Tragasueños

jueves, 19 de marzo de 2009

El otro día estabamos en un bar, haciendo tiempo .
Justo al lado de la puerta del bar, que era un bar de barrio, pequeño, había dos máquinas tragaperras.

A los 5 minutos de estar allí entró un matrimonio mayor, ella se quedó al lado de la máquina con el carro de la compra agarrado con fuerza y él empezó a meter moneda tras moneda.

Al principio casi no reparé en ellos, cuando llevaban más de 15 minutos empecé a observarles, justo entonces, se marcharon, él gruñendo sobre algo, malhumorado, y ella con la cabeza gacha.

Al cabo de unos 10 minutos, entró una señora mayor, descuidada, se dirigió a la barra y cambió un billete de 20€ , se dirigió a las máquinas y eligió la misma máquina que el matrimonio de antes.

Antes de empezar a jugar, tocó un lateral de la máquina y luego se llevó esa mano a los labios.

En unos 10 minutos, había agotado las monedas, volvió al mostrador y cambió otro billete de 20€ en monedas que liquidó en unos 10 minutos más.

Le iba dando al botón con nerviosismo, siempre con el mismo movimiento repetitivo tras el que golpeaba la máquina, compulsivamente, comprobava el resultado de la apuesta y movía la cabeza al ver que una vez más no había premio.

Liquidados los 20€, fue a cambiar un nuevo billete, también de 20€, que gastó en 10 minutos más.

60€ en media hora.

Antes de marcharse, se quedó parada delante de la máquina, con la expresión extraviada, toco el botón una vez más, ya sin monedas y siguió mirando la máquina, con una mezcla de anhelo, resignación y necesidad en sus ojos.

Se dio la vuelta y desapareció por la puerta, y fue cómo si nunca hubiese entrado.

8 comentarios:

Ana. dijo...

Es muy peligroso! Tengo un caso vivido muy de cerca de un antigüo jefe que está en la ruina total por culpa de las maquinitas, lo ví engancharse y lo ví arruinarse...

Y luego está lo de los bingos... he vivido 12 años frente a un bingo, a menos de 10 metros y he visto de todo... yo por si acaso no entré nunca, por si acaso me gustaba! jajajaja

Ender dijo...

Yo he visto a muchos adictos a las máquinas antes de que la ludopatía fuese un mal público y reconocido, es algo que pone los pelos de punta, la gestualidad de una persona adicta frente a la máquina, las expresiones de su cara.

El caso de los abuelos, es que me rompe el corazón...

Yo no he estado nunca en un bingo :D

suculentas en venta dijo...

Yo he entrado una vez en un casino y otra en un bingo...me gusta jugar, pero a juegos en los que tengo que discurrir y no me interesa el dinero...mus,continental, parchiss lo que sea pero juego de copas...

He sufrido muy de cerca la adición a las máquinas tragaperras, mucho más impactante es en un adolescente de 16 años...

Ender dijo...

16 años? :S

A mi el juego si hay dinero no me justa, ya no es un juego, es otra cosa.

Juan Antonio HERGUERA TORRES dijo...

Mi madre suele decir que mi abuelo solía decir que "tiene que haber tontos para que puedan vivir bien los listos".

La verdad, no me convence.

Las tragaperras ¿son un juego?
La ludopatía es una enfermedad; se tenga o no se tenga dinero, más grave aún si no se tiene.

¿Qué debe hacer la sociedad ante esto? Quiero decir, hay dos posturas:
1.- prohibir aquello que produce enfermedades.
2.- no prohibirlo y que los que enfermen sean tratados.

Y aún en el segundo caso, ¿qué ocurre si los enfermos no quieren ser tratados o, peor aún, no saben que están enfermos?

Ender dijo...

CHucky, creo que ninguna de las dos opciones.
Prohibir nunca es la solución.

Los ludópatas, son personas con unas características concretas, facilidad para la adicción y por otro lado, con situaciones emocionales que les llevan a buscar la plenitud en algo cómo el juego.
Un ludópata, cómo un alcohólico, o un drogadicto, es una persona que no soporta su presente y trata de huir de alguna manera, en este caso no destruyen su cuerpo, pero se arruinan y arruinan a familias enteras.

Hay un dicho que me encanta que dice:
-el vicio es un error de cálculo en busca de la felicidad.

Juan Antonio HERGUERA TORRES dijo...

@Ender: si respondo entraríamos en la dinámica de si el Estado debe o no protegernos de nosotros mismos.
Ejemplo: ¿debe el Estado prohibir el tabaco? Y, si no lo prohíbe y la gente fuma ¿debe el Estado pagar los tratamientos para curar a los fumadores?

Como decían en el anuncio (otro evasor de la realidad) de detergentes: "una solución quiero".

La frase del error de cálculo me encanta; me la apunto.

Ender dijo...

CHucky, en lineas generales muy debatibles, yo creo que el Estado debe protegernos de los demás, pero no creo que sea su obligación protegernos de nosotros mismos.

En cuanto al ejemplo que planteas, una cosa es que nos protejan y la otra que no quieran malgastar el dinero de los impuestos, cómo verás, ahí hay otro ingrediente, DINERO.

En vez de prohibir, hay que preocuparse más de que se eduque bien a la gente y crear personas y no zombies que no aspiran a nada en esta vida.

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