This is the end, my only friend, the end

jueves, 4 de marzo de 2010

Estos días he estado pensando mucho en la muerte.
Imagino que es lo que pasa cuando te sobrevienen dos, de golpe.

Para la muerte de los que nos rodean, nunca se está preparado, o dejémoslo en que para la muerte, no estamos preparados.
La muerte es eso de lo que no se habla, eso a lo que se trata de burlar eternamente, con cirugía, con medicinas, con mentiras.
La muerte no existe, a pesar de vivir en una sociedad donde con más de 20 años ya eres viejo para tantas cosas.

La palabra muerte no se utiliza; no la utilizamos nosotros, no la utiliza el médico que atiende a tus familiares.
No se pone en los informes donde dicen que ya no podrá venir, llegar, ser.

No se habla, no se nombra, nos desesperamos ante su presencia, nos indignamos, nos viene mal, nos molesta, nos cambia los planes, nos estresa.

Pero yo, llevo dos semanas pensando en la muerte; en la que ha ocurrido y en la que está a punto de ocurrir.
Yo tampoco estoy preparada para hablar de la muerte, ni para enfrentarla, ni para asumirla, pero al menos, en mi mente, quiero ser libre para poder plantearme honestamente que es lo que pienso de ella, que emociones me causa.

Durante todos estos años, he tenido claro, con una claridad inamovible, que si enfermo y voy a morir quiero saberlo.
Considero que es un derecho invulnerable inherente a nuestra libertad como individuos, tener conocimiento de algo así.
A pesar de que esa es mi opinión, en la mayoría de casos, la familia y los médicos, optan por no decirle nada al enfermo, el motivo es que saberlo sólo le causaría más sufrimiento y no iba a mejorar en nada la situación que está viviendo.
Este planteamiento, ya dice mucho de la opinión que le merece a esta sociedad la muerte.

Yo, como persona dotada de empatía y con ciertas vivencias a mis espaldas, puedo entender que a un enfermo terminal de cáncer, su familia no le quiera decir que no va a levantarse nunca más de esa cama.
Lo entiendo y lo respeto. Y lo acato.
Resuenan en mi cabeza las palabras de mi chico, diciéndome que me ponga en su lugar, atado a una cama, sin poder ya ni levantarse y saber que la muerte te acecha en la oscuridad de tus párpados.
Sí, debe ser aterrador.
No, no puedo ni llegar a vislumbrar que se debe sentir al saberlo.

Pero no saber que tu vida llega a su fin estando completamente lúcido, no tener la oportunidad de despedirte de los tuyos, no poder tener la oportunidad de decirles aquello que probablemente les dirías en un momento así, también hace que me sobrecoja de miedo.

Y por eso, estos días he estado pensando mucho en la muerte, por que he tratado de saber si la elección que ha tomado la familia, es una elección válida para mi.
Y pienso, que mi elección se basa en el hecho de que imagino mi muerte de un modo concreto, mayor, rodeada de mi familia, con mi chico aún vivo a mi lado, y me resulta fácil que en esas circunstancias me digan algo tan terrible, y me resulta fácil imaginarme poniendome en paz con todos ellos, despidiéndome, diciéndoles que les quiero.
Pero para ser francos, ninguno de nosotros sabemos como vamos a morir, y puede que el día que la Parca se acerque, mis circunstancias sean otras muy distintas, unas, que hoy no sé imaginar.
Y cabe la posibilidad, que en esos momentos, prefiera la ignorancia absoluta, las palabras amables de quienes sean que estén conmigo, las sonrisas fingidas, los ánimos forzados, las promesas infinitas de todo lo que haremos al salir del hospital.

Por qué absolutamente ninguno de nosotros sabe, en definitiva, que tal le va a tratar la vida y el grado de valentía con el que va a afrontar sus últimos momentos.

Así que por ahora, me reservo la duda.

