Se acabó el amor

lunes, 18 de abril de 2011

No es ningún secreto, que el divorcio de mis padres tuvo un impacto brutal en mi vida.
Ese hecho, el final del amor entre mis padres, ha sido algo que me ha perseguido desde mi tierna infancia, algo que creo, ha sido capital para definir mi concepto del amor, de la fiedlidad y de la pareja.

Yo fui la hija de unos padres divorciados en un momento donde los pobres no se divorciaban, en un momento donde absolutamente nadie de mi alrededor estaba en mi misma situación, en un momento donde esa palabra era algo vergonzoso y digno de lástima.

Desde mi punto de vista, el amor es algo que no tiene fin, es una fuerza eterna, es un principio inherente al ser humano, algo con lo que nacemos, desarrollamos y alimentamos, de mejor o peor manera; es uno de nuestros órganos invisibles.
Las personas crecemos en familias, y tenemos padres y madres y hermanos, que conforman nuestro primer contacto con el amor.
Estoy segura de que no escuchamos muy a menudo cosas parecidas a,
-Ya no tengo contacto con mis padres, hemos roto, se ha acabado el amor, lo mejor era dejarlo.
Sin embargo, nuestra familia es el grupo de personas que más dolor nos puede inflingir, pueden hacernos desgraciados hasta unos límites inimaginables, pueden hacernos cosas tan terribles que da miedo pensarlo y, pese a todo, no dejamos de amar a nuestra familia.
He conocido a suficientes personas con padres y madres dignos de llamarse de cualquier manera menos de esa y doy fe de que todas esas personas amaban a sus padres.
Mi propia experiencia es que a pesar de la relación inexistente con mi padre y la relación altamente tóxica y complejísima con mi madre, les quiero con un amor que seguirá vivo más allá de su muerte.
Puede decirse que a nuestra familia vamos a quererla para siempre, mientras estemos vivos.

Entonces, si el amor puede durar toda la vida, como en el caso de la familia, ¿de que hablamos cuando decimos que el amor entre una pareja se ha acabado?
¿Es realmente el amor lo que se acaba, o se acaban las ganas de intentarlo, la paciencia, el aguante?
¿O es que lo que había entre esas dos personas no era amor?
¿Es el amor distinto dependiendo de si es fraternal, como en la familia, o sentimental, como en la pareja?

Ya os he dicho que según mi experiencia, mi visión de las cosas, el amor es algo que no desaparece por que las cosas vayan mal y de ahí el hecho de que no pueda entender que el amor entre dos personas que dicen que se quieren, se acabe.
La opción más fácil para mi, es decidir que esas dos personas, en realidad, nunca se había amado de verdad, aunque resulta muy complejo definir qué es amor de verdad.
Aceptable y lógica, me parece la postura de la pareja que se rompe y reconoce que no es el amor lo que se ha acabado, sino lo demás, las ganas, la paciencia, y que a pesar de ello, seguirán queriéndose aunque ya no estén juntos, porque no creo que sólo podamos amar  a una sola pareja.
Pero cuando me enfrento a una pareja que se rompe y dicen que se les ha acabado el amor, sigo sintiendo que hay algo que se me escapa, algo que no puede ser, que en realidad estamos hablando de cosas distintas.

¿Se os ha acabado alguna vez el AMOR?
¿Me podéis ayudar a comprender por qué?

Puta

lunes, 11 de abril de 2011

Ha oído hablar tanto del infierno, tantas veces ha tratado de imaginar ese lugar horrendo y espeluznante, cerrando los ojos y tratando de verlo en su mente, pero todas y cada una de las veces, lo único que ve es la cara de todas y cada una de las personas que le arrancaron un trozo de alma, las caras de las personas que no hicieron nada para ayudarla, para protegerla y no puede creer que tras la muerte haya algo peor que esto.

¿Algo peor que las palizas,
que el abandono,
que los hombres que se han aprovechado de ella?
¿Hay algo peor?
¿Peor?
No puede creerlo.
Tal vez es por la cantidad de pastillas que flotan en sus venas,
o por la cantidad de whisky con las que las ha ayudado a pasar garganta abajo;
pero no puede creerlo.

Tropieza con algo, el eco resuena en la casa vacía,
vacía,
oscura,
tenebrosa,
solitaria.
Encendería la luz pero teme verse reflejada en alguna superficie traicionera.
Se acompaña de otro vaso de whisky y trata de andar por el pasillo pero tiene miedo de los monstruos que acechan en las esquinas.
Se viste,
o tal vez,
se desviste,
se maquilla pero el pulso le falla y el contorno de los labios se vuelve una línea vacilante,
los párpados demasiado oscuros,
como el miedo de su alma,
el colorete demasiado alegre,
como la sonrisa falsa que ensayaría si tuviese valor de mirarse al espejo.
Se calza unos tacones y coje el ascensor.
En la calle para un taxi y se ríe en el asiento de atrás.
Si fuese un hombre estaría cogiendo un taxi para irse de putas.
Pero ella,
ella,
ella,
coge un taxi para ser la puta esta noche.

