Objetos

miércoles, 13 de mayo de 2009

Mi abuela, en su afán de individualismo bien entendido, de pequeños nos regaló a mi hermano y a mi un juego de platos y cubiertos, distintos el uno del otro, y sobretodo distintos de los que utilizaba mi madre.

Mi madre, al marcharme de mi casa fue más lejos, me entregó los platos y tazas que nos compraron de bebés a ambos, el mío, que ya no conservo, era una chica con un pañuelo dando de comer a una oca.
El de mi hermano, un tren.
Aunque sólo conservo el plato, la taza hace tiempo que pasó a mejor vida, le tengo un cariño enorme.

A veces, cómo hoy comemos en él, aunque me da miedo romperlo creo que debe de ser algo útil, algo vivo.

Hoy, antes de llenarlo de comida, he recordado lo importantes que son los buenos recuerdos, los que nos transportan a momentos felices, generosos, entregados.
Y sobretodo, he recordado, lo sutil que puede ser el idioma del amor.

Por eso, hoy, un plato de nuestra infancia, representa el amor absoluto de una madre por sus hijos.

9 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

El amor, a veces, en una sola y fugaz mirada cómplice, en un guiño, en una caricia...y en un plato, en un recuerdo. Pero, ¡qué importante! cómo nos sube la autoestima recordar aquel amor que nos rodeó de niños: la base del futuro.

rivela dijo...

La infancia y sus recuerdos, continuamente volvemos a ella.Me gusta la idea de que lo utilices, de que sea algo vivo. Biquiños

angelito dijo...

Que bonito plato, y que bonito recordar algo por un sencillo plato.

Está bien que lo utilices, tratalo con mucho cariño, chuuuuuu chuuuuu

Cristina dijo...

Conservo todas mis muñecas, con sus vestidos, y sus muebles. Conservo todos mis libros de infancia.

¿Cómo nos vamos a deshacer de unos recuerdos tan maravillosos? :)).

Ender dijo...

María Jesús, todos los buenos recuerdos suben la moral :D

Rivela, durante muchos años estuvo guardado, por qué al romper el mío me entró miedo.

Ún día lo encontré y pensé que debía utilizarlo de nuevo.

Y ahora he decidido devolvérselo a mi hermano, al fin y al cabo, es suyo :D

Angelito, ahora que dices eso de chu-chu, uno de los juguetes infantiles que guardo, es precisamente un trenecito de madera que ahora anda entre cajas :D

Haw, el tema es que yo soy de esas personas que lo tira todo, jajajajajaja.
Cuando me fui de casa hacía años que los juguetes no se conservaban, sin embargo, cosa extraña en mi, guardé un par de juguetes de la infancia que guardo cómo tesoros.
El trenecito que le decía a Angelito, y un gusanito de madera verde.

Yo no acaparo muchos objetos, ni del pasado, ni del presente, me gusta viajar ligera ;D

ZOLDAR dijo...

Jo, qué bonito, a mi me regalaban trenes pero sin nada de porcelana y yo como siempre he sido un poco trasto acababa rompiéndolos, o accidentándolos o cosas así.

1 besito pequeña ender :P

diego dijo...

Ender, si cierras los ojos seguro que "ves" la mano de tu madre ayudándote a comer. Por otra parte, el plato es bonito. Yo, como Zoldar, soy un trasto y no condervo nada material de mi infancia que me recuerde a mi madre. La mente ya es otra cosa...

Ender dijo...

Pues Diego, mira que tengo memoria, pero de eso no me acuerdo, jajajajaja.

Bueno, es que para que le duren a uno los juguetes tienen que ser de madera o de metal, sino es casi un milagro conservarlos ; )

Ender dijo...

Zoldar, es que regalar un tren de porcelana a un niño es un poco arriegado, no? :DDDD

Besitos

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