Hace un día triste y gris, cómo tantos este invierno frío y tortuoso.
Cómo deseo que termine de una vez, con sus noches largas y sus días apagados,
cómo necesito que la luz lo invada todo y traiga esperanza,
cómo anhelo que los últimos vestigios de estas semanas ciegas se marchen dando paso al fin
a nuevas horas pobladas de sonrisas sinceras.
Este invierno que nunca termina,
está agotando mis venas,
cómo lo hacen los parásitos que se alimentan del odio, de la mezquindad, del rencor.
Mi impaciencia late tensa, cómo las cuerdas de un violín desafinado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

4 comentarios:
Ender, lo bueno del invierno es que sirve de contraste con la primavera. Si viviéramos una eterna primavera la vida sería mucho más aburrida... Ánimo, que ya falta poco!
Cuando he estado malita y empiezo a encontrarme bien siempre me maravillo de lo bien que uno se encuentra cuando está bien.
De todas las maneras, yo prefiero el verano a la primavera ;P
Besitos
¿Y una plácida y tranquila estación que vaya de mayo a junio? Sin los sobresaltos primaverales ni el bochorno del verano.
No Sweet, que yo sólo en verano no tengo frío y detesto el frío :DDDDD
Publicar un comentario