Nuevo

jueves, 17 de diciembre de 2009

Me gusta mi nuevo barrio; es lo que me digo cada dos por tres, cuando voy y cuando vengo, cuando salgo, cuando llego, cuando paseo, cuando me asomo, cuando llegan, cuando me llaman.
Y es curioso, por que recuerdo perfectamente los últimos días en mi antigua casa, llorando lágrimas de una honda tristeza por dejar mi tan amado hogar durante tanto tiempo.
A veces me cuesta adaptarme, es más, a menudo me adapto muy lentamente, así que temo a los cambios, a lo mucho que me desestabilizan, lo mucho que me alteran, lo mucho que me pesan.
Pensé que este sería un cambio duro, salir de Barcelona, cambiar de casa, cambiar de barrio, cambiar de transporte, cambiar, cambiar, cambiar...
Al principio fue complicado, mi pésimo sentido de la orientación, el impacto de la inmigración concentrada de un modo tan distinto al que yo había conocido, el hecho de no encontrar nada de lo que te gusta, de lo que necesitas, la casa que no era nuestra, tu vida metida en cajas sin saber cuando iba a acabar esa historia.
Y de repente, no sabes muy bien por qué, te das cuenta de que necesitabas un cambio pero no lo sabías, te das cuenta de que lo que tenías te gustaba, pero era hora de cambiarlo y por supuesto no te das cuenta hasta que lo has hecho.
De repente, las calles angostas, estrechas y oscuras, por calles anchas, tranquilas, habitadas, los cielos lejanos, partidos, en perspectiva, por cielos onmipresentes, inmensos, bajos, las escaleras viejas, encantadoras, destartaladas, por los ascensores pequeños, nuevos, ordenados, los comercios de mil lugares con de todo un poco, por los tradicionales, los antiguos, los de la infancia.
Los domingos, cuando voy de camino al mercadillo donde encuentro cosas que nunca creí tan cerca de casa, me voy diciendo mientras camino: -me gusta mi barrio.
Me gusta mi casa nueva, con las habitaciones necesarias, con la luz necesaria, con ascensor para mis pulmones, con mi terraza que me parece inmensa.
Me gusta mi calle, amplia, tranquila pero siempre con gente, con comercios, con sol.
Me gusta lo cerca que está correos y que encuentren las cosas por que es una oficina pequeña.
Me gusta mi nueva entidad bancaria, me reciben con una sonrisa, se portan bien, son cercanos, me conocen.
Me gusta el mercadillo de los domingos.
Me gusta la comunicación que hay para llegar a mi casa.
Me gusta la nueva biblioteca que tengo al lado de casa.
Me gusta el parque que tengo al lado de casa.
Me gusta tener un hospital a menos de 10 minutos.
Me gusta ir al bar Pepe, a tomarnos un aperitivo los domingos, aquí sólo hay bares pepes, nada de sitios de diseño que te cobran solo por mirar.
Me gusta lo barato que es todo en mi nuevo barrio.
Me gusta, me gusta, me gusta y soy feliz por que a pesar de las historias en las que nos vimos metidos, a pesar de los enfrentamientos, de los nervios, de la frustración, sé que hemos tenido suerte, sé que la mano que tenemos bajo el culo, no nos ha soltado nunca y que sólo era cuestión de esperar.
Me gusta que la vida sea nuestra aliada aunque a veces, por un breve lapso de tiempo, creamos que no es así.

7 comentarios:

Chelo dijo...

Ender, me alegro muchísimo!! a la mayoría nos asustan los cambios bruscos, al final es cuestión de tiempo acostumbrarnos, pero si además de eso nos encantan, mejor!!!
un besote

mariajesusparadela dijo...

Yo también me alegro. Todos tenemos miedo a los cambios, incluso los que son para mejor, por la tranquilidad que da la rutina.
Pero hay que ser valiente y tu lo has sido (parece que aún estoy leyendo aquellos malos tragos de la hipoteca)

Liz dijo...

Hola Noxiender... que te puedo decir yo que a fuerza de cambiarme de casa tantas veces lo echo de menos.

Conocer otras personas otros lugares siempre enriquece.

angelito dijo...

Estupenda entrada Ender rebosa felicidad, y además la transmites.

A veces los cambios son lentos y otras veces rápidos por lo fácil. Cambiar es dificil, y me alegro de que sea fácil en tu caso.

Uf que lio facil dificil, bueno que me alegro un webo (asi se me entiendo no?)

Candela dijo...

Ender, a mí me atrae lo sencillo, lo cercano. Dices que no te gustan los cambios pero a veces son necesarios. Por mi parte soy muy adaptable, solamente necesito sentir que un espacio es mío (ni siquiera en propiedad, hago mía lo mismo una tienda de campaña que la habitación de un hotel) y no pasar frío. Creo que te has enamorado de tu nuevo barrio, transpiras alegría. ¡Con lo que te costó comprar el piso! Enhorabuena

diego dijo...

Ender, cambiar de casa es como cambiar de coche (salvando las diferencias, claro) Al principio te parece imposible mejorar esa comodidad, ese asiento, ese ruido del motor... Pero a los cinco días ya ni te acuerdas de ellos, el nuevo coche es mucho mejor, más amplio, más cómodo y más silencioso que el viejo. A mí me ocurrió eso cuando compré mi piso en Madrid, en 10 días me olvidé del viejo y me acostumbré a mi nuevo barrio y a mi nueva butaquita del salón(Lo malo es que a los tres años me separé ¡snif! y volví a las andadas ¡otro snif!)

Ender dijo...

Chelo, lo malo es no estar seguro de antemano si va a ser un buen cambio o un mal cambio, por que vaya, uno se muda pensando que mejora pero puede darse el caso de que no sea así :D
En este caso, indudablemente ha sido para mejorar.

María Jesús, la rutina es una de esas cosas de las que todo el mundo habla mal y a muy a menudo es también una de esas cosas que nos anclan a la vida.
Yo soy una valiente forzosa, normalmente no me queda de otra que serlo :DDDD

Liz, a lo largo de mi vida he vivido en 6 casas distintas contando esta, incluídas las casas de mi infancia y no, no echo de menos eso de mudarme ni lo de estrenar casa.
Sabes qué es lo peor? cuando estás despertando y ves una pared donde no debería estar por que crees que estás en otra casa o en otra época, eso me desconcierta profundamente hasta que estoy completamente consciente. Es una tontería, pero me perturba.

Angelito, se te entiende.
A mi lo que me pasa es que me puedo tirar mucho tiempo en la situación x, pero de repente, en cuestión de una semana mi vida se pone patas arriba y los cambios vienen de repente, cambios importantes, así que eso de los cambios lentos no he tenido el placer de conocerlo aún.

Candela, los cambios casi siempre son necesarios, pero no por eso me acojonan menos :D
Por otro lado y aunque es cierto que me cuesta adaptarme, si estoy agusto me hago rápido con el lugar, cuando estoy de vacaciones, aunque sea en un apartamento alquilado por 5 días, digo eso de,nos vamos para casa?
Casa es el lugar donde vivo y donde estoy agusto.
Como en casi todo, soy una cosa y la contraria, me adapto lento y me adapto rápido, las dos cosas a la vez.
Eso, eso, con lo que costó :D

Diego, no tengo coche, así que no sé decirte XD.
Bueno, tres años dan para mucho en un piso, no? :DDDD

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.