De como no me convertí en una reputada músico

lunes, 6 de diciembre de 2010

Por algún extraño motivo, cuando era muy pequeña mi familia experimentó un extraño arrebato a la hora de hacerme regalos, que consistió en comprarme una serie de instrumentos musicales de juguete.

Aparte de la pandereta navideña y la zambomba, que eso les caía a todos los críos cuando llegaban las fiestas navideñas, y la flautita de plástico que te compraban en cualquier feria, junto con las castañuelas de plástico, me regalaron una guitarra pequeñita, con cuerdas de verdad que sonaba moderadamente bien, bueno, si sabías tocarla, claro está, que me duró más o menos, lo que tardé en descubrir la barandilla mágica, esto es, la barandilla de la galería, a seis pisos de altura que era la ostia, tú te acercabas, lanzabas algo por encima, luego te agarrabas a los barrotes y veías como practicaba la caída libre hasta espiñarse contra la terraza del principal.
Pues eso, que me duró muy poco y cuando mis padres subieron con ella tras el lanzamiento, no era la misma, para que negarlo.

Me regalaron un pianito de esos de juguete, regalo del que se arrepintieron mucho por que el soniquete de las teclitas dale que dale, me duró lo mío, este no salió volando, sobrevivió y llegada la adolescencia, descubrí que lo que para mi era un juguete, para Depeche Mode, era un instrumento musical, cosas del genio artístico, corrí a buscarlo, no sé bien para qué, por que si en 15 años no había aprendido a tocarlo no iba a aprender ahora, pero ya era tarde, ni rastro de él.

Me regalaron un tambor, bueno, este es un clásico, y puedo decir sin ninguna clase de dudas, que este fue uno de los regalos que más lamentaron, por que lo tocaba con pasión, fervor y salvajismo, ni un atisbo de armonía nacía de mis frenéticos aporreos y me paseaba con él por toda la casa cual Manolo el del bombo en miniatura, hasta que descubrí la barandilla mágica, que ya sabéis, me tenía fascinada.
Lo malo del tambor, es que por veces que lo tirase con cruel deleite, lo recuperaban indemne, hasta que se hartaron y un día decidieron que no bajaban más a por él.

Luego vino el clarinete, sí, habéis leído bien, de pequeña me regalaron un clarinete de juguete que era una una preciosidad y que por descontado yo tocaba con artístico soplido, aunque no acertase ni una sola nota.
También llegaron a odiarlo, pero yo lo adoraba.
Y cuando me cargué los pequeños discos que tapaban las aberturas del clarinete, llegó la armónica, pero no una armónica cualquiera, sino una de verdad, con su estuche, y su pañito para sacarle brillo.

Lo del clarinete es raro, pero lo de la armónica es algo que nunca llegué a comprender, por que es un instrumento difícil, por que costó un potosí y por que yo no me recuerdo con la clásica pataleta delante de una tienda de instrumentos musicales pidiendóles a mis padres una armónica, buaaaaaaaaaaaaaaa, yo quiero una armónicaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, por que seguramente no sabía ni lo que era eso.
La armónica la conservé hasta la adolescencia, jamás aprendí a tocarla, pero la guardé con mucho cariño, después no recuerdo que fué de ella.

Y llegada la adolescencia, mi padre me regaló una guitarra española que había tenido mucho tiempo, por que siempre quiso aprender a tocarla y nunca se puso a ello, crió un montón de polvo encima del armario de mi habitación, por que yo de tocar la flauta y de aprender solfeo de primero de bup no pasé.

Debe ser que tenían muchas ganas de tener a un músico en la família, sino, no me lo explico.


Aquí la prueba de lo de Depeche.
Depeche Mode, Little 15

6 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Ya me has hecho reir.

julia rubiera dijo...

mi niña yo creo que ya sabías que tenías que ser escritora y de las buenas, un besin de esta asturiana y muchisimas gracias por hacernos sonreir.

emejota dijo...

Lo primero decirte que me ha encantado el vídeo. Tras lo cual añadiré que esa es la razón profunda por la que andas con la musiquita a cuestas, es que "la sientes",(también caer por el hueco de la escalera, ja,ja.) no hace falta tocar ningún instrumento para ello. un fuerte abrazo.

Ender dijo...

Me alegro María Jesús :D

Ozna, gracias a ti por leerme.
De las buenas no sé, pero de las insistentes sí ;D

Emejota, es uno de los videos menos malos de depeche, mira que me gustan poco sus vídeos XD
Menos mal que la siento, por que si tuviese que pasar con mi inexistente talento musical mi relación con la música sería bien pequeña.

Julio dijo...

Ender, está claro que lo tuyo era la música electrónica y a tus padres les faltó probar con el sintetizador. Seguro que ese no lo hubieras tirado por la barandilla :-)

Vivan los Depeche!

Ender dijo...

Shhhhhhhhhhhhhh, no, no, que a mi hermano le regalaron un casio y nada, oye, que para lo único que me sirvió fue para aprenderme los ritmos pregrabados esos machacones y de adulta decir;
-mira, esa canción de tal lleva uno de los ritmos del casio, menudo pedazo de friki!!!!!!

Eso, eso, que vivan!!!y que los veas en concierto ;D

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