Se acabó lo bueno (el regreso)

viernes, 6 de noviembre de 2009

Volver de vacaciones siempre es duro, para que nos vamos a engañar, pero si encima por primera vez en tu vida tienes un mes de vacaciones seguido, ya ni te cuento.

Y no es tanto el hecho de volver a trabajar, que es algo inevitable, sino el hecho de trabajar a disgusto, que es un hecho optativo…aunque no tanto.Me planteo que me queda un año enterito para tener más vacaciones y me desmoralizo.
Pero más me desmoraliza pensar que debo estar en un sitio en el que cuento las horas para que termine la jornada y siento que los días se me escapan sin hacer nada útil, nada de lo que sentirme orgullosa.
Lo peor de estar en un trabajo donde no se portan como deben, no es trabajar con gente que solo busca tus errores y presionarte con malos modos y malas caras, lo peor, al final de todo, es que te roban el orgullo de trabajar bien, de sentirte a gusto con lo que haces, a base de presionarte terminan por conseguir que te pongas nervioso por cosas que antes no te estresaban, que asumas responsabilidades que no te tocan con tal de ahorrarte un corte, un desaire y si la cagas viene el broncazo por no haber recurrido a quien toca y es un círculo vicioso que te va minando la moral y te debilita para plantar cara cuando debes, por que solo quieres que termine el día sin salir lastimado.

En general, las empresas demuestran muy poco amor por el trabajo bien hecho en una época donde la gente está peor formada que nunca, donde la experiencia no vale nada y solo cuenta lo barato que eres al contratar y lo barato que puedes ser al despedirte, cuando convenga.
Es normal que en un ambiente así, a la gente de más antigüedad y conocimientos se las presione hasta que no puedan más; ¿pero que van a hacer? ¿marcharse?.
Mi madre tenía mejores condiciones laborales que yo, trabajó siempre en sitios donde su experiencia como trabajadora y su madurez como persona, eran valoradas y respetadas y con jefes que la trataban con educación cuando era joven y cuando ya no lo era.
Mi madre siempre creyó que mi vida laboral sería menos precaria que la suya, que mi preparación académica, superior a la suya, me daría mejores oportunidades de trabajo y que mi naturaleza detallista y trabajadora me garantizaría puestos indefinidos.
Lo único cierto de todo lo que ella creía es que en un mundo laboral donde los contratos indefinidos son una leyenda urbana, yo he conseguido dos, además en sectores donde es mucho menos habitual lograrlo.
¿Por qué si el progreso es mejoría, el mundo laboral es cada vez más esclavista?

Y a pesar de estar tan a disgusto, sólo me queda desear que este puesto de trabajo me dure mucho tiempo en un momento donde gente diez veces mejor preparada que yo se mata por entrar a trabajar en mi empresa.

2 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Por eso es por lo que te presionan, porque tienen donde elegir.
Pero recuerda que presionar también es denunciable, creo que se llama mobing y está tipificado como "delito".
Aunque yo te diría, aguanta un poco. Los tiempos son difíciles. Aguanta, por favor. Cumple, ten la conciencia limpia y aguanta.

Ender dijo...

María Jesús, demostrar que te hacen mobing es muy complicado y por vía sindical, por ejemplo, como no sea algo muy gordo niquiera lo intentan por qué no se consigue nada, lo sé de primerísima mano.
Si denuncias a tu empresa por mobing, ten en cuenta de que no paran hasta que te echan y encima si buscas un nuevo curro y piden referencias, despídete de que llamen allí, por que no vas a quedar muy bien.
Esto es algo que siempre he sentido, hay una leyes X para proteger a los trabajadores, pero no funcionan, estamos completamente desprotegidos y las empresas hacen lo que quieren, con ayuda de personas que descargan su mala folla en los demás. Es un asco.
Aguantaré, uno de mis defectos más grandes es que aguanto y aguanto y aguanto...

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