Todo vale

lunes, 30 de mayo de 2011

No sé si conocéis a un partido que se llama PxC, es decir, Plataforma per 
Catalunya, que se ha hecho tristemente célebre por el contenido racista de 
sus programas electorales.
Este partido que bajo el lema de primero los de casa, dice que la culpa de 
todo la tienen los inmigrantes y nos informa de que en pocos años 
Cataluña al menos, será un feudo islámico dónde viviremos bajo el yugo de 
los musulmanes.

Era cuestión de tiempo que un partido de estas características naciese en 
alguna parte de nuestra patria, la inmigración es un tema espinoso y 
complicado, todo beneficios para unos, todo inconvencientes para otros.
La integración de los que vienen de fuera, a menudo no es la que debería 
por el motivo que sea y lo que veo más a menudo, es que casi nunca es 
como a los autóctonos les gustaría.
Así que si tenemos todos los ingredientes, es cuestión de tiempo que se 
cueza la tarta, y aquí tenemos una bastante amarga.

Vaya por delante que este tipo de partidos me repugnan por que explotan 
tópicos y prejuicios de una población que está inmersa en una crisis que 
crea deseperación y caos y criminaliza a muchas personas que no han 
hecho absolutamente nada para merecer, ni este trato, ni estas sospechas.
Creo que son la peor manifestación que puede tener una democracia, son 
partidos que deconstruyen las sociedades, que no buscan soluciones, sino 
chivos expiatorios, que no buscan alternativas, sino cortinas de humo y 
fomentan actitudes que sólo llevan a que una nación sea peor.
Sin embargo, estos, lo dejan claro desde el principio, pueden ser escoria, 
pero son claros, mi mensaje es el que es, si te interesa, me votas.

Y después tenemos al Sr. Albiol, candidato del PP para la ciudad de 
Badalona, una importante ciudad colindante con Barcelona.
A pesar de que su partido no es muy amigo de la inmigración, casualmente,
el sector al que representa tradicionalmente, la derecha, es decir la gente 
adinerada y entre ellos directivos de empresas, son los que más se 
benefician de la barata mano de obra que aporta la inmigración.
No obstante, el PP no ha tenido el valor, al menos de forma global, de 
presentar un programa tan demagogo como los del PxC.
Han dejado que eso lo hiciese el Sr. Albiol, al que ni afirman ni desmienten, 
mientras iba haciendo campaña en contra, concretamente, de la población 
rumana de esa ciudad, repartiendo unos bonitos folletos con el eslógan más
constructivo de la campaña electoral 2011; No queremos rumanos.
Muy profundo.

El caso, es que el PxC ha obtenido regidores en algunas ciudades 
catalanas y el PP ha ganado en Badalona, lo que viene a decir que este 
enfoque es un enfoque que aporta votos.
Con este antecedente, no hay que extrañarse de que en las próximas 
generales, el enfoque del PP vire un poco máshacia la intolerancia con el 
de fuera.

Yo ante estas cosas me pregunto si fueron los inmigrantes los responsables
de la especulación salvaje que vivió este país en el sector inmobiliario.
Si fueron los inmigrantes los que incitaron a los ciudadanos a asumir 
créditos blandos uno tras otro y si fueron ellos los que concedieron 
hipotecas inasumibles.
Debieron ser todos inmigrantes los responsables de la descomunal subida 
del Euribor.
Vamos, que ni la conspiración judeo masónica comunista a la que tanto 
recuría el tío Paco, era tan eficiente como la que han urdido los astutos 
inmigrantes afincados en nuestro país, por que hay que ver, nos han dejado 
España hecha unos zorros.

A los ciudadanos tampoco nos gustan los políticos, también nos parece 
que delinquen,roban y viene a hacernos la vida imposible a los vecinos de 
todos las ciudades, y sin embargo, ni se marchan, ni dejan de robar, ni nos 
escuchan. 
Será cuestión de hacer como el PP y el PxC, proponer expulsarlos a todos 
a ver si así, salimos de la puta crisis.

Democracia?

martes, 24 de mayo de 2011

Hace unas semanas, un grupo cada vez más numeroso de ciudadanos indignados, exigía democracia real.
En el estado del bienestar que es sinónimo de estado de sopor mental, yo pensaba que la mayoría de gente
percibía esta democracia nuestra, como una democracia de verdad,pensaba que estaba sola en mi idea de que hace mucho tiempo que vivimos en una menos democracia.

Cuando lo decía, la gente me miraba mal, me decían que vivíamos en una democracia de pleno derecho y que lo mío
eran paranoias.
Yo les decía que no, que en un país donde la prensa pertenece a grupos empresariales que a su vez pertenecen a
partidos de un sentido u otro, lo primero comprometido era la libertad de expresión.
Les decía que en el momento que un partido se financia con dinero privado, las deicisiones que ese partido tome una vez en el poder, siempre servirán al amo que le pagó pero no al pueblo.
Que el hecho de que en un país donde cargos de un partido imputados por corrupción, se presentan a las elecciones
solo puede  significar que no respetan al pueblo, que nos toman por imbéciles.