El taxista repite dos veces la dirección, la mira fijamente, pero la lleva hasta su destino.

Baja del taxi, se agarra a la puerta y se vuelve a reir.
Se endereza, se retira el pelo de la cara y se gira.
La calle frente a ella llena de bocas iluminadas que desean engullirla, sólo es cuestión de elegir cual de ellas.
Anda por la calle de adoquines, está a punto de perder el equilibrio varias veces y al final tropieza y cae; se hiere las rodillas desnudas, pero nada le duele, se levanta y elige el bar de las luces rojas.

Entra y echa un vistazo, las mujeres la miran, los hombres también, elige un asiento en la barra y se sienta, pide un whisky y empieza a beberlo mientras decide con cual de esos se irá a la cama.

Al cabo de unos minutos se acerca un hombre y echándole el aliento a la cara le pregunta que cuánto.
¿Cuánto?
Ella lo mira y se da cuenta de que no sabe qué decirle.
Gira la cara, buscando ayuda de la chica que tiene al lado, pero ésta la mira con desprecio.
Le pasa lo mismo con todas las mujeres del lugar, que la miran con hostilidad.
Como no se decide, el hombre da media vuelta y se va.
Hay algo raro en esa chica.
Ella trata de levantarse y seguirlo, por que esta noche,
es una puta,
no,
es la puta,
la puta que todos ellos le dijeron que era,
los miembros de su familia,
los amigos que trajeron,
aquel hombre mayor cuando ella era tan chiquita,
su primer novio,
la puta que sabe que es,
tantas veces se lo han dicho,
tantas se lo han hecho sentir,
tantas la han tratado como tal,
tantas han utilizado su cuerpo sin su consentimiento.

Pero hoy, hoy es distinto,
hoy se ha metido en un bar de putas,
un bar de putas baratas,
como ella,
en la calle de las putas,
en el barrio de los parias,
en el mundo al que siempre ha pertenecido,
aunque ahora duerma entre sábanas de seda,
y beba vino caro,
y hable de música clásica y cuadros de pintores malditos,
ese mundo donde sólo es una farsante,
la puta del hombre rico.

Esta noche es diferente,
por que va a cobrar por lo que es,
esta noche se va a lanzar a los brazos de su destino.

Pero entonces, justo enfrente suyo la ve.
Una niña de apenas 20 años, mal maquillada, con un vestido demasiado corto y unos zapatos con demasiado tacón.
La ve y se levanta,
recorre la superficie del espejo con sus dedos temblorosos,
trata de apartarle el pelo de la cara,
acaricia sus mejillas
y la mira largamente sin dejar de acariciar su reflejo.

No es más que una niña
la niña que era
la que robaron
la que destruyeron
y se da cuenta entonces
del rimel corrido por las lágrimas de euforia
del colorete demasiado rosa
de los labios demasiado rojos
de los párpados demasiado negros
y piensa con una sonrisa torcida en la boca
que sí,
que esta noche parece una puta,
al fin,
pero una puta triste.
Quién querría esta pasar esta noche
con la pobre puta triste.

Coje su bolso y camina hasta la salida
llega hasta una vía principal y levanta la mano para parar un taxi.
Los taxis pasan
pero no paran
ubicada en contexto
vestida así
borracha
quién iba a llevarla esta noche.

Anda el trayecto con sus zapatos de tacón alto,
los que se compró para ir a la Ópera
y después de
mucho
mucho
mucho
rato,
llega a la casa vacía,
se mete en la ducha,
se quita el maquillaje
y se acurruca entre las caras sábanas blancas.

Mañana será de nuevo la joven amante del señor importante
y nadie sabrá nunca
que a pesar de todo lo que le dijeron,
para puta
tampoco sirve.

Al final no llenamos

jueves, 7 de abril de 2011

JabbaWockeeZ

lunes, 4 de abril de 2011

No sé si conocéis America´s best dance crew,  programa que se emite en la MTV y que es un consurso donde una serie de grupos de baile "callejero" se enfrentan y van siendo eliminados.

Ni soy muy fan de este tipo de programas ni del baile en general, pero he de reconocer que estoy completamente enganchada.
Aunque suene raro por el contexto, os he de decir que los muchachos que os dejo hoy me hacen llorar. 
Una piensa en una banda de chavales de la calle bailando hip hop y se imagina no sé, ritmo, rabia, pasión, lo que queráis, pero es que a mi, me emocionan de tal manera que me hacen llorar.

Me gusta saber que aún me sorprendo a mi misma descubirendo nuevas cosas que me emocionan y me hacen feliz.
Yo he sido muy feliz estas semanas viéndolos bailar. 
Fueron los ganadores de la primera edición, premio más que merecido.

La audición

Semana 1, 2 y 3


Semana 4


Semana 5


Semana 6


Semana 7

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