Miércoles por la mañana

lunes, 27 de abril de 2009

El miércoles de la semana pasada, N se levantó temprano para ir a trabajar, cómo todos los días.
Dejó a M, su marido, durmiendo placidamente y a J, su hijo, también.
No entró en la habitación del pequeño para no despertarlo y por eso, hasta que M, se levantó no descubrió que el pequeño J tenía la cara hinchada.
Se había golpeado durante la noche, sin embargo, a pesar de que el golpe debió ser fuerte, por el hinchazón que le deformaba la cara, J no había llorado y ninguno de sus dos padres se percató del incidente.

M, muy asustado, se fue de urgencias; cuando vieron el hinchazón de la cara del niño, lo hicieron pasar enseguida, lo sentaron y empezaron a llegar médicos.
Unos se dedicaron a examinar la cara del niño.
Otros, el cuerpo.
Finalmente, vino alguna especie de responsable que quiso hablar con el padre, se llevaron al niño y le hicieron algunas radiografías, no sólo de la cara.
A M, le hicieron muchas preguntas, no era la primera vez que llevaban a su hijo de urgéncias, tiene una salud delicada y han pasado muchas noches en salas de espera por una nefermedad detectada del pequeño.
Sin embargo, esta vez, se interesan mucho por el padre.
No paran de preguntarle cosas, M, al principio no entiende muy bien por qué se lo preguntan, ni por qué han desnudado al pequeño, ni qué es lo que buscan.
J nunca había estado antes en el hospital por un golpe.

Al final, después de muchas preguntas, de tomar muchas notas y de muchas pruebas, M y J salen del hospital.
El pequeño está bien, sólo un fuerte golpe en la cara.

Cuando N llega a casa y ve la cara de su hijo, rompe a llorar asustada.
M le explica lo que ha pasado, que han ido al hospital y que el pequeño está bien.
También lo explica lo demás.
N se queda pensativa y aún con lágrimas en los ojos por el susto, siente cómo la rabia crece en su interior y se pregunta:
-¿Es este el protocolo habitual en todos los casos o sólo cuando el padre del niño herido, es marroquí?

Ella lo tiene claro; si hubiese sido ella, española, la que hubiese llevado al niño, nada de esto hubiese pasado.

5 comentarios:

Cristina dijo...

Debería ser el protocolo habitual.

Hemos visto casos graves de negligencia con niños en los que los médicos no habían dado la voz de alarma. No sé si recuerdas un par de muertes el año pasado.

Así que, si no hubiera sido marroquí, cabe pensar que las preguntas no serían tantas...

mariajesusparadela dijo...

Yo también prefiero que los médicos se pasen a que no lleguen.
Pero es triste que sea por racismo.

Ender dijo...

Haw, o se pasan o no llegan...hace unos años, le pasó a una mujer que conozco, tropezar por la calle, se cayó de cara y se dio un buen golpe.
Se presenta en urgencias y a poco más llaman a la policía para hacerle confesar que su marido la maltrataba.
Ella insistió en que se había caído, pero nada, los médicos erre que erre.
Lo mejor es que la mujer está soltera y sin compromiso :S

Pues sí Maria Jesús, más vale, pero los protocolos deberían estar claros no?

angelito dijo...

No se si será el protocolo habitual, desde luego deberia serlo, sean los padres de marruecos o de las chimbambas.

Si me meto en los zapatos del padre, creo que prefiero pasar un mal rato, teniendo la conciencia tranquila, a que algunos se escapen por no hacer las suficientes preguntas.

Se puede tachar de racismo o no, en este caso las preguntas creo que son justificadas.

Ender dijo...

Angelito, pero si tú eres el padre sabes que no has hecho nada y supongo que queda más espacio para la rabia que para pensar en que están haciendo su trabajo.

Que trsite me parece que vivamos en un mundo dónde los médicos necesiten andar haciendo de policias...

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