Les decía que ya hace años que no vivimos en democracia, que esto es otra cosa,una farsa, algo que se le parece, pero al fin y al cabo un simple sucedáneo que año a año, va restando derechos a todos, donde lenta pero inexorablemente, nos encaminamos a un nuevo tipo de esclavitud laboral cuidadosamente diseñada.

El domingo pasado votamos, o no votamos, o votamos en blanco, o votamos en nulo y todas las opciones son válidas
mientras se hagan con la motivación necesaria y sabiendo que queremos conseguir con ello.
Pero en un país donde se vota en función de lo que se teme, (¡¡que vienen los rojos!! o ¡¡que vienen los fachas!!)
asumámoslo de una vez, no tenemos democracia.
Tenemos otra cosa, aún no sé como se llama, pero sé lo que no es.
Y al final, resulta que no estaba sola.

Los mejores

lunes, 16 de mayo de 2011

Como os comentaba hace unas semanas, he vuelto a mi antiguo puesto de trabajo, ya que durante un año estuve en un sitio diferente y en un puesto diferente aunque siempre trabajando para la misma empresa.
Este regreso significaba para mi un empeoramiento considerable en mi trabajo, afectando al sueldo, el horario, el tipo de trabajo y el trato.

El día de mi vuelta, nerviosa, frustrada y desanimada, fue complicado, tenía claro que iba a ser una jornada dura.
Pero lo que encontré, no fue duro, fue demoledor, aunque por motivos muy distintos a los que yo esperaba y que nada tenían que ver conmigo. 
Mi antiguo servicio está abarrotado de gente nueva, la última adquisición fueron 35 personas, muchas de ellas entraron sólo de refuerzo para un mes.
Hasta ahí, es normal, quiero decir, una práctica habitual en mi empresa, hacen contratos hasta fin de obra y servicio, aunque nunca antes con fecha límite.

Mi empresa se nutre de estudiantes que tras unos meses se marchan, la rotación es tremendamente alta a pesar de que hay un núcleo central más o menos estable.
A veces, se contrata a mujeres mayores, que es un eufemismo de mujeres que superan los 45 o que tienen una pinta de ama de casa que tumba patrás y que probablemente, este sea su primer trabajo después de mucho tiempo de no trabajar.

Lo que yo encontré el otro día, en cambio, era muy distinto.
Un año fuera del servicio, un año en el que la crisis se ha intensificado hasta el límite, y una empresa que ha cambiado de perfil de empleado como de la noche al día.
Nosotros somos uno de esos servicios que utilizan las empresas para externalizar sus propios servicios, cuando entré, hace 4 años y medio, la meta de cada uno de nosotros era pasar de trabajar aquí a trabajar  para la empresa que nos contrata como externos, y esa fue mi meta frustrada al irme a otro departamento.
He vuelto y compruebo que lo que ha pasado es que ahora contratamos a los trabajadores de esas empresas, los que han sido despedidos, ahora son los externos de sus propias exempresas.

Por primera vez tenemos a señores que sobrepasan los 45 años, estos no tiene pinta de amos de casa, tienen pinta de empleados de banca, oficinistas, y cualquier cosa que se haga enfundado en un traje que por algún motivo que no alcanzo a entender, no quieren dejar de ponerse aunque aquí puedes venir vestido como quieras.
Personas deseperadas que aceptan jornadas de 6 horas, a unos sueldos que deben ser menos de la mitad de lo que cobraban hace un año, cuando hablaban de nuestro sector con sarcasmo y burla.
Señores que están siete veces más formados que cualquiera de mis responsables más formados.
Señores que se revuelven incómodos en sus sillas rodeados de chicos de la edad de sus hijos.

La edad debería ser siempre síntoma de progreso, en todos los trabajos, no debería ser un lastre, o un castigo, o un impedimento y ahora, tras muchos años de trabajo duro, muchísimos trabajadores se ven en la calle, sin trabajo y cuando lo encuentran, es uno muy por debajo de lo que merecen por su trayectoria, experiencia y conocimientos. 

No quiero ni imaginar que le depara el futuro a mi propia generación.

Los recuerdos son una mierda

lunes, 9 de mayo de 2011

Por qué nos mienten, nos engañan, nos mantenien en una realidad paralela falsa que jamás exisitió; es así.

Por poner un ejemplo, uno de mis mejores recuerdos infantiles estaba relacionado con un helado llamado Colajet que se comercializaba cuando yo era pequeña.
Era un helado que me gustaba mucho de los que llevaba premio en el palo de madera.
Un día, dejaron de hacerlo y yo ni me di cuenta por que ya no comía helados y no pasó nada, el mundo no se paró, el cielo no se derrumbó sobre nuestras cabezas, ni el universo implosionó.

Y entonces un día, un soberano imbécil, te empieza a hablar de los dichoso Colajets, y como ya no se venden y uno de tus único 10 recuerdos felices de infancia está asociado al polo de marras, vas y entras en crisis y te mueres en ese momento por que tu vida sin poder llevarte un Colajet a la boca, no tiene sentido ni un segundo más y sino fuera por que te acabas de morir, no dejarías de pensar en lo mucho que te gustaba ese polo, y en lo bien que sabía, y lo mucho que refrescaba y un largo etc de cosas maravillosas que te pasan única y exclusivamente, cuando podías comerte ese helado.
Tú ni te acordabas, pero ahí está, te han habaldo de él y ahora tu vida te partece una mierda.

Y pasan los meses, y los años y un día vas con unos amigos y pasas por delante de una tienda de barrio enana y destartalada, y de repente uno de tus amigos para en seco y mira con ojos desorbitados el cartel de los helados, tú le preguntas que qué pasa y él con voz estrangulada y lágrimas en los ojos, responde,
-Lo he encontrado.
Tú le preguntas que qué es lo que ha encontrado, pero él no puede responder, está demasiado impresionado, así que miras el cartel con detenimiento y lo ves, allí está, el Colajet regresando del mundo de los helados difuntos.
Entonces cruzamos nuestras miradas y sin decir nada lo supimos, ambos éramos fans del Colajet.
Y después un pensamiento horrible cruzó nuestras mentes nublando nuestra alegría, y tampoco hizo falta que dijéramos nada, por que también lo sabíamos, ¿y si era un cartel antiguo, pero muy antiguo, como de hace 20 años al menos, y en realidad no tenían Colajet?
Era el momento de enfrentar la realidad, entramos, nos cogimos de la mano para infundirnos valor y él dijo;
-Dos Colajets, por favor.
Y entonces, el Sr. tendero, se dirigió al congelador de los polos, lo abrió, removió un poco, y sacó los dos Colajets.
El tiempo se detuvo, se oyó música celestial, y después el sonido de nuestros corazones latiendo aceleradamente lo invadió todo y finalmente, salimos a la calle.
Abrimos con respeto místico el helado, nos lo llevamos a la boca y...joder, no hay para tanto, es un helado bien normalito.

Menuda decepción.
Y claro, ahora puedes encontrar Colajets por cualquier parte, y por descontado, no les hago ni puto caso.

*En mi pueblo un polo es un helado.
**También era muy fan de Tiburón, otro helado que desapareció, pero visto lo visto, no me atrevo a pedir que vuelva.

No me puedo quejar

lunes, 2 de mayo de 2011

La semana pasada, mi hermano, después de más de un año de estar en paro, ha encontrado trabajo legal, a través de una ETT, para dos semanas, de momento.
Ha entrado por enchufe, por descontado, por que hasta para hacer de burro de carga por cuatro perras, hay que entrar por enchufe.
Llega a casa reventado, no le han dado ni ropa, ni taquilla, ni cuter, ni botas de seguridad, se lo trae él de su casa, muchas de esas cosas las tiene que aportar la ETT, pero no lo hace.
Pero no se puede quejar, por que al menos ahora tiene trabajo.

La semana pasada la hermana del medio pomelo supo que a finales de este mes, su empresa cierra por jubilación.
Hace muchos años que saben que esto iba a pasar, pero en octubre firmaban la hipoteca del piso que les están construyendo y que llevan pagando hace dos y es muy posible que en ese momento no tenga trabajo; lo cierto es que confiaba aguantar este año entero en una negocio familiar muy rentable, en el que lleva 9 años.
Se va a la calle sin un duro, no les pertenece indenminación, ni a ella ni a la compañera que lleva 40 años trabajando para esa familia.

La semana pasada terminó mi etapa de un año trabajando como externa, para una gran empresa, de los 5 externos, dos fueron reubicados en la compañía que ha comprado a la empresa, dos son despedidos y yo, vuelvo a la empresa que me paga, empeorando sueldo y horario, perdiendo incentivos económicos, empeorando el trato que me van a dar y volviendo a un mecanismo de trabajo absolutamente esclavista.
Pero no me puedo quejar, por que tengo trabajo.

Antes de los recortes de este gobierno, ya existían muchos sectores que trabajaban en condiciones que daban verguenza, a disposición total de la empresa, con sueldos ridículos, en una sucesión contínua de contratos hasta fin de obra que terminaban con el despido cuando tocaba hacerlos indefinidos tras haber encadenado hasta tres años de contratos rotando por empresas de la misma empresa.
Antes ya existía una gran masa de trabajadores explotados hasta lo imposible, sin estabilidad laboral ni económica ninguna.
Lo que pasa es que antes, sólo les pasaba a muchos; lo que viene ahora, es que nos pase a todos.

Pero mientras en la tele pongan fútbol y programas de despelleje y nuestras series preferidas, nos seguirá pareciendo, que en verdad, el mundo no está tan mal.
Debe de ser así, por que sino, las calles hace meses que estarían llenas de ciudadanos indignados en una huelga salvaje sin final.

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