Cuatro paredes

martes, 7 de abril de 2009

Ayer fue uno de los peores días, desde que empezó nuestra aventura inmobiliaria, consistente en vender nuestro piso para comprar uno nuevo.

Llegué a casa y al entrar en la habitación, estaba todo desmontado, el armario por partes contra la pared, la ropa sobre la cama, cajas por todas partes, bolsas...
Y no se puede decir que no haya tenido tiempo para hacerme a la idea de que nos vamos, esto empezó el 26 de enero.
Pero una cosa es saber que nos vamos y otra ver que nos vamos.
Debe ser por eso de que soy una persona lenta y los sucesos se abren paso muy lentamente a través de mi mente y de repente estallan y se hacen realidad; y esta realidad duele.

El miedo, la ansiedad, los nervios se mezclan en un cóctel complicado de digerir, dónde las preguntas me asaltan en mitad de la noche;
¿de verdad tenemos que irnos de este piso, precioso y dónde hemos sido tan felices?
¿el nuevo piso estará a la altura de las expectativas?
¿conseguiremos el nuevo piso?
¿nos hemos precipitado?
¿es el piso adecuado?
¿realmente queremos ese piso?

La semana pasada todo eso eran preguntas retóricas, pero ayer, con el esqueleto del armario desmontado sentí que con él se desmontaba también una parte de mi alma, de mis recuerdos, de mis vivencias, que algo de mi se iba a quedar irremediablemente atrapado en estas paredes, en este piso que a partir del jueves dejará de ser nuestro.
Otra persona lo habitará y esa idea se me hace extraña; imaginar a esa persona decorando nuestra casa, viviendo en ella, haciendo desaparecer todo lo que un día lo caracterizó cómo nuestro.

Y más que miedo, sé que lo que tengo es añoranza de la vida que fue.

7 comentarios:

Ana. dijo...

Pero Ender, que el armario no te lo dejas, te lo llevas puesto, mujer!

Pero te entiendo, eh!? Yo he vivido en 3 pisos y cada vez que paso por delante de ellos me acuerdo y si vamos con mi hijo le contamos la historia... en ese piso nos conocimos, aquella ventana era un estudio con suelo de moqueta donde nos tumbábamos a tomar el sol... en este (otro) piso naciste tú... anda que no hemos montado fiestas en ese salón! Te entiendo, pero son etapas y se supone que, al ser cambios voluntarios y escogidos, son a mejor, así que venga, a liarte a montar cajas, no te pierdas lo mejor! ;)

PS: acuérdate de poner en la caja una lista con todo lo que metes, bien a la vista! ;)

Ender dijo...

Ana, es la tercera vez que pasamos por una mudanza, pero nunca de un piso propio (no alquiler).

Sé que siempre me entra el pánico escénico, pero también sé que esta vez es algo más.

No puedo evitar estar triste :D

Miriamcita dijo...

Ánimoooo!!!!!! Y no estes triste, todo lo que nos pasa es para mejor, y cambiarte a un piso con terrazaaaa es muchísimo mejor :)

Ender dijo...

Tú sí que sabes ;D

Juan Antonio HERGUERA TORRES dijo...

@Ender: coincido con @Ana; yo también he vivido en 3 sitios distintos que, aunque no eran mi casa, sí que durante un tiempo fueron mi hogar.
Se hace extraño; se añora; pero lo bueno de esto es que delante del paso que dejamos atrás hay otro paso. Vamos, que tendréis un nuevo hogar para decorar y ser felices.

¿Has hecho alguna fotico del piso con todo patas arriba?

P.D.: espero que en este no haga tantísimo calor como en el anterior... aún recuerdo el bajón de loquefuese que me dio la última vez que entré :-D

Ender dijo...

Mmmm, no recuerdo que hiciese especial calor...creo que este será más fresquito, de hecho, en invierno hace más frío :(

Hemos hecho fotos de los dos pisos, me queda sacrle al que estamos ahora fotos de casi vacío y cuando esté vacío lo mismo.

suculentas en venta dijo...

Es curioso pero esa sensación también la he tenido yo las 12 o 13 veces que me he cambiado de casa.

Y eso que eran pisos que no eran míos. Mientras contemplas la mudanza y se va desmantelando todo tienes una sensación de tristeza de pensar que no el tiempo de esa casa ya ha pasado...

Para inmediatamente entrar en la euforia y la ilusión del nuevo lugar...

Besucos pequeñaja

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