Cuando un libro te persigue, te acaba alcanzando

lunes, 30 de noviembre de 2009

Me gusta leer, me gusta mucho leer, leo regularmente desde los 11 años y adoro los libros; pero no me gusta acumular y cada cierto tiempo hago limpieza en mi biblioteca, por que si a estas alturas tuviese todos los libros que una vez compré, necesitaría otro piso sólo para ellos.
Nunca he tenido más de un ejemplar del mismo libro, salvo en un caso, en que el libro en cuestión, Siddhartha de Herman Hesse, se empeñó en perseguirme en el tiempo.

Hace ya muchos años, mi madre se empeñó en que era un libro que debía leer y un día apareció en casa con un ejemplar que me regaló.
Lo cierto es que yo me había leído Demian, del mismo autor, libro que no sabría decir por qué motivo, me desagradó profundamente, no el libro, sino la atmósfera del libro y me econtraba poco receptiva a leer nada más de este autor tan afamado, así que acabó en una estantería junto con otros libros.
Pasado casi un año, empecé a escribirme con una persona que tenía la maravillosa costumbre de adjuntar en sus tres primeras cartas, tres ejemplares a modo de regalo, a saber, Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, El Loco de Gibran Khalil Gibran y Siddhartha de Herman Hesse.
Cuando recibí este último pensé que era una casualidad curiosa, recibir regalados dos ejemplares de un libro que todo el mundo me recomendaba y que yo tenía tantas reticencias a leer.
Lo guardé en la estantería, junto con el otro, aún no era el momento.
Unos meses más tarde, mi medio pomelo, me regaló un ejemplar del mismo libro, yo, en el momento de recibir el regalo no daba crédito a mis ojos, ¿tres ejemplares del mismo libro? esto era demasiado, ¿es que todo el mundo conspiraba para que lo leyese?
Llegado este punto tuve que plantearme seriamente leérmelo, claro está, tres libros exactamente iguales, eran de la misma editorial, me reclamaban desde la estantería, sin embargo, yo seguía sin estar decidida del todo.
Un buen día, unas semanas después de haber recibido el último ejemplar, estaba en la biblioteca, curioseando en una pila de libros devueltos y tiré uno sin querer al suelo, lo recogí y miré cual era; sí, era Siddhartha.
Conmocionada por la insistencia cósmica del libro lo llevé hasta el mostrador de préstamos y me lo llevé a casa; después de tener tres ejemplares en casa, lo leí prestado de la biblioteca.
Y me encantó.

5 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

No cabe duda de que te perseguía por algo.

Candela dijo...

Además de encantarte ¿Has averiguado por qué te perseguía? Seguro que en sus líneas o entre líneas había algo que necesitabas saber, o confirmar.

Ender dijo...

María Jesús, eso seguro, por que mira que insitió el librito :D

Candela, en el libro, si te soy sincera no recuerdo nada que me impactara, pero igual es cosa de mi memoria, lo que sí recuerdo es que gracias a este libro me acerqué a la figura de Siddhartha y lo del camino de en medio fue una revelación para mi, sobre todo en una época en que todo era blanco o negro en cuento a mi concepción del mundo.

angelito dijo...

No conoces la canción??? Si naciste pa martillo del cielo te caen los clavos.

A veces a las conjuras estelares hay que hacerles caso.

Ender dijo...

Pues no la conocía, no, pero me ha gustado :DDDD

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.