21 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Acabo de pasar por la muerte de mi madre. Tenía 96 años y estaba, en su última semana, muy malita. Yo sabía que no había otro final y, sin embargo me cogió desprevenida.

Ella sabía que se moría y lo asumió con entereza. Con más entereza que yo.
Es duro, durísimo arrancar una hoja del libro de nuestra vida.
Ánimo.

Chelo dijo...

me pilla el tema un poco baja de defensas, la verdad, prefiero no pensar en la muerte, me da pavor

larous dijo...

Hola Ender.

Yo, llevo dos años en que esos pensamientos sobre la muerte van y vienen.

Es muy dificil apartarlos, y por experiencia digo que solo se apartan con nuevas ilusiones.

Me da pavor pensar en la muerte, pero es inevitable. Mi abuela, fallecio con 92 años y decia 'La muerte no es ni para pensarla, ni para olvidarla', y tenia razón.

Bss

diego dijo...

Pues yo tengo perfectamente asumida mi muerte, la he visto ya dos veces muy cerca y no la temo en absoluto. Quizás porque soy más viejo que vosotros. Lo único que le pido es que me pille de pie y dando guerra, no es tanto...

Candela dijo...

Hola, Ender. La muerte también puede llegar de sopetón, imprevista totalmente. Tampoco así puedes despedirte de nadie, ni preparar tus cosas o saldar tus deudas. Las que se esperan, también las espera quien se está muriendo. A veces ni pregunta, porque no quiere saber. Otras veces pregunta y se enfada porque siente que le están mintiendo cuando le dan esperanzas. Mi yo de este momento quiere saber, pero no sé si querré saber en otro momento. Creo, no obstante, que la muerte forma parte de la vida y conocer que te vas para un rato largo, es un derecho fundamental.

Ignacio dijo...

A mi lo que me da pavor de la muerte es ser consciente de ella. Es decir, que me da igual morirme ahora mismo, pero que no me entere.

Saludos.

Ana dijo...

Yo no sé si querría saberlo o no, pero sea como sea, pienso que las deudas pendientes hay que solucionarlas cuanto antes, que lo que tengas que decir lo digas ya y que hay que aprovechar cada momento con las personas queridas, porque puedes salir a la calle ahora mismo y que te atropelle un coche y tampoco habrás podido despedirte de nadie...

iolanda dijo...

Hola Ender,
Yo pienso también que el día a día deja todo claro, coincido con Ana en que no hay que dejar nada pendiente... al día, aunque es posible que algo que quede en el aire, con nuestra actitud cotidiana vamos dejando claro cuál es nuestro sentir, personalmente, las despedidas las veo muy melodramáticas, de pelí americana, no de la vida real.

Y en la situación concreta de estar incapacitada en un hospital no creo que quiera saberlo, ¿podré hacer ese viaje que tanto deseaba? (por ejemplo) no, pues entonces lo único que me quedará es la esperanza de despertar y seguir respirando...

sin embargo, si me descubren una enfermedad fatal si quiero saberlo, para poder tomar mis propias decisiones, hospitalizarme, viajar a cual sitio, o hacer puenting vaya.

me gusta la frase que ha dejado Rous "la muerte no es ni para pensarla ni para olvidarla"

besos,

angelito dijo...

La muerte sigue siendo tabú, ni quiero ni puedo pensar en ella. Pero curiosamente, no me da miedo morir, procuro dejar siempre las cosas lo menos pendientes posibles, lo que me da pavor es la muerte de los demás de los que se quedan.

Tiene razón la abuela de larous 'La muerte no es ni para pensarla, ni para olvidarla',

Ender dijo...

No me lo puedo creer, se ha borrado la parrafada que os había escrito... :S

Ender dijo...

María Jesús, a mi me va a quedar la duda de si él lo sabía.
Yo creo que cuando te ves que te han quitado todos los tubos y solo te dejan dormir, algo debes intuir.
Lo que pasa es que se fue como vivió, sin dar guerra, sin querer molestar, en mitad de la noche para no armar ruido.

