Tonterias a granel

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Yo soy de esas personas a la que le pasan cosas raras.
Es así, no puedo evitarlo.

Por ejemplo, a veces las cosas me atacan, sí, las cosas inanimadas se las ingenian para cobrar vida, y me atacan.

Una vez, estaba en la playa, en una de esas playas que tiene un montón de piedras nada más meter los pies en el agua, que es casi una garantía de que en algún momento me voy a meter una galleta bien bonita, por que playa, piedras, mar y pies cavos, es una combinación peligrosa de la ostia.
Así que allí estaba yo, con un grado de concentración muy grande, tratando de meterme en el agua sin resultar herida, despacito, cuando de repente viene una ola de las que te llegan a la rodilla y zasca, una piedra del tamaño de mi mano me da en toda la rodilla, ahí, justo donde tengo la vena cuyo proyecto de vida es convertirse en variz.
No podía dar crédito, la verdad, acababa de ser atacada por un pedrolo, así, por la cara, por que sí, justo en uno de los sitios más delicados de mi anatomía.
Una lagrimita se deslizó por mi mejilla, por que a todo esto hay que decir que la venita está justo al lado del hueso de la rodilla, un sitio doloroso con o sin venita, vamos.

Al cabo de unas cuantas horas, tenía un pedazo de morado que daba miedo, andaba medio coja y cuando alguien me preguntaba con los ojos como platos,
-¿Pero que te ha pasado en la rodilla?
yo contestaba invariablemente,
-Nada, que me ha atacado una piedra en la playa.
Y claro, la gente pensaba, eso no puede ser, pero por otra parte pensaban, bueno, es que a ella le pasan cosas raras así que al igual sí puede ser y entonces yo les explicaba lo que había pasado y empezaba un debate sobre si eso se podía considerar un ataque o no.

Ya se sabe, las tardes de verano la gente pierde el tiempo en tonterías.

5 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Era una piedra malvada. Yo la hubiera lanzado a un pozo, para que no hiciese daño a nadie más. Pero diciéndole con todas las letras cuatro cosas bien dichas y el por qué de mi acción. Si algún día saliera del pozo sería una piedra bondadosa y reflexiva.

emejota dijo...

En esas playas de piedras viene bien entrar sentada, es decir de culo, desplazarte con las manos con cuidadín y empezar a flotar cuanto antes. Un fuerte abrazo.

Cristina dijo...

Ay, Ender, qué gracia me ha hecho que emplees la palabra 'pedrolo'. En gallego la usamos muchíiisimo. Una vez leí un artículo que comentaba que el gallego es el idioma que más palabras tiene para referirse a las piedras, cada una con un matiz diferente.

En general, los pedrolos son peligrosos. No cabe duda.

Bicos, wapa.

diego dijo...

:D :D ¡Muy bueno, Ender! Me has hecho pasar un buen rato. Creo que la próxima vez debes entra de culo, como te dice emejota, un "pedrolazo" en las partes blandas es menos doloroso que en la rodilla :D

Ender dijo...

María Jesús, es que no conoczco ningún pozo por aquí.
Pero vamos, el plan que propones para la piedra me parece bien :D

Emejota, es que si hago eso se rien de mi mis acompañantes XD

Hawai, pues no sabía yo eso, mira que casualidad.
Un pedrolo es una piedra grande o muy grande.
Y peligroso, peligroso, como ves :D

Mira Diego, con las cosas que me pasan si entro de culo el pedrolazo me da en la cara, seguro XD

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.