estrangular.

Tenía que ir a por más cosas, pero pensé que ya estaba harta de dependientes clarividentes y me fui a casa.
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The veils, Vicious traditions


Cosas cutres

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Regalarle un libro a mi amiga y pedirle que se lo lea rápido para que me lo deje y poder leerlo yo.

Sin embargo hay algo aún mucho más cutre; comprarle a un amigo un libro y leertelo antes de regalárselo.
Juro que nunca lo he hecho.

Waltz with Bashir o la reinvención de la memoria

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Conoces esa sensación cuando te hablan de una película y piensas que te va a gustar y antes incluso de verla, justo cuando empieza y sólo estás en los créditos, estás seguro de que te va a encantar?
Pues eso es lo que me pasó con Vals con Bashir, una película que conocía hacía tiempo y que aún no me había decidido a ver, en parte por que mi medio pomelo estaba seguro que era una de esas pelis de gente donde cuentan lo mucho que sufre la gente.

Sin embargo, todo llega y al final lo convencí de que no era un dramote y que valía la pena verla y bla bla bla.

Vals con Bashir nos cuenta dos historias.
La de su director, Ari Folman, que tras hablar con un amigo suyo y que este le cuente un sueño terrible que lo acosa desde los 20 años, descubre que no guarda recuerdos de su participación en la Guerra del Líbano del 82.
Tras este descubrimiento emprende un camino para recordar que hay detrás de ese vacío, entrevistándose con personas que estuvieron en esa misma guerra, incluídos algunos amigos suyos.

La otra historia que nos cuenta, es la de los mecanismos que utiliza la memoria, primero para salvaguardarnos de lo inasumible y más tarde para decirnos que ya estamos preparados para recordar.
Se analiza con bastante detalle un hecho que a primera vista puede llamar la atención; cómo una persona puede olvidar parte de lo que le pasó en una guerra, pero también nos habla de otro hecho aún más formidable.
Cómo reinventa la memoria una historia distinta para mantenernos a salvo.

De ambas cosas ya nos hablaba Boris Cyrulnik en sus estupendísimos libros, Los patitos feos y El murmullo de los fantasmas, donde arranca explicando como niños supervivientes de los campos de concentración nazis, como él mismo, pueden llegar a ser personas adultas sanas emocionalmente y nos habla del fenómeno de la resiliencia.

La película le sirvió al director para realizar un viaje de adentro hacia afuera, que culmina con las escenas finales de lo inasumble; la masacre de Sabra y Chatila.

Hay que verla, por que aunque nos cuenta una historia terrible, lo humano prima sobre la violencia, por que es delicada y ligera, por que arriesga con una animación muy vistosa y dinámica, por que tiene una banda sonora maravillosa y unas escenas de una belleza sobrecogedora.

Después de verla, ya nunca podréis olvidar el mar de Beirut de noche, iluminado por las tenues luces de las bengalas.


Orchestral Manoeuvres in the Dark (OMD), Enola Gay


Winter, Unheilig

sábado, 6 de noviembre de 2010

Me cuesta un poco encajar algo tan navideño/nevado teniendo en cuenta que estos días en Barcelona hemos remontado temperaturas y hay momentos en que hasta yo me quejo de que hace calor, increíble, pero cierto, noviembre y yo tengo calor.

No lo voy a decir, no, no, no, Navidad, nieve, blanco y negro, un tio calvo, lotería...
¿Qué?, ¡si no le he dicho!



El enlace por si no se ve, aquí.

Parc del Laberint d'Horta+La musiquita del viernes

viernes, 5 de noviembre de 2010

Para que luego digan que en las grandes ciudades sólo hay asfalto os dejo unas fotos de nuestra última visita a este Parque maravilloso que encontramos en el barrio de Horta.
Podemos llegar bajándonos en la parada de metro de Mundet de la línea verde, Línea 3.

Espero que os gusten.





















Clan of Xymox, She is dangerous


Cosas que me tocan los ovarios

miércoles, 3 de noviembre de 2010

En mi casa todos roncan, ronca mi medio pomelo y roncan mis gatos.

Hay noches infernales, de las que los gatos duermen en la habitación por que o abrimos todo o nos cocemos.
Mi medio pomelo es de los que se queda dormido unos 13 segundos después de haber puesto la cabeza en la almohada y yo soy de las que no se duermen hasta los 20 minutos largos.

Así que él se duerme, empieza a roncar, yo me pongo nerviosa y ya no me cuesta 20 minutos dormirme, sino lo que tarde el pomelo en dejar de roncar y entramos en la dinámica del,
-shhhhhhhhhhhhhhhhh!
o del golpecito, o de la patada si se tercia.

Entonces al fin me duermo y al cabo de un rato, me desvelo un poco y cuando trato de dormirme otra vez, unos resoplidos monstruosos vuelven a desvelarme, esta vez no es el medio pomelo, sino uno de los gatos, que roncan más que el medio pomelo si se lo proponen y entonces me ves a mi, otra vez con el,
-shhhhhhhhhhh
y nada más, por que los muy ladinos no te quedan al alcance del pie para darles una patadilla cariñosa, o no, así que te pones en plan sifón,
-SHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!
pensando,
por todo lo sagrado que no se despierte el otro, que ahora no está roncando, pero claro, el pomelo se despierta dando un bote y con voz pastosa y culpable te pregunta,
-¿Estoy roncando yo?
y tú, con mucha resignación le dices,
-No, era el gato.
Y él se duemre otra vez tan tranquilo y empieza a roncar de nuevo y tú despierta, desvelada y con ganas de estrangular a todos los machos de tu casa.

Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me

lunes, 1 de noviembre de 2010

El otro día me dio por pensar cual era el peor concierto en el que había estado en mi vida y no me costó mucho encontrarlo, para que mentiros.

No debía tener más de 16 años y una amiga y yo nos liamos la manta a la cabeza, o lo que es lo mismo, ahorramos la paga y mendigamos la parte que no cubría la paga, para ir a ver a Nitzer Ebb, que eran unos tíos que hacían menos ruido que Front 242 y que cantaban mejor, o dejémoslo en que al menos vocalizaban algo.
Estábamos la mar de emocionadas, a mi amiga el cantante le parecía monísimo de la muerte, aunque cuando lo vi el otro día, me pareció el hermano pequeño de Goran Bregovic.

En fin que me voy, que ahorramos mucho, fuimos al concierto y claro, en todo concierto que se precie, ha de haber un telonero, bueno, en algunos muy buenos a los que he ido no, pero ese es otro tema, pues eso, que tenían unos teloneros que yo no había oído en mi puñetera vida, que se llamaban The Cassandra Complex.
El escenario era de esos que te llega a la altura del ombligo, la sala enana y sin ningún artificio más que lo que se trajeran los propios músicos, que por desgracia, trajeron.

Empezaron a tocar y musicalmente no es que me parecieran la leche precisamente, además, tenían una cosa que suele desagradarme bastante, un cantante con una voz pésima, aunque cuando terminó el concierto no era lo que más me molestaba de ellos precisamente.

Así que allí estábamos mi amiga y yo, en primera fila, para que mi amiga no perdiera detalle del monísimo de la muerte, yo, bien centradita, justo entre los dos grandes altavoces del centro del escenario, como el escenario eran tan bajito, con las manos apoyadas en la parte de arriba de los altavoces, para estar cómoda, vamos.
Pues nada, que salen, que cantan, que berrean, que saltan y que el majísimo cantante pone su pie encima de los altavoces como si tal cosa, o sea, encima de mis tiernas manitas, que sí, que yo estaba acostumbrada a que me pisaran en los conciertos, pero coño, ¡no en las manos!
No empezamos bien.

Minutos después, el cantante, imbuído por el espíritu del directo decide lanzarse al público, con la "multitud" que éramos, no se como no se esnucó, pero no, no se esnucó, en cambio ¿sabéis a quien le dio una patada?, pues sí, a mi, a mi me dio una artística patada en el brazo.
Bien, sumando puntos, y mientras tanto mi amiga que no paraba de decirme,
-mira, mira, el guitarrista está muy bueno y no para de mirarme.
Y yo que pienso que habiendo varias personas juntas vas a saber tú si alguien te mira a ti o al de al lado, al del otro lado, no a mi, pero como soy muy maja, le dije,
-sí, sí, te mira, uy, como te mira
Y ella,
-pero que bueno está, y como me mira!
Y yo,
-uy sí, sí, ya lo creo
Como si le hablara a un loco vamos.

Total, que cuando se cansaron de gritar, de saltar y de dar patadas al sufrido público, se terminó el concierto, y entonces va y el guitarrista se acerca como una exhalación a la primera fila y le da un beso relámpago en los morros a mi amiga, sí, esa, a la que yo trataba de loca y desaparece a la misma velocidad.
Ni que decir que a mi amiga casi le da un infarto.

Y con esta disposición de ánimos, les tocó el turno a Nitzer Ebb, que salieron, más siesos que nada, todo hay que decirlo, a defender la plaza, nosotras que seguimos en la primera fila, mi amiga disfrutando del monísimo de la muerte, que no tiene otra idea mejor que traerse de su casa un pedazo de foco portátil que va paseando colgando de la mano escenario arriba, escenario abajo, bien cerquita de la primera fila, que no, que no me pisó las manos, que ya las tenía en los bolsillitos, pero que me pilló el flequillo y me lo achicharró bien achicharrado, al compás de sus gritos, fue todo muy artístico, hay que reconocerlo.

Pues nada, que yo ya estaba un poco hasta las narices y mi amiga me dice,
-oye, has visto como te mira el de la batería
Y yo claro, visto lo visto, cualquiera pone en tela de juicio su capacidad de discernimiento en el tema y yo que le digo,
-no, no, te mirará a ti, por lo del beso
Y ella,
-que no que no, que te mira a ti
Y yo,
-que no, que no que mirará a la de al aldo
Y ella,
-Al lado tienes a un tio con barba, no creo que lo mire a él
Y yo me empiezo a poner muy tensa, pero nada, a disfrutar de la música que para eso hemos venido.
En fin, que siguen tocando y mi amiga que insiste,
-oye, que te mira mucho, que no te saca la vista de encima
Y yo,
-pues mira, ya que estamos, puedes hacer doblete y te ofreces por si quiere besar a alguien
Y ella,
-no, no, a mi me gusta el cantante
Y yo,
-pues a mi tampoco
Y ella,
-pero si es una pasada, tía, que te bese uno de estos
Y yo,
-mira fulanita, si a mi un tio que no conozco de nada me planta un beso en los morros, lo corro a ostias vamos, que mañana sale la reseña del concierto en la sección de sucesos
Y ella,
-pues nada, tu por si acaso no lo mires
Y yo, de los nervios,
-¡Joder, si llevo mirando a altavoz de delante mío todo el concierto!
Total, que el concierto se acaba, el susodicho se levanta, se acerca a la primera fila y yo que le digo a mi amiga,
-¡Que me voy a dar una vuelta!
Y me las piro rauda y veloz.
Mi amiga que se queda sola, ante el peligro, se encienden las luces, el grupo se despide y se va.
Cuando vuelvo de dar la vuelta, está mi amiga en el centro de un grupo de gente, ha ido a pedirles un autógrafo a The Cassandra Complex, le firman todos, el besucón de la guitarra incluido, y los espectadores que no quieren firma, o ya les han firmado, quieren hablar con mi amiga, para saber que se siente después de que te bese el guitarrista guapo.

Cuando terminan los respectivos momentos de gloria, nos vamos, le pregunto a mi amiga que que tal, me explica lo que le ha pasado, lo que ha estado hablando con la gente y me pega la bronca.
-Pero tía, como te vas así, ¡si vieras la cara que ha puesto el batería cuando ha visto que no estabas!
-Bueno, mejor eso que la cara que yo le hubiese puesto a él si llego a estar...


The Cassandra Complex, Tell me




Nitzer Ebb, I Give to You



Front 242, Head Hunter



Goran Bregovic, Kalashnikov

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