Admiro a la gente que es así, pero yo mi vida prefiero vivirla armando escándalo y dando por saco a los que me quieren, sino como van a saber cuando los necesito?

Ender dijo...

Chelo, tal vez es precisamente a eso a lo que me refiero, a ese miedo que estoy segura que es algo educacional.
¿Por qué nos pasa esto?, ¿no nos deberían educar para poder afrontar la única cosa que sabemos con certeza que nos va a pasar en la vida?

Ender dijo...

Larous, yo no hablo de los pensamientos tristes que te atacan tras una mala experiencia como la tuya con esta perra enfermedad, hablo más bien de una meditación necesaria sobre la muerte.
No te creas, yo llevo mucho tiempo meditando sobre la muerte, y cuando lo comento la gente te pregunta si es que estás deprimido, o algo así y que en eso no se debe pensar.

Yo creo que uno debe plantearse ese tema, en la medida que pueda cada uno.

Ender dijo...

Diego, me alegra oir eso, pero igual como dices, la edad tiene algo que ver.

Yo lo más cerca que he estado de plantearme en serio mi propia muerte fue hace unos años cuando me hicieron pruebas para descartar un tumor muy grande puesto en un sitio muy peligroso.

Las pruebas tardaron unos días y los médicos me lo pintaron de tal manera que al final tuve que plantearme que si algo salía mal podía estar muerta de un cáncer fulminante en muy poco tiempo.
Cuando ves a la SS correr de esta manera y decirte que tú no necesitas cita para que te vea el especialista, que solo llames a la puerta y pasarás la primera, te acojonas de verdad.

Ender dijo...

Candela, con aviso o sin aviso, da lo mismo, la sensación que te queda es la misma, de estafa, de brevedad, de decepción.

Mi suegro llevaba enfermo desde agosto, tras el susto del diagnóstico vino una mejoría casi milagrosa y luego la recaída letal, en menos de 15 días, el efecto dominó en sus órganos y se acabó todo.

Mi yo del momento también quiere saberlo, pero como dije, quién sabe lo que nos depara el futuro.

Ender dijo...

Ignacio, pues si la muerte no es dolorosa, yo prefiero ser consciente de ello.

Estos días, entre el velatorio, el entierro y la operación, me he dado cuenta de algo que no sabía y es que hasta en el peor momento soy capaz de inventarme una aventura para hacerlo todo más llevadero.

Sé que puede sonar trivial, pero llevo meses afrontando distintas cosas como si fuese un nuevo descubrimiento, por qué mi realidad ahora mismo es muy dura y creo que sólo asumiendo el dolor como una emoción tan válida como el resto puedo evitar cabrearme con el cosmos y perder mi energía y tiempo luchando contra lo inevitable.

Ender dijo...

Ana, yo soy muy consciente de que si me muero mañana me dejo cientos de cosas por solucionar.
Pero saberlo no me hace encontrar las fuerzas y la sabiduría para enmendarlo.
Así que espero vivir muchos años para poder ir solucionándolo todo a su debido tiempo.

Ender dijo...

Iolanda, aunque hayas encontrado distintas respuestas, a mi me parece que en el fondo es la misma pregunta, saber o no saber si nos morimos.

Ender dijo...

Angelito, yo creo que cuando lloramos por la muerte de un ser querido en gran parte estamos llorando por nuestra propia soledad a partir de ese momento.

Besos a todos.

Ignacio dijo...

"Ignacio, pues si la muerte no es dolorosa, yo prefiero ser consciente de ello."

Te entiendo, pero dolor (físico) y sufrimiento no siempre van unidos, se pueden dar el uno sin el otro.
Depende de cada uno, pero ser consciente de tu final puede ser más duro que el más agudo de los dolores.

Ender dijo...

Claro, los dos son sufrimientos, pero yo me referia al dolor fisico solamente :